?Viva don Enrique!
Es una pena que, por ahora, Canal Sur s¨®lo haya dispuesto de ocho o diez minutos para dedicarlos al nuevo disco de Enrique Morente Pablo de M¨¢laga, dedicado a Picasso. Fue en Al sur, en la madrugada del martes, despu¨¦s de haber cubierto m¨¢s de tres horas de la programaci¨®n de noche con la correspondiente dosis de Array¨¢n, un documental biogr¨¢fico sobre Raphael y una selecci¨®n de actuaciones del mismo Raphael (Ram¨®n Repiso dice que todos los que salieron eran imitadores del genio de Linares, pero me niego a creerlo). Ya el domingo, en el inexplicable Viaje al futuro de Paco Lobat¨®n, hab¨ªamos tenido otro de estos encontronazos tan propios de la cadena, esta vez con Joselito, el ruise?or de las cumbres. Morente sali¨®, por tanto, muy tarde: no tarde para ¨¦l, pero s¨ª para el p¨²blico. Y da la casualidad de que a la misma hora, tan tarde, en Canal Sur 2 hab¨ªa una pieza magistral, producida por La Nuestra: nada menos que uno de los cap¨ªtulos de la serie de Mart¨ªn Patino Andaluc¨ªa, un siglo de fascinaci¨®n. La cadena olvid¨® decir de qu¨¦ cap¨ªtulo se trataba, pero era el dedicado a Silverio y el rollo de cera con su voz que hab¨ªa comprado un japon¨¦s. Ayer, sin embargo, no se olvidaron de informar de que en Andaluc¨ªa con estilo ¨ªbamos a visitar la casa de la Princesa Mar¨ªa Luisa de Prusia; y de que s¨®lo despu¨¦s de eso podr¨ªamos ver Tesis. ?Por qu¨¦ le tendr¨¢ alguna gente tanta man¨ªa a Canal Sur?
En fin, que all¨ª estaba el maestro Morente, hablando de las barbaridades que vemos en los noticieros (¨¦l no dice noticiarios, sino noticieros) y de este cantaor que se ha inventado, Pablo de M¨¢laga, que tiene la misma cara que Picasso. Se pudo ver un peque?o fragmento de uno de los temas, Autorretrato. Y Morente cantaba con una serenidad y una facilidad que, a fuerza de sencillas, resultaban solemnes. Este hombre es uno de los creadores m¨¢s importantes que hay en Espa?a: en 1996 hizo un disco, Omega, que representa un hito decisivo en nuestra m¨²sica, un desaf¨ªo que sigue abierto y que ¨¦l mismo ha retomado ahora. El secreto de Morente empieza, por supuesto, en su humanidad, pero si cada d¨ªa puede ser m¨¢s genial y gozar del privilegio de esta creatividad tan luminosa, tan atrevida y tan certera es porque nadie como ¨¦l ha sido tan respetuoso con el cante, con sus maestros y con el mundo que lo pari¨®, que era un mundo duro, pobre, genial y atrevido. No conozco una mente m¨¢s abierta. Morente est¨¢ siempre de vanguardia, vigilando los sonidos del futuro. Por eso es un cl¨¢sico y se merece un saludo como el que alguien se invent¨® para don Luis de G¨®ngora: ?Viva don Enrique!
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