Dos l¨ªderes en apuros
Frings se protege la costilla rota y Ballack es duda por molestias en el gemelo
La singularidad de Torsten Frings (W¨¹rselen, 31 a?os) arranca desde el principio de su biograf¨ªa: a los cinco a?os se cay¨® de una bicicleta y lo atropell¨® un coche, dej¨¢ndole una cicatriz en el lado izquierdo de la cara. Ah¨ª comenz¨® a forjar un car¨¢cter de resistente que lo ha llevado a labrar una carrera notable a pesar de sus limitaciones f¨ªsicas y t¨¦cnicas: 76 veces internacional, 10 goles. Alemania lo considera un referente, un l¨ªder indiscutible que debe sobreponerse esta vez a una baja forma provocada por cinco meses de lesi¨®n de rodilla; y a una costilla rota del partido ante Austria, por la que hoy jugar¨¢ con una protecci¨®n de carbono para evitar los golpes en el pecho y en el est¨®mago. A