Luces inesperadas y algunas sombras imprevistas
Luis ha sabido manejar los recursos y, en funci¨®n de varias claves, ha perfilado un equipo con dos partituras: una inicial que anestesia el partido y una segunda m¨¢s vibrante
Espa?a ha alcanzado las semifinales con muchos argumentos a su favor. Con un estilista gui¨®n de juego, no le ha faltado punter¨ªa (contra Rusia), fe (Suecia), profesionalidad (Grecia) y aplomo ante un abismo inmerecido (Italia). En el transcurso del campeonato, la selecci¨®n se ha encontrado con luces inesperadas -Marchena, Senna, Cazorla- y algunas sombras imprevistas -Ramos, Iniesta-, pero Luis Aragon¨¦s ha sabido manejar los recursos. El entrenador, templado como nunca y hasta temerario en su decidida b¨²squeda de la victoria, ha perfilado un equipo con dos partituras, una inicial que anestesia el partido y una segunda m¨¢s vibrante. Ambas obedecen a algunas claves.
- De Ramos a Marchena. La selecci¨®n lleg¨® a la Eurocopa con muchas dudas defensivas, consecuencia de la falta de jerarcas en esa l¨ªnea y un medio campo tan liviano. Consolidado Puyol, aunque bajo sospecha por su irregular temporada con el Barcelona, Marchena era el gran interrogante. Luis habl¨® con ¨¦l antes de la Eurocopa para que rebajara su dureza y contuviera sus habituales grescas con los ¨¢rbitros, que hab¨ªan proclamado tolerancia cero. El valencianista no s¨®lo se ha aplicado en las dos facetas, sino que, al limitarse al juego, ha logrado mayor estabilidad, m¨¢s concentraci¨®n. Hoy es un futbolista s¨®lido que escolta bien a Puyol, resguarda a los laterales y no se atormenta con la pelota. Frente a Suecia, cuando tuvo que acunar a Albiol por la lesi¨®n del capit¨¢n azulgrana, se gradu¨® con ¨¦xito; ante Italia, pese a su desventaja f¨ªsica con Luca Toni, fue un pretoriano. El inopinado asentamiento de Marchena contrasta con el aturdimiento de Sergio Ramos, un jugador de alto nivel superado esta vez por una excesiva sobreactuaci¨®n. Incapaz de regularse, el madridista se enreda en el ataque y se despista en la defensa.
- De Iniesta a Silva. Los volantes fijos de Luis han sido como el d¨ªa y la noche. El azulgrana no le ha cogido el hilo al torneo, por m¨¢s que alterne de banda o se agrupe por el eje con Xavi. Le falta chispa, encara poco y nada arriesga en el pase. Juega con aire melanc¨®lico y excesiva ternura, por lo que Luis le ha dado relevos constantes. Se asent¨® antes en la selecci¨®n que en el Bar?a, pero hoy no se le reconoce. Tambi¨¦n Silva parece otro, pero en este caso para bien del equipo. No ha perdido atrevimiento y tiene m¨¢s dep¨®sito. Se ha convertido en un jugador de ida y vuelta que no desatiende las obligaciones defensivas y, con ¨¦l en la derecha, Espa?a gana remate con sus diagonales, como se vio ante Italia, y Ramos tiene un socio.
- De Xavi a Senna. Dos pivotes complementarios, tan imprescindibles uno como otro, a los que les falta despegar al mismo tiempo. Cuando Xavi domestic¨® a su antojo el partido contra Rusia, no hubo noticias de Senna, que asumi¨® un papel muy secundario. Gripado Xavi ante Italia, el hispano-brasile?o se aup¨® sobre todos. Si Xavi recula para iniciar el gobierno a un palmo de los centrales, Senna se siente fuera de plano y Espa?a pierde capacidad de sorpresa porque ninguno se descuelga en el ataque. Xavi manda con Senna al quite, pero ninguno llega al ¨¢rea rival. La par¨¢lisis de Iniesta no les ayuda y el equipo se vuelve anodino y previsible en algunas fases.
- De Cazorla a Cesc. Los principales recambios del t¨¦cnico. El primero, habitual sustituto de Iniesta, y el segundo, de Xavi. Con Cazorla, que parec¨ªa destinado a ser un mero futbolista de reparto, la selecci¨®n se ha refrescado en los segundos tiempos, en los que ha ganado recorrido. R¨¢pido, escurridizo e insistente, ha percutido con acierto. Ante Italia le pudo tanta p¨²rpura a su alrededor, pero no tirit¨®, en el momento m¨¢s estresante de su carrera, al lanzar el penalti. Se?al de mucho cuajo. No es probable que Luis, que aprecia su papel de agitador de segundo acto, le conceda la titularidad. M¨¢s pr¨®ximo a ella est¨¢ Cesc, mucho m¨¢s activado que Iniesta. Con ¨¦l, Espa?a encuentra auxilio para trenzar el juego y suma a un atacante. Cesc no enhebra como Xavi, pero no juega tan anclado como ¨¦ste y le gusta aventurarse ante la porter¨ªa enemiga. Su irrupci¨®n el pasado domingo permiti¨® a Espa?a desatar nudos italianos y que Senna, con m¨¢s horizonte, se agigantara en todas las facetas y hasta probara con su notable disparo.
- Del Torres del Liverpool al Torres del Atl¨¦tico. Espa?a concibe el juego de forma mucho m¨¢s paciente y elaborada que el Liverpool, en el que Torres impone su carrera en direcci¨®n a la porter¨ªa. Con la selecci¨®n, con menos paisaje y m¨¢s enclaustrado, en algunos tramos ha resucitado aquel jugador del Atl¨¦tico que se empe?aba como ariete, extremo, asistente y pivote. Cerca de la red y en velocidad, propici¨® dos goles de Villa a Rusia; dentro del ¨¢rea anot¨® su ¨²nico tanto en el torneo. Deber¨ªa administrar sus cualidades, que son muchas.
- De Luis a Luis. Ha sido valiente en cada partido y no ha titubeado a la hora de retirar a jugadores del rango de Xavi, Torres e Iniesta, un mensaje para todo el gremio. Todo vestuario est¨¢ siempre atento a c¨®mo se masajean los egos. No le ha importado hacer los cambios de dos en dos o un tercero a falta de media hora -ante Suecia- o al borde de una pr¨®rroga -frente a Italia-. Cada una de sus decisiones destilaba un ansia por la victoria; un intento de liquidar los partidos sin demora, sin llegar a la traca de los penaltis, lo que iguala el pulso ante cualquier contrario por inferior que sea. Ha cortado de ra¨ªz dos desencuentros con Ramos y Torres. No ser¨ªa descartable que el jueves ante Rusia cediera algo la iniciativa para frenar el vertiginoso juego del equipo de Hiddink.
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