Henry Holland, ripios en algod¨®n

Una tarde de lluvia y aburrimiento, Henry Holland (Lancashire, 1984) pens¨® en regalarle a su amigo el dise?ador Gareth Pugh una camiseta con una frase que rimase con su nombre. Su talento po¨¦tico se materializ¨® en "Uhu Gareth Pugh". Animado por su fruct¨ªfera creatividad, ide¨®, en las siguientes semanas, otros tres esl¨®ganes dedicados a sendos modistas: "Do me in the park Marc" (H¨¢zmelo en el parque, Marc), en referencia a Marc Jacobs; "Do me daily Christopher Bailey" (H¨¢zmelo a diario, Christopher Bailey), para el dise?ador de Burberry; y "Cause me pain Heidi Slimane" (Hazme da?o, Heidi Slimane), dirigido al ex director creativo de Dior. Imprimi¨® los textos en enormes letras de palo sobre camisetas de colores y las puso a la venta en MySpace. Menos de dos a?os despu¨¦s, Holland se ha convertido en el dise?ador revelaci¨®n favorito del Reino Unido, ha desfilado en la Semana de la Moda de Londres con su propia marca, House of Holland, colabora con la firma de complementos Mulberry y ha firmado una colecci¨®n para Levi's.

"Te voy a ense?ar qui¨¦n manda, Kate Moss", reza una de sus creaciones

Sus prendas se pueden comprar hoy en la plaza de toros de Las Ventas

Sus dise?os se venden en mecas del lujo como los almacenes Harvey Nichols, de Londres; Colette, de Par¨ªs, o Barneys, en Nueva York. A¨²n no han llegado a Espa?a, pero hoy, de forma excepcional, podr¨¢n encontrarse en el mercadillo Beefeater London Market, que se organiza de 12.00 a 19.00 en la plaza de toros de Las Ventas. All¨ª, sentado junto al albero, coordina, Blackberry mediante, el lanzamiento de su primera l¨ªnea de joyas.

Lleva una americana verde pistacho, bermudas vaqueras y, al cuello, tres colgantes indescriptibles, uno de ellos regalo de su madre. Tiene el pelo de punta y totalmente decolorado. Casi parece el siam¨¦s de su amiga ¨ªntima y musa Agyness Deyn, una de las modelos m¨¢s deseadas del momento e imagen, entre otras firmas, de Burberry. Junto a ella vivi¨®, precisamente, los cuatro d¨ªas que cambiar¨ªan su vida. "Nos fuimos a Nueva York y todo se precipit¨®: conocimos a Anna Wintour (directora de la edici¨®n estadounidense de Vogue) y Steven Meisel nos fotografi¨® a Agyness y a m¨ª con mis camisetas para el Vogue Italia". A partir de ese reportaje se desat¨® la locura. Sienna Miller, Gwen Stefani, Mischa Barton o las gemelas Olsen se declaraban admiradoras suyas. Y en las fiestas "todo el mundo" le ped¨ªa que le dedicara una de sus camisetas con eslogan. "Pero no pod¨ªa hacerlas de cualquier famoso. Creo que triunfaron porque eran bromas internas del mundo de la moda, como 'I'll show you who's the boss Kate Moss' (Te voy a ense?ar qui¨¦n manda, Kate Moss). Llevarlas supon¨ªa que eras un entendido y popularizar los mensajes era quitarles la gracia", argumenta.

As¨ª que nada de nuevos ripios. Aunque Holland asegura que se le ocurren "algunos versos para ilustrar una l¨ªnea de ropa interior". Bromas aparte, el brit¨¢nico se centra ahora en demostrar que puede idear una colecci¨®n entera m¨¢s all¨¢ del chascarrillo. Su objetivo: afianzar una marca que ha seguido el camino inverso que suelen recorrer los j¨®venes dise?adores. "La mayor¨ªa se dan a conocer en un desfile donde vuelcan todo su poder creativo y, con el paso del tiempo, comienzan a hacer cosas m¨¢s comerciales. Nosotros tuvimos un departamento de ventas antes de tener una colecci¨®n y ahora queremos plasmar nuestro esp¨ªritu". Para hacerlo ha elegido como referencia los noventa, la est¨¦tica de los late night shows y a Courtney Love.