La alocada huida del jardinero
El sopechoso de matar a una pareja en Moraria fue delatado por su esposa
Un simple control policial junto a la estaci¨®n de autobuses de Madrid fue el inicio del fin de la carrera criminal de Eugeniu Toader, un rumano de 31 a?os, que est¨¢ acusado de matar a cuchilladas a un matrimonio de ancianos en Moraira (Alicante). El presunto delincuente se puso nervioso al ver a los agentes y huy¨® a toda velocidad tras dejar a su esposa y a su hija, de cuatro a?os.
El detenido fue trasladado ayer a Calp y hoy pasar¨¢ a disposici¨®n judicial
"Este es un golpe muy duro", asegura el director de un diario local
El crimen contra una pareja de origen alem¨¢n, hallados muertos a cuchilladas, se produjo en la noche del martes junto a la entrada del ¨¢tico en el que viv¨ªan, en el cuarto piso del n¨²mero 6 de la avenida de La Paz de Moraira. Se trataba de G¨¹nther y Roswita Anna Messener, de 78 y 85 a?os. Las primeras investigaciones de la Polic¨ªa Judicial de la Guardia Civil se centraron en el m¨®vil del robo y, a ra¨ªz del estado de la vivienda, ya que la cerradura de entrada no estaba forzada y la caja fuerte hab¨ªa sido reventada. Por la habitaci¨®n estaban tirados los estuches de las joyas, seg¨²n fuentes de la Guardia Civil.
Desde el primer momento, la investigaci¨®n se centr¨® en personas conocidas del matrimonio, sobre todo en antiguos empleados, ya que los fallecidos ten¨ªan un alto poder adquisitivo. Hac¨ªa unos meses que hab¨ªan vendido un chal¨¦ en Benissa y hab¨ªan ganado unos 400.000 euros. Las primeras pesquisas apuntaron al ex jardinero que se encargaba de mantenerles el chal¨¦ de Benissa. Y esos indicios resultaron ser acertados.
Toader lleg¨® bastante exaltado a su casa la misma noche del martes. Le dijo a su esposa que hiciera la maleta y que cogiera los objetos de valor porque ten¨ªan que marcharse a toda velocidad hacia Ruman¨ªa. La mujer, Mar¨ªa Mirela Toader, de 31 a?os, se sorprendi¨® por lo que estaba ocurriendo, pero le hizo caso. Alrededor de las tres de la madrugada salieron hacia Madrid con la intenci¨®n de coger un autob¨²s en la estaci¨®n de M¨¦ndez ?lvaro que les llevara a su Ruman¨ªa natal. Y se subieron a un Opel Frontera, con matr¨ªcula 6364 FDZ, que hab¨ªa comprado a un alem¨¢n hac¨ªa unos meses.
Esta huida concluy¨® de forma brusca horas despu¨¦s. El ex jardinero fue trasladado ayer a los calabozos de Calp y presenci¨® la reconstrucci¨®n de los hechos en Moraira. Hoy pasa a disposici¨®n del juzgado n¨²mero 2 de D¨¦nia.El viaje transcurri¨® sin incidentes. Sin embargo, la entrada a Madrid fue muy distinta. Al lado de la estaci¨®n de autobuses, una pareja de la Polic¨ªa Municipal les par¨®. El coche figuraba en los archivos como de inter¨¦s policial. Meses antes, el hijo del due?o alem¨¢n se hab¨ªa fugado con una menor en el veh¨ªculo. Los agentes comprobaron que el conductor no era el ciudadano alem¨¢n y que no se hab¨ªa transferido el coche ante la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico. Le dejaron continuar viaje.
Pero todo cambi¨®, Toader se puso nervioso. Continu¨® circulando hasta que lleg¨® a la plaza de los Reyes Magos, en el distrito de Retiro. All¨ª baj¨® del coche y le dijo a su esposa que se marchara, que acababa de matar a una persona y que ten¨ªa que huir. A¨²n llevaba manchas de sangre en las ropas. La mujer, con los bultos y la ni?a, comenz¨® a andar hasta la comisar¨ªa del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa de Retiro. All¨ª denunci¨® lo que estaba pasando, seg¨²n fuentes policiales. Los polic¨ªas nacionales se quedaron sorprendidos. Era poco antes de las 11 de la ma?ana del mi¨¦rcoles. Llamaron a la Guardia Civil de Alicante. El capit¨¢n de la Polic¨ªa Judicial de Calp confirm¨® que se buscaba al ex jardinero como el supuesto autor de las pu?aladas. La polic¨ªa registr¨® el coche y vio que ten¨ªa manchas de sangre. La versi¨®n de la mujer tomaba cuerpo por minutos.
La polic¨ªa nacional mont¨® un dispositivo de vigilancia gracias a la descripci¨®n facilitada por la mujer. Tambi¨¦n colaboraron agentes de la secci¨®n de Homicidios. Pero en ese momento se produjo una llamada al tel¨¦fono m¨®vil de Mar¨ªa Mirela. Era de su compa?ero. Le dec¨ªa que quer¨ªa acabar con todo lo que hab¨ªa hecho y que pensaba suicidarse. La mujer, a¨²n en comisar¨ªa, cont¨® a los agentes lo que estaba pasando. Los polic¨ªas identificaron el punto desde el que hizo la llamada, gracias a que fue una cabina telef¨®nica. Minutos despu¨¦s, volvi¨® a repetir las llamadas.
Polic¨ªas de Retiro y de Homicidios acudieron a toda velocidad a la confluencia de las calles de la Princesa y de Guzm¨¢n el Bueno, en pleno centro. Tuvieron suerte. Toader se hab¨ªa quedado sentado junto a la cabina desde la que llam¨®. Fue arrestado sin oponer resistencia, al mediod¨ªa del mi¨¦rcoles.
Fuentes del caso creen que el jardinero entr¨® durante el fin de semana en el ¨¢tico del matrimonio para hacerse con los 400.000 euros ganados con la venta del chal¨¦. Supuestamente, aprovech¨® que la pareja hab¨ªa salido. Pero el matrimonio volvi¨® de repente, por lo que les apu?al¨® hasta la muerte. Seg¨²n la investigaci¨®n, se ensa?¨® con el hombre, al que asest¨® numerosas cuchilladas. Pero el dinero no estaba en la caja fuerte, sino en el banco.
El asesinato de G¨¹nther y Roswita Messemer ha consternado a la comunidad alemana en Moraira. "A¨²n nos encontramos en estado de shock. Este es un golpe muy duro", explicaba ayer el director del semanario Costa Blanca Nachrichten, Thomas Liebelt. Todos los medios de comunicaci¨®n locales se han hecho eco con amplitud de la noticia. Y no solo por la brutalidad del crimen, sino porque G¨¹nther Messemer era una figura reconocida. "?l descubri¨® para los alemanes la belleza de la Costa Blanca. Antes que ¨¦l, nadie hablaba de senderismo" explic¨® Liebelt. "Tenemos miedo, mucho miedo", reconoc¨ªa el concejal alem¨¢n de Teulada J¨¹rgen Buschman, quien se pregunta c¨®mo pudo ocurrir un asesinato "de esas magnitudes" en un ¨¢tico y no en un chal¨¦ aislado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.