Un cuerpo poco femenino
De los 75.000 integrantes de la Guardia Civil, las mujeres representan poco m¨¢s del 4%
S¨®lo 3.400 mujeres visten hoy el uniforme verde oliva de la Guardia Civil, representan poco m¨¢s del 4% de sus casi 75.000 integrantes. Se cumplen ahora 20 a?os desde que el Gobierno diera luz verde a la entrada de mujeres en el instituto armado fundado a mediados del siglo XIX por el segundo duque de Ahumada. La Guardia Civil ostenta el menor porcentaje de "efectivos del sexo femenino" respecto al Cuerpo Nacional de Polic¨ªa y a los Mossos d'Esquadra catalanes.
"Resulta significativo el escaso n¨²mero de mujeres componentes de la Guardia Civil, si se toma como punto de partida una situaci¨®n de paridad hombre-mujer, lo que debiera tratar de paliarse con pol¨ªticas espec¨ªficas dirigidas a fomentar la integraci¨®n de la mujer en el cuerpo, toda vez que dicha proporci¨®n se acent¨²a a¨²n m¨¢s si se establecen comparaciones con las fuerzas armadas o con otros cuerpos de seguridad", escribi¨® hace poco m¨¢s de un a?o Juan Guzm¨¢n Palomino, guardia civil licenciado en Derecho, en la revista oficial de la instituci¨®n. Una situaci¨®n que ya constat¨® el anterior director general del cuerpo, Joan Mesquida, quien en su primera comparecencia en el Senado tuvo que admitir "el bajo porcentaje de mujeres" en la Guardia Civil.
Las quejas formales por sexismo, acoso laboral y sexual son escasas
Una embarazada us¨® el uniforme del marido al no tener el propio de su estado
El Gobierno rebaj¨® a 1,60 la estatura m¨ªnima exigida a las aspirantes
En las fuerzas armadas hay alrededor de 17.000 mujeres (el 14% de la plantilla) y en el Cuerpo Nacional de Polic¨ªa hay 5.021 (en torno al 9% del total de los 54.000 funcionarios). Y el consejero de Interior de la Generalitat, Joan Saura, ha destacado que los Mossos d'Esquadra son el cuerpo policial del sur de Europa que tiene m¨¢s f¨¦minas: 2.547, lo que supone casi la quinta parte de los 13.022 integrantes de la polic¨ªa auton¨®mica catalana.
En los ¨²ltimos a?os ha ido creciendo el n¨²mero de integrantes del sexo femenino en la Guardia Civil, pero en un porcentaje poco perceptible. ?A qu¨¦ se debe? ?Es que no hay j¨®venes aspirantes a lucir el tricornio de charol? ?O es que la instituci¨®n no favorece el ingreso y la permanencia en un cuerpo tan masculino?
El empleo m¨¢s alto al que han accedido hasta ahora nueve mujeres es el de capit¨¢n, mientras que la inmensa mayor¨ªa son guardias civiles. En el Cuerpo Nacional de Polic¨ªa ya hay ocho comisarias (el escal¨®n m¨¢s alto) e incluso una de ellas, Pilar Allu¨¦ Blasco, es nada m¨¢s y nada menos que jefa superior de Polic¨ªa de Cantabria.
Las aspirantes a entrar en la Guardia Civil y en el Cuerpo Nacional de Polic¨ªa gozan de una discriminaci¨®n positiva: la estatura m¨ªnima que se les exige (1,60 metros) es inferior a la que se pide para los hombres y, adem¨¢s, deben afrontar unas pruebas f¨ªsicas menos duras que los varones. El Gobierno rebaj¨® en 2006 la talla exigible hasta entonces (1,65) "para dar soluci¨®n al impedimento que, a lo largo de estos a?os, hab¨ªa supuesto una estatura excesivamente elevada como requisito para ingresar en la Guardia Civil o en la polic¨ªa".
Superadas las pruebas f¨ªsicas, tanto hombres como mujeres compiten en igualdad de condiciones en el resto de los ex¨¢menes. "Entran en el cuerpo los mejores, sin distinci¨®n de sexos. Aqu¨ª no hay cupos restringidos para mujeres", dice una dirigente del Sindicato Unificado de Polic¨ªa (SUP). Lo mismo sostiene una portavoz de la Guardia Civil. Ninguna de las fuentes consultadas tiene respuesta a la pregunta de por qu¨¦ no hay m¨¢s f¨¦minas en el instituto armado. Pero varias guardias resaltan que la mayor criba se produce como consecuencia de la entrevista personal de tipo psicol¨®gico, que no tiene unos baremos matem¨¢ticos.
