Entre Hiddink y Aragon¨¦s
Un amigo de Nueva York vio c¨®mo corr¨ªa peligro su vida cuando gan¨® Espa?a a los penaltis y ¨¦l fue el ¨²nico que aplaudi¨®, rodeado de las caras m¨¢s hostiles, en un bar de Little Italy. El due?o del establecimiento, en una curiosa reacci¨®n, se neg¨® a cobrarle la cuenta, tal vez porque buscaba una elegante forma de dejarlo todo en un empate.
Pero no hay forma posible de que seamos elegantes en este tema. Todos sabemos que la selecci¨®n espa?ola no empat¨® y que, adem¨¢s, no nos conviene hacer concesiones. Ganamos. Podemos. Camacho. Etc¨¦tera. No vaya a ser que, por bonachones, vuelvan a darnos el codazo de Luis Enrique.
"Dios existe", rubric¨® el locutor de Cuatro al terminar el partido. Estaba el Rey todav¨ªa en el palco. Y, durante los d¨ªas anteriores, la propaganda patri¨®tica hab¨ªa retumbado hasta el ¨²ltimo rinc¨®n del mundo, hasta la ¨²ltima esquina de Little Italy. Al nombrar a Dios, el locutor no hizo m¨¢s que cerrar coherentemente el tri¨¢ngulo, dar un golpe sobre la mesa tradicional de la trinidad m¨¢s nuestra. Dios, Patria, Rey. ?Con Manolo, el del bombo, de ayudante de c¨¢mara?
Pero dejemos a la sagrada trinidad y bajemos al terreno de juego. Sigo con atenci¨®n extrema esta Eurocopa. Hasta el punto de haber descendido en Dubl¨ªn a toda prisa por las endiabladas escaleras de caracol de la Torre Martello para no perderme un partido de Turqu¨ªa. Me ha resultado dif¨ªcil saber a favor de qu¨¦ equipos iba en esta Eurocopa. Primero, fascinaci¨®n por Holanda, a la que imagin¨¦ campeona y ahora est¨¢ eliminada despu¨¦s de decepcionar ampliamente ante Rusia. Despu¨¦s, mi admiraci¨®n por Modric hizo que fuera a favor de Croacia. Ahora soy ruso. Rusia es la selecci¨®n que me gusta, pero, como ha de enfrentarse en las semifinales a Espa?a, me crea m¨¢s dudas morales que las que pudo tener el holand¨¦s Hiddink cuando, como entrenador de Rusia, jug¨® contra Holanda.
Ante tanta indecisi¨®n y trasiego de identidades nacionales, he decidido, a modo de protecci¨®n de mi ¨¢nimo, pensar en otra cosa, concentrarme en los entrenadores, ir a favor de algunos de ellos antes de ir a favor de pa¨ªses y de ense?as nacionales que luego caen eliminadas y le dejan a uno perdidamente trastornado. ?Qu¨¦ entrenadores? Hiddink y Luis Aragon¨¦s son los que m¨¢s virtudes han exhibido. Van Basten apunta alto, pero a¨²n le falta. Scolari, por muchos padrinos que tenga, siempre me ha parecido una patata. Donadoni no escapa de la soberbia y la mediocridad. Hiddink es el m¨¢s solvente de todos. Crea equipos triunfadores, siempre id¨¦nticos el uno al otro; formaciones f¨ªsicas y disciplinadas que estudian hasta el ¨²ltimo detalle al rival. Hiddink tiene talento, capacidad de invenci¨®n y veteran¨ªa. Luis Aragon¨¦s tiene talento y veteran¨ªa, lo que tampoco es poco. El entrenador espa?ol ha sido criticado hasta por su aspecto de enajenado y, sin embargo, es el rey del sentido com¨²n, y la prueba la tenemos en que prescindiera de Ra¨²l. Aragon¨¦s es un buen t¨¦cnico, al que ya s¨®lo le falta que en el pr¨®ximo partido explote Fernando Torres.
Como el Rusia-Espa?a va a ser la aut¨¦ntica final del campeonato, creo que ahora mismo, ya sin m¨¢s vacilaciones, me tengo que decidir entre Sevilla y Triana, entre Hiddink y Aragon¨¦s. Porque aqu¨ª de lo que se trata es de entrenadores. En la otra semifinal, el turco Terim parece s¨®lo un preparador discreto, aunque, eso s¨ª, un iluminado del gol en el ¨²ltimo minuto. Y en cuanto al alem¨¢n L?w, est¨¢ bien verde, aunque sus planteamientos, mezcla interesante de modernidad y tradici¨®n, pueden acabar llev¨¢ndole lejos. Llegados a este punto, ya s¨®lo me queda a?adir que jam¨¢s vi peor entrenador que el franc¨¦s Domenech, supremo gandul que no debe de haber espiado a sus jugadores en todo el ¨²ltimo a?o: s¨®lo eso explicar¨ªa que haya alineado a Thuram, Abidal y Henry, en profunda mala forma -como bien saben en Barcelona- desde la noche de los tiempos.
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