Juanes, un latino global

Al otro lado del cristal, el agente de la polic¨ªa examina asombrado el objeto que tiene ante s¨ª. Un bloque de cinco pasaportes pegados uno a otro, tapa con tapa. As¨ª acaba siendo un pasaporte cuando su propietario viaja sin parar por todo el mundo y viene de un pa¨ªs como Colombia, donde hace falta un visado para todo.

- ?Cu¨¢l es el bueno?

- El ¨²ltimo.

Juan Esteban Aristiz¨¢bal V¨¢squez. Var¨®n. Colombiano. Nacido en Medell¨ªn el 9 de agosto de 1972.

- ?No habr¨¢ hecho usted nada malo en Espa?a? ?bromea el agente.

- No, no me ha dado tiempo.

Es la tercera vez, desde que se levant¨® hace ya unas veinticinco horas de su cama al otro lado del Atl¨¢ntico, que Juanes atraviesa una frontera. Y tiene raz¨®n: su fugaz paso por Espa?a no le ha dejado mucho tiempo para hacer nada ?malo?. Aterriz¨® en Madrid procedente de Miami a las nueve de la ma?ana. Un coche le recogi¨® en el aeropuerto y le llev¨® a un hotel. Le sentaron en una habitaci¨®n y realiz¨®, una detr¨¢s de otra, 25 entrevistas. A las 17.30 respondi¨® educadamente a las preguntas de otra veintena de periodistas en una rueda de prensa. "?Qu¨¦ quiso decir con esta letra?", "?Qu¨¦ opina de que el Time le haya elegido una de las cien personas m¨¢s influyentes del mundo?", "?Qu¨¦ har¨ªa si fuera presidente de Colombia?", "?Podr¨ªa dedicar un saludo a los oyentes de nuestra emisora?".

A las 18.30, el coche le recogi¨® del hotel y le trajo aqu¨ª, a la terminal 4 de Barajas, donde le espera un Boeing 737-800 de Air Maroc, en vuelo privado, que le llevar¨¢ con su s¨¦quito a Rabat. All¨ª dar¨¢ un concierto, el primero de su vida en el continente africano, y la misma madrugada volar¨¢ de nuevo a Espa?a. Aterrizar¨¢ a las nueve en Valladolid, ir¨¢ directo a la prueba de sonido y por la noche actuar¨¢ en un festival antes de embarcarse, sin haber dormido, en otro avi¨®n rumbo a Tokio, con escala en Par¨ªs. Pasar¨¢ dos d¨ªas en Jap¨®n, concierto en Tokio, concierto en Yokohama y un acto contra la pobreza con Bono, antes de volver a Europa para empezar en el Hammersmith Apollo de Londres una gira por el continente de dos meses con 26 actuaciones.

?sta es una parte de la vida de quien es probablemente el cantante en espa?ol que m¨¢s vende en el mundo. Canciones como A Dios le pido o La camisa negra han hecho que venda cerca de diez millones de unidades de sus tres anteriores discos. Y del ¨²ltimo, La vida? es un ratico, publicado en octubre del a?o pasado, que est¨¢ ahora a algo m¨¢s de la mitad de su recorrido comercial, lleva vendidos tres millones y medio de copias f¨ªsicas en todo el mundo. A los que hay que sumar cerca de ocho millones de descargas digitales de canciones, incluyendo tonos para m¨®vil.

Mientras usted lee esto, Juanes estar¨¢ viajando por Espa?a hacia alguno de sus 15 conciertos en el pa¨ªs. Antes de recorrer Latinoam¨¦rica y terminar, a finales de a?o, una gira mundial que empez¨® el pasado 3 de marzo en el Madison Square Garden de Nueva York.