?Tiene que ver la reducida presencia de mujeres en los cuerpos de seguridad con la tradicional masculinidad de sus integrantes? La Direcci¨®n General de la Polic¨ªa y la Guardia Civil reh¨²sa comentar los fr¨ªos datos estad¨ªsticos y rechaza informar sobre las quejas y los posibles casos de acoso laboral o sexual que est¨¦n siendo objeto de investigaci¨®n.
"Tenemos problemas desde que entramos. En la Guardia Civil s¨®lo quieren una cuota m¨ªnima de mujeres, pero a los mandos no les gustamos. Claro, nosotras tenemos derecho a baja por maternidad, permisos de lactancia, vestuarios y salas de ducha especiales", explica A., una agente que se acab¨® marchando despu¨¦s de 12 a?os en el cuerpo, tras los "correctivos" que le fueron impuestos tras denunciar a un compa?ero de patrulla que sol¨ªa estar ebrio. Eso le sumi¨® a ella en una fuerte "depresi¨®n". "No pod¨ªamos salir de patrulla dos mujeres juntas", recuerda.
Seg¨²n Juan Antonio Delgado Ramos, portavoz de la Asociaci¨®n Unificada de Guardia Civiles (AUGC), los principales problemas a que se enfrenta la mujer en la Guardia Civil son el sexismo, el acoso laboral y sexual, adem¨¢s de que m¨¢s del 90% de las instalaciones -ba?os, vestuarios, etc¨¦tera- no est¨¢n adaptadas a las necesidades de la mujer. Delgado cree, no obstante, que los casos de acoso laboral o sexual son escasos e imputables a un n¨²mero muy reducido de guardias civiles.
"Faltan verdaderas pol¨ªticas de igualdad que encajen en la realidad y peculiaridad del trabajo de la mujer, basadas en la igualdad de oportunidades llegando incluso a aplicar acciones de discriminaci¨®n positiva. Por eso, abogamos por la reserva del 50% de plazas para el acceso de la mujer a la Guardia Civil", a?ade Delgado.
No obstante, este tipo de medidas de discriminaci¨®n positiva suelen generar pol¨¦mica. ?ste ha sido el caso de la carta enviada recientemente por la Consejer¨ªa de Interior de la Generalitat a las agentes femeninas de los Mossos d'Esquadra invit¨¢ndolas a concurrir a "una convocatoria para cubrir 26 plazas de inspector o inspectora". La carta, firmada por Joan Boada, secretario general del departamento, aclara que el objetivo es "conseguir una distribuci¨®n m¨¢s equilibrada de mujeres y hombres en los puestos de mando del departamento y en los cuerpos operativos que de ¨¦l dependen", seg¨²n public¨® La Vanguardia.
El portavoz de la AUGC se queja de la baja participaci¨®n de las mujeres en las especialidades de m¨¢s nivel, mientras se acent¨²a su permanencia en tareas de patrullaje de seguridad ciudadana (m¨¢s de 35%), protecci¨®n de edificios (el 17%) y servicios burocr¨¢ticos (el 11%).
Varias guardias civiles denuncian tambi¨¦n sus dificultades para conciliar su vida laboral y familiar, sobre todo cuando los dos miembros del matrimonio trabajan en el cuerpo.
Una guardia civil afirma que durante sus embarazos se tuvo que poner el uniforme de su marido -unas tallas m¨¢s grande- porque a ella jam¨¢s le facilitaron el traje adecuado a su estado. Esta misma agente dice que se ha sentido m¨¢s discriminada que cuando anteriormente estuvo en el Ej¨¦rcito.
Dos j¨®venes destinadas en un cuartel rural afirman que han sufrido un aut¨¦ntico calvario por parte de su jefe: "Nos llamaba continuamente y nos dejaba notas debajo de la puerta de nuestra vivienda", explica una de ellas. "Otras veces se presentaba en mi casa con el pecho al descubierto y en otras ocasiones tuve una trifulca porque no le abr¨ª la puerta porque yo estaba en pijama mientras echaba la siesta", agrega. Ambas guardias creen que su jefe les dispensaba este trato por su condici¨®n de mujeres y lamentan que sus quejas no s¨®lo no hayan sido escuchadas, sino que se han vuelto contra ellas y les ha costado un expediente.
La escasez de agentes femeninas hace que no est¨¦n cubiertas muchas de las plazas de los Equipos de Mujer y Menor (Emume), especializados en delitos de los que suelen ser v¨ªctimas estas personas. Eso tambi¨¦n supone que la Guardia Civil se vea obligada en no pocas operaciones callejeras a tener que recurrir a agentes femeninas de la Polic¨ªa Local para cachear o explorar a detenidas, seg¨²n fuentes del cuerpo.
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