Darfur incendia ?frica central
La guerra no declarada entre Chad y Sud¨¢n desestabiliza toda la regi¨®n
En Goz Beida, al este del convulso Chad, es muy f¨¢cil saber qui¨¦n tiene armas: todo el mundo. Lo complicado es descubrir al servicio de qui¨¦n est¨¢n. La frontera entre Chad y Sud¨¢n, de casi 600 kil¨®metros, se ha convertido en morada de rebeldes de toda condici¨®n y en la meca de los traficantes de armas. El polvor¨ªn de Darfur (al oeste de Sud¨¢n), que agoniza desde 2003 y suma 300.000 muertos y 2,5 millones de refugiados, ya ha incendiado todo el centro de ?frica y amenaza con una guerra abierta que podr¨ªa extenderse por los casi 2.000 kil¨®metros que separan Yamena de Jartum, con ramificaciones en otros pa¨ªses, como la Rep¨²blica Centroafricana y Uganda.
"Es imposible distinguir qui¨¦nes son los rebeldes porque hay al menos 20 grupos -entre chadianos y sudaneses-, muchas deserciones y los cambios de bando son continuos", explica encogi¨¦ndose de hombros un soldado irland¨¦s de la Eufor, la misi¨®n de la UE, que ha desplegado 3.000 militares (70 espa?oles) en la zona para tratar de evitar que estalle. Jartum arma a los rebeldes chadianos, escindidos en incontables grupos. Y Yamena arma a los guerrilleros de Darfur, fragmentados a su vez en siglas incomprensibles.
"Es imposible distinguir entre tanto rebelde", dice un soldado europeo
Eufor ha levantado en apenas un mes una inexpugnable fortaleza en medio del desierto de Goz Beida. Fornidos irlandeses patrullan armados hasta los dientes -pistolas alemanas, metralletas francesas, lanzagranadas israel¨ªes- por pistas de tierra en las que pululan ni?os y mujeres a lomos de burro, a 60 grados de temperatura. Los rebeldes est¨¢n por todas partes: en las ¨²ltimas semanas han ocupado varias ciudades y amenazan con iniciar la ofensiva final sobre Yamena. Y los guerrilleros de Darfur prometen tomar Jartum m¨¢s pronto que tarde.
Las amenazas no son meras bravatas. En febrero, los guerrilleros chadianos entraron en Yamena y llegaron a cercar el palacio presidencial. La ciudad est¨¢ ahora en alerta m¨¢xima: los soldados patrullan en cada esquina y se han excavado trincheras en todas las entradas. Y en mayo, la principal facci¨®n rebelde de Darfur -cuyo l¨ªder pertenece a la misma tribu que el presidente de Chad, Idriss D¨¦by- se plant¨® en Jartum y dio un susto de muerte al r¨¦gimen islamista de Omar el Bashir.
En la pr¨¢ctica, Chad y Sud¨¢n est¨¢n ya en guerra a trav¨¦s de guerrillas interpuestas. Son dos pa¨ªses de gran importancia estrat¨¦gica -en el centro de ?frica, con fronteras con otros 10 Estados- y econ¨®mica -ambos cuentan con ingentes cantidades de petr¨®leo-, y el conflicto puede descoyuntar toda la regi¨®n.
"El riesgo a una nueva crisis regional de las dimensiones de la de los Grandes Lagos es enorme", advierte Jean-Cristophe Belliard, asesor para asuntos africanos del jefe de la diplomacia europea, Javier Solana. El fantasma de los Grandes Lagos es estremecedor: millones de personas fallecieron en la d¨¦cada de los noventa en sucesivas e interrelacionadas crisis que fueron extendi¨¦ndose a Ruanda, Burundi, Rep¨²blica Democr¨¢tica de Congo y otros pa¨ªses. "Eufor quiere evitar una cat¨¢strofe similar", a?ade.
Sud¨¢n, que ha aceptado 26.000 soldados de la ONU en Darfur con la condici¨®n de que no sean occidentales, ha interpretado el despliegue como un movimiento hostil: "La misi¨®n de la UE busca en realidad reforzar el r¨¦gimen de D¨¦by y los franceses buscan legitimidad internacional para sostenerle", subrayan fuentes diplom¨¢ticas sudanesas.
D¨¦by ha enviado refuerzos militares a todos los rincones de Chad. "Es cierto que hay muchos rebeldes, pero ahora todo est¨¢ controlado; los tenemos a raya", afirmaba uno de los militares llegados a Goz Beida para reforzar el dispositivo, poco antes de que los guerrilleros ocuparan durante unas horas la ciudad. Varios militares le acompa?aban escuchando m¨²sica ¨¢rabe montados en un Toyota. Casi todos adolescentes, fumaban y exhib¨ªan sonrisas y Kal¨¢shnikov.
Toda la zona est¨¢ llena de campos de refugiados y desplazados: de Darfur, de Chad, de Rep¨²blica Centroafricana. En total hay casi 500.000. La mayor¨ªa llevan casi cuatro a?os esperando en zarzales bajo un sol abrasador. Todos sue?an con volver a casa, pero ahora se conforman con que no les alcance ninguna de las muchas balas que cada d¨ªa les pasan rozando.
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