Tolerante y popular

Titular del d¨ªa: detenido el alcalde y varios concejales de Estepona por presunta corrupci¨®n urban¨ªstica. ?Con noticias como ¨¦sta, usted quiere dedicarse a la pol¨ªtica?

- ?Le gusta a usted la prensa del coraz¨®n?

Sorpresa. La entrevistada hace las preguntas.

- ?No le gusta nada, verdad? Se lo digo por comparar. Porque a los j¨®venes nos da mucha pena que la imagen del pol¨ªtico est¨¦ tan denostada y denigrada.

Patricia Navarro P¨¦rez cumple 29 a?os el 1 de julio. Preside a los 10.000 j¨®venes andaluces de las Nuevas Generaciones (NN GG) de Andaluc¨ªa, la rama juvenil del PP. La noticia de la detenci¨®n del alcalde socialista de Estepona Antonio Barrientos le ha pillado en el camino de M¨¢laga a la sede regional del PP en Sevilla. No necesita pensar mucho algo que ya tiene muy digerido:

"A los j¨®venes nos da mucha pena que la pol¨ªtica est¨¦ tan denostada"

"?Ministra? Ni me lo planteo. En este oficio lo mejor es no hacer planes"

- Se lo digo a nuestros afiliados: precisamente por esa mala imagen de la pol¨ªtica, estamos nosotros aqu¨ª. Para dignificarla. Que en un cazo haya un garbanzo negro, no significa que todos los sean.

Uno habr¨ªa esperado otra respuesta: aprovechar la ca¨ªda de un dirigente socialista para meter ca?a al adversario. Ser¨¢n cosas de la edad. El caso es que esta joven estrella del centro-derecha andaluz muestra un alto nivel de tolerancia a lo largo de la conversaci¨®n.

Tuvo un buen entrenamiento cuando estudi¨® Ciencias Pol¨ªticas en Granada. Durante cinco a?os comparti¨® piso con otras tres j¨®venes, de ideolog¨ªas muy diferentes: desde la sensibilidad socialista a la de Izquierda Unida.

- Aprend¨ª a convivir con distintos, a marcarte tus l¨ªmites, a saber hasta donde puedes llegar.

Patricia supo tambi¨¦n lo que significa el dinero:

- Aprend¨ª a ser independiente, a buscarte tus habichuelas. Si te quedaban 100 euros para terminar el mes, y no hay m¨¢s, pues dejaba de comprar tabaco. Me dec¨ªa: o fumo o como. O fumo o fotocopias.

Porque la procedencia social de esta joven nacida en M¨¢laga en 1979 y criada en Rinc¨®n de la Victoria no daba para lujos. Sus padres trabajaban en una tienda de ropa de su propiedad en la capital. La crisis de finales de los 80 les oblig¨® a cerrar. Su padre se hizo representante de productos de saneamiento. La madre se ocup¨® del hogar y de sus tres hijos. Un sacrificio. ?Lo har¨ªa esta joven que parece destinada a ocupar altas responsabilidades pol¨ªticas?

- No. Porque tengo una profesi¨®n que es muy vocacional. No renunciar¨ªa a mi profesi¨®n por nada. Salvo algo muy gordo. Una enfermedad de un familiar...

Aun as¨ª, comprende y admira lo que hizo su madre: dejar el trabajo fuera para echar muchas horas dentro, ocupada en la familia. No es extra?o que Patricia sintiera, al terminar la carrera, que deb¨ªa saldar una deuda:

- Ten¨ªa que devolver a mis padres algo de lo que me hab¨ªan dado. No por lo econ¨®mico, sino por orgullo. Que vieran que todo el esfuerzo que hicieron mereci¨® la pena.

As¨ª fue como Patricia, que adoraba la pol¨ªtica, ech¨® su curriculo aqu¨ª y alla y la ficharon en un banco andaluz. ?Un banco?

- Me encantaba, porque te permite promocionar mucho y en poco tiempo.

Patricia se hab¨ªa hecho sus peque?os planes: llegar a interventora, y luego dirigir una sucursal. Pero la llamada de la selva pol¨ªtica era irrechazable.

Nada m¨¢s llegar a la Universidad, con 19 a?os, se acerc¨® a los tenderetes que los estudiantes montan a comienzos de curso. Mesas con folletos de asociaciones y voluntariados diversos. Se enganch¨® en varios. Desde los que defend¨ªan una universidad p¨²blica a las que atend¨ªan a mujeres maltratadas. Le impactaron los ni?os de estas mujeres desesperadas que acud¨ªan a las casas de acogida. Trabaj¨® tres a?os como voluntaria y uno m¨¢s como auxiliar suplente.

- Fue una experiencia enriquecedora. Te sientes bien contigo misma cuando ayudas a la gente.

De aquella experiencia surgen estas ideas definitivas sobre el maltrato a la mujer:

- Los poderes p¨²blicos deben garantizar mayor autonom¨ªa a la mujer. Tiene que ser el maltratador el que se aparte definitivamente de la maltratada. No que ¨¦sta tenga que huir.

?Soluciones? Patricia recurre al manual del partido: "Un sistema de seguridad personalizada. Es muy caro. Pero por la vida de una mujer hay que pagar cualquier precio".

Adem¨¢s del voluntariado, Patricia se sum¨® a Nuevas Generaciones. Ten¨ªa 21 a?os. Seis a?os despu¨¦s, las presid¨ªa. El curr¨ªculo que ech¨® al banco ha engordado considerablemente: cargos diversos en NN GG y PP, concejal en M¨¢laga y desde hace unas semanas, senadora.

Enfundada en una veraniega blusa roja que deja al aire brazos y hombros, intensamente bronceados, luce un collar que le da vuelta al cuello, que ha tomado "prestado" a su madre. No es una joya cara. Como su pulsera, color marfil, "baratita, baratita". Posa ante el Monumento a la Tolerancia, que el vasco Eduardo Chillida instal¨® en el Muelle de la Sal, a un tiro de piedra del puente de Triana. Tolerante Patricia.

- Me trae recuerdos de momentos intensos vividos aqu¨ª: actos en apoyo a nuestros compa?eros vascos o a los disidentes cubanos.

Tolerante, pero rebelde. Por eso entr¨® en la ¨®rbita del PP.

- Mis padres eran votantes del PP y celebramos la victoria de Aznar en 1996. Espa?a hab¨ªa estado demasiado tiempo gobernada por los socialistas. La ¨²ltima etapa no hab¨ªa sido afortunada. En mi casa sufrimos aquella crisis, tuvimos dificultades. El PP era entonces un partido joven y rebelde.

La crisis de los 90 arroj¨® a muchos j¨®venes a las urnas del PP. ?Y la de ahora? Patricia piensa que tambi¨¦n. Con el euribor por las nubes, aun vive con los padres. "Aunque estoy buscando piso..."

- ?Y novio?

- Que me busque a m¨ª, que me busque.

No tiene prisa. Salvo para cambiar la nefasta imagen que dan algunos pol¨ªticos. En eso est¨¢.