Levantarse en un hotel, acostarse en otro. D¨ªas que se encogen y se estiran por la diferencia horaria, cambios de comidas, de clima, de idioma, de moneda. Su nuevo disco se ha publicado en 77 pa¨ªses. Juanes ha llevado su rock latino a lugares donde parec¨ªa impensable entrar. No s¨®lo a Estados Unidos, que hoy es, seg¨²n su manager, "el primer mercado de Latinoam¨¦rica, porque son latinos con tarjeta de cr¨¦dito". Su anterior ¨¢lbum fue, por poner un ejemplo, el disco m¨¢s vendido del a?o en un lugar tan poco latino como Finlandia. Y, lo que es m¨¢s destacable, lo ha conseguido sin recurrir a cantar en ingl¨¦s, como han hecho muchos de sus colegas (Shakira, Enrique Iglesias...).

- Gracias por haber elegido Air Maroc. Son las 20.30. La temperatura en el exterior es de 23 grados cent¨ªgrados. Esperamos que hayan tenido un vuelo agradable... Y que tengan un buen concierto.

El vuelo privado ha sido agradable. Buena comida, vinos franceses, buena atenci¨®n, p¨¦talos de rosa y colonia en los lavabos, y casi 200 c¨®modas plazas para un vuelo de unas veinte personas. ?sta es la gente que rodea a Juanes durante, m¨¢s o menos, la mitad de su vida. Una gran familia de latinos curtidos en mil giras y con los pulgares pegados a sus Blackberrys e iPods.

Est¨¢n sus cinco m¨²sicos, cuatro colombianos y un dominicano. Est¨¢ su manager, el respetad¨ªsimo Fern¨¢n Mart¨ªnez, un hombre templado, periodista de profesi¨®n, columnista en El Tiempo de Bogot¨¢, que cuenta en su aplastante curr¨ªculo con haber acompa?ado al ¨¦xito global a Julio Iglesias, primero, y despu¨¦s, a su hijo Enrique. Est¨¢ su road manager, hombre de confianza de Fern¨¢n. Y Eva, su asistente personal, cuyo cometido es que Juanes no tenga que preocuparse por nada que no sea el trabajo o el descanso: maletas, lavander¨ªa, productos de higiene personal, cambio de dinero, comidas, medicinas para la alergia, etc¨¦tera, etc¨¦tera. Una pieza clave en todo este tinglado, ayudada estos d¨ªas por su madre, que se ha sumado a este tramo del viaje para poder ver un poco a su hija. Hay t¨¦cnicos, responsable de prensa, jefe de producto de su discogr¨¢fica y encargados de comunicaci¨®n de su gira espa?ola.

El avi¨®n no aterriza en un aeropuerto comercial, sino en uno reservado para visitas oficiales. Los pasajeros son conducidos a un sal¨®n donde les reciben unas personas, puestas ah¨ª por el Gobierno, que cuidar¨¢n de ellos durante su estancia en Rabat. Ofrecen t¨¦ y dulces. Anuncian, para desesperanza general, que parte del equipaje facturado ha llegado, por error, a Casablanca. Eso incluye parte del material necesario para el concierto al d¨ªa siguiente. Un contratiempo que, como tantos otros que depara una gira, le tendr¨¢ unas cuentas horas pegado al m¨®vil a Fern¨¢n, pero que no terminar¨¢ con su paciencia.

Juanes est¨¢ agotado. Saluda esforzadamente a sus anfitriones y se sienta en un sof¨¢. Le ofrecen dos opciones de cena, pero prefiere irse al hotel. A una suite de la sexta planta del Hilton, donde se acuesta, y puede que antes eche un ¨²ltimo repaso en el iPod a las tres o cuatro frases en ¨¢rabe que se ha apuntado para la rueda de prensa que dar¨¢ al d¨ªa siguiente a las once.

La vida en gira, dice Juanes, "se torna a veces complicada a nivel f¨ªsico y mental". "Pero me he acostumbrado y me gusta", reconoce. "Estoy en casa un mes sin hacer nada y empiezo a enloquecer. Ahora que tengo salud y fortaleza, estoy dispuesto a llevar esta vida".

Una vida que a punto ha estado, asegura, de acabar con su matrimonio. Fue durante la composici¨®n del nuevo disco. Y la crisis y la posterior reconciliaci¨®n pueden notarse en el tono de unas y otras canciones. "Despu¨¦s de cinco a?os girando sin parar", dice Juanes, "inevitablemente llegamos a un cansancio, a una falta de comunicaci¨®n, a un distanciamiento. Y nos separamos. Fue muy duro. Amo much¨ªsimo a mi esposa, tenemos dos hijas, nos conocimos cuando yo no era nadie. Yo no hab¨ªa escrito una sola canci¨®n de amor hasta que me enamor¨¦ de ella. La m¨²sica no pod¨ªa dejar de reflejar eso. Siempre utilizo la m¨²sica para decir si estoy feliz o estoy triste".

La crisis se arregl¨® y ahora Juanes busca, en las sobrecargadas tiendas de la medina de Rabat a media tarde, un regalo para su mujer. Elige un cintur¨®n de plata. El s¨¦quito recorre la medina con la s¨®lo pretendidamente discreta escolta de una serie de polic¨ªas de paisano con trajes negros.

Unas horas antes, Juanes tambi¨¦n ha hecho una compra para ¨¦l. Acompa?ado de un m¨²sico experto local, ha acudido a una tienda de la¨²des y, tras probar unos cuantos, ha adquirido uno al precio, debidamente regateado, de 900 euros. En el interior de la tienda, Juanes saca unos arpegios al instrumento medieval, y puede que recuerde el tiempo, hace ya casi treinta a?os, en que descubri¨® c¨®mo se extra¨ªa aquel sonido m¨¢gico a un instrumento de cuerda.

Ten¨ªa entonces seis o siete a?os. Abri¨® un armario de la habitaci¨®n de uno de sus hermanos y encontr¨® una lira. "Estaba llena de polvo", recuerda. ?Yo me puse a tocarla y me encant¨® el sonido. No ten¨ªa ni idea de tocar, pero me gustaba c¨®mo sonaba. Mi hermano lo vio y empez¨® a involucrarme con la guitarra. Mis hermanos tocan todos la guitarra y mi padre siempre cantaba tangos y boleros?.

El recorrido musical de Juanes ha sido un viaje de ida y vuelta a sus or¨ªgenes en la m¨²sica popular latinoamericana. Su padre regentaba la tienda de Carolina del Pr¨ªncipe, un pueblo de Antioquia, ese tipo de tiendas de pueblo en las que se puede comprar de todo. Por las rendijas del suelo de madera de la casa familiar se colaban las canciones populares que cantaban los clientes de la taberna que hab¨ªa abajo. ?sos son, dice Juanes, sus primeros recuerdos musicales.

"Despu¨¦s empec¨¦ a tocar con mis hermanos", cuenta. "Las primeras canciones que aprend¨ª son Zamba de mi esperanza o Mama vieja, canciones del sur de Latinoam¨¦rica. As¨ª estuve hasta los 13 a?os".

A esa edad descubri¨® el heavy metal. "Iron Maiden, Slayer, Sepultura, Metallica", dice. "Aquello me vol¨® la cabeza, en el mejor sentido de la palabra". Se compr¨® una guitarra el¨¦ctrica y mont¨® con tres amigos la banda de metal Ekhymosis. Tuvieron un ¨¦xito moderado en Colombia, editaron cinco discos y recorrieron todo el pa¨ªs.

A finales de los noventa, Juanes termin¨® sus estudios de dise?o industrial y decidi¨® dar un violento giro a su carrera musical. "Con los a?os cobraba m¨¢s peso en m¨ª ese deseo de volver a la esencia", recuerda. La banda se disuelve y Juanes toma la decisi¨®n, a los 26 a?os, de irse solo con sus nuevas canciones a Los ?ngeles. "Si me preguntan la locura m¨¢s grande que he hecho en mi vida, ser¨ªa ¨¦sa", asegura. "No conoc¨ªa a nadie. Vend¨ª lo poco que ten¨ªa y reun¨ª 4.000 d¨®lares. Mi padre hab¨ªa fallecido y mi madre estaba muy preocupada de que me fuera, pero comprend¨ªa que deb¨ªa buscar mi felicidad".

