El guerrero canario
Silva, que tiene el tobillo inflamado, dice que es imposible jugar mal en esta selecci¨®n
De David Silva (Arguinegu¨ªn, 22 a?os) ya se sab¨ªa que es un centrocampista fino, fin¨ªsimo, de la vieja escuela canaria. Lo fue siempre, en todas las categor¨ªas inferiores de la selecci¨®n, en las que ya apuntaba a cotas alt¨ªsimas. La sorpresa es la capacidad para la lucha y el sacrificio, el esp¨ªritu defensivo, que ha desarrollado en la Eurocopa. Su presencia en cualquier esquina del centro del campo le ha convertido en un todocampista muy apreciado por la prensa internacional. A veces corre demasiado. Y, tras el primer partido ante Rusia, el cuerpo t¨¦cnico le inst¨® a que se dosificara. Y a que entrara tanto por la izquierda como por la derecha, como ante Italia, para que sea m¨¢s imprevisible.
Tras el primer partido ante Rusia, el cuerpo t¨¦cnico le inst¨® a que se dosificara
"?Usted no es canario, es vasco!", bromea con ¨¦l el seleccionador, Luis Aragon¨¦s, para ensalzar el aguante del mediocampista del Valencia, que arrastra un esguince del tobillo izquierdo durante todo el torneo. Antes de cada partido, debe vendarse los pies e inyectarse un antiinflamatorio. A¨²n as¨ª, cuando le pega fuerte a la pelota, ve las estrellas. Pero a veces ni siquiera necesita chutar a romper: basta colocar la pelota al lado del portero, como en el tercer gol de Espa?a a Rusia de la semifinal.
Silva saborea cada instante porque viene de una temporada asfixiante como todos los jugadores del Valencia, empujados a un ambiente envenenado por las decisiones de la directiva. "Es imposible jugar mal junto a Xavi, Cesc, Iniesta...", explica. La calidad t¨¦cnica llevada al m¨¢ximo exponente. A eso le a?ade los valores del compa?erismo y la solidaridad que ha encontrado en la selecci¨®n y que son los mismos que le inculcaron sus padres. De ah¨ª que se identifique con los cientos de africanos que llegan cada a?o a su pueblo, Arguinegu¨ªn, en busca de una esperanza. "Es una desgracia lo que pasa con ellos. Hay que ayudarles porque no vienen por gusto sino por necesidad", expone.
"Ponga que la calidad la hered¨® de su padre", comenta jocoso Fernando Jim¨¦nez, polic¨ªa local en excedencia y futbolista de Tercera Divisi¨®n, en el Arguinegu¨ªn, durante 19 a?os, ahora empleado del Valencia. "Aunque yo no trabajaba tanto en el campo como ¨¦l", a?ade el padre. Su madre, Eva Silva, ama de casa, le dio el apellido futbol¨ªstico desde que el primer entrenador, Paco Bataller, le llamara Silva para diferenciarlo de otros nombres cuando lleg¨® al Valencia. El chico ten¨ªa 14 a?os, era muy peque?ito, y acababa de pasar una prueba en el Madrid de la que no recibi¨® respuesta. Tampoco los inicios en el Valencia fueron f¨¢ciles. No empez¨® a jugar hasta que, meses despu¨¦s, se lesion¨® un compa?ero. Un a?o m¨¢s tarde, Juan Santisteban ya le llam¨® para lo que ser¨ªa una fulgurante carrera internacional. Entre medias, se atrevi¨® a marcharse cedido una temporada al Eibar para demostrar que no le asustaba nada. Y all¨ª el t¨¦cnico, Jos¨¦ Luis Mendilibar, se enamor¨® de su zurda y de su car¨¢cter. Lo mismo que Fernando V¨¢zquez en el Celta. A su vuelta a Valencia le esperaba Quique Flores para seguir esculpi¨¦ndolo.
Su deb¨² en la selecci¨®n absoluta, el 15 de noviembre de 2006 en el Ram¨®n de Carranza de C¨¢diz, result¨® premonitorio. A los 20 a?os, fue el mejor en un amistoso que Espa?a perdi¨® ante Rumania (0-1). A los 22, es un reputado mediocampista. Y si el Valencia sigue dispuesto a venderle, le llover¨¢n las ofertas tras la Eurocopa.EUROCOPA 2008
La gran final
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