Al a?o de llegar a Los ?ngeles conoci¨® a la persona que cambiar¨ªa su destino. El productor argentino Gustavo Santaolalla, rey Midas de la m¨²sica latina. "Gustavo escuch¨® mis canciones", recuerda Juanes, "y decidi¨® trabajar conmigo. Ha sido una relaci¨®n maravillosa, llevamos cuatro discos juntos". All¨ª tambi¨¦n conoci¨® a Fern¨¢n Mart¨ªnez, complet¨¢ndose as¨ª los tres ejes -artista, productor y manager- de un proyecto con papeletas para romper techos en el rock latino.

Amanece un d¨ªa soleado en Rabat. Juanes se levanta a las ocho de la ma?ana para su raci¨®n diaria de ejercicio. "Es un t¨ªo raro", bromea Fern¨¢n. "A veces me dice: Estoy agotado, me voy al gimnasio". Esta ma?ana ha decidido salir a correr por las inmediaciones del hotel, para desconcierto del personal marroqu¨ª encargado de su cuidado, dos de cuyos miembros trajeados salen corriendo tras ¨¦l, como si estuviera huyendo de algo.

Son las diez. Juanes departe amigablemente en el lobby del hotel con Daniela Mercury, que toc¨® ayer en el festival donde Juanes act¨²a esta noche. La brasile?a parece interesada en estrechar lazos profesionales con el colombiano para abrirse camino en un mercado latino que se le resiste.

Al rato llegan los coches para llevarle a la rueda de prensa. Promotor de una fundaci¨®n dedicada a la lucha contra los da?os en Colombia de las minas antipersona, a Juanes le suele tocar responder a cuestiones pol¨ªticas en sus comparecencias con la prensa. Y lo que dice tiene repercusiones insospechadas. Ayer mismo, en la rueda de prensa de Madrid, a la pregunta de qu¨¦ har¨ªa si fuera presidente de Colombia, respondi¨® que se sentar¨ªa a hablar de pol¨ªtica con la guerrilla. Hoy, los m¨®viles de Juanes y de Fern¨¢n reciben sin parar llamadas, mensajes y mails con las p¨¢ginas de los peri¨®dicos de su pa¨ªs recogiendo sus declaraciones. "Hasta mi madre me ha llamado y me ha dicho que c¨®mo se me ocurre decir eso", cuenta. "Pero es que son casi 50 a?os de guerra. Ojal¨¢ el Gobierno se sentase a negociar con las FARC. Hay cosas que ellos proponen que pueden ser buenas, nadie lo sabe. Y hay cosas que el Gobierno propone que son buenas. ?Por qu¨¦ no juntarlo y negociar? Por la v¨ªa de las armas no va a ser posible".

La fundaci¨®n Mi Sangre naci¨® hace ahora dos a?os para combatir "uno de los problemas m¨¢s grandes que tiene Colombia". "Somos el pa¨ªs n¨²mero uno en el mundo, el que m¨¢s v¨ªctimas de minas tiene al d¨ªa y donde m¨¢s minas hay ocultas en la tierra", dice Juanes. "El problema de las minas lleg¨® a mi vida por la m¨²sica. En 1999 compuse la canci¨®n F¨ªjate bien, en la que hablaba de ese tema. Empezaron a llamarnos para participar en campa?as, en conciertos ben¨¦ficos... Conoc¨ª las historias, las estad¨ªsticas, y me dio mucha frustraci¨®n. Empec¨¦ a trabajar con diferentes asociaciones, y luego montamos la fundaci¨®n. Trabajamos con supervivientes de minas en el proceso de rehabilitaci¨®n. Una vez que el soldado o el ni?o se han recuperado f¨ªsicamente, nos los remiten desde otros centros y nosotros trabajamos con ellos. Paralelo a eso tenemos un programa de educaci¨®n infantil en las zonas rurales de Colombia. All¨ª no hay acceso a la educaci¨®n hasta los cinco a?os. Pusimos en marcha un plan de educaci¨®n infantil en mi regi¨®n, Antioquia, en 42 municipios con 42 peque?as escuelas".

La labor de su fundaci¨®n ha sido reconocida por instituciones como el Parlamento Europeo, que don¨® 2,5 millones de euros para su lucha contra las minas. All¨ª, el 6 de abril de 2006, Juanes se convirti¨® en el primer artista en cantar una canci¨®n (Volverte a ver) en la sala de plenos. En 2006, el Gobierno de Francia le nombr¨® Caballero de la Orden de las Artes y las Letras. Han donado dinero a su fundaci¨®n, entre otros, los Gobiernos espa?ol, alem¨¢n y colombiano, cuyo presidente, ?lvaro Uribe, se refiri¨® a Juanes como "el mejor embajador de Colombia en el mundo".

Ya se empieza a ver alguna bandera de Colombia entre las m¨¢s de 20.000 personas que abarrotan esta noche el recinto del Mawazine, un festival gratuito de m¨²sicas del mundo, "bajo el alto patrocinio de su majestad el rey Mohamed VI".

Juanes realiza sus ejercicios de voz en el interior de la jaima que le sirve de camerino. Fern¨¢n teclea impasible su Blackberry. Eva y su madre ordenan con cuidado la ropa de Juanes dentro de un organizad¨ªsimo flightcase-armario que Eva mand¨® construir a su medida hace unas cuantas giras.

A las 23.10 empieza el concierto con A Dios le pido. "?Entienden espa?ol?", grita Juanes desde el escenario. Y miles de marroqu¨ªes emiten un sonoro "S¨ª¨ª¨ª¨ª". Corean las canciones m¨¢s conocidas. Incluida Me enamora, primer sencillo de su ¨²ltimo disco.

Misi¨®n cumplida. Su primer concierto en ?frica ha cosechado un ¨¦xito imprevisto. En el interior de la jaima, Juanes lo celebra con un vaso de whisky. Fern¨¢n, sentado en un div¨¢n de terciopelo rojo, comenta las noticias internacionales que lee en su Blackberry. El momento de descanso en intimidad dura poco. Justo el tiempo en que tarda en comenzar la ronda de saludos. Hasta veinte personas, la mayor¨ªa jovencitas de la alta sociedad de Rabat, entran por turnos para fotografiarse con su ¨ªdolo. Un alarde de paciencia.

Quedan menos de cinco horas para coger el avi¨®n a Espa?a. Pero Juanes, cargado de energ¨ªa tras el concierto, decide celebrar el ¨¦xito en un local de moda de la noche rabat¨ª, donde espera una mesa reservada. El autob¨²s lleva a la comitiva latina al local, donde Juanes es recibido con una gran ovaci¨®n de la clientela. Los de seguridad abren paso para la estrella en el local abarrotado. Fotos, saludos, aut¨®grafos. La gente no deja en paz al artista. Y esto en un pa¨ªs donde, a priori, todos pensaban que Juanes iba a ser un desconocido.

Se produce lo que alguien llama el s¨ªndrome de la sala VIP: el acoso de las fans acaba empujando al artista al lugar m¨¢s rec¨®ndito del local, donde puede estar sin agobios, pero a cambio termina a solas con los suyos. Una forma extra?a de conocer las ciudades la de una estrella de la m¨²sica. Juanes dice que, si se tomara un a?o sab¨¢tico, le gustar¨ªa ?viajar, pero sin ir de gira; volver a los sitios para verlos de verdad?.

A las tres y media se decide regresar al hotel. El resto del equipo sube a sus habitaciones a recoger las maletas y se marcha al aeropuerto en autob¨²s.

Juanes espera tumbado en la cama con la ropa puesta. Eva, su asistente personal, se ha encargado de llevar sus maletas y su pasaporte al aeropuerto. Apenas una hora de valioso descanso. Cuando en el aeropuerto todo est¨¢ listo para embarcar, alguien irrumpe en la habitaci¨®n de la estrella y le lleva al Mercedes negro que le conduce directo al avi¨®n. Son las 5.30. El avi¨®n despega. La m¨¢quina de la gira vuelve a rodar.

Juanes act¨²a el 25 de junio en Barcelona, el 26 en Madrid, el 28 en Zaragoza y el 1 de julio en Valencia. M¨¢s fechas: www.juanes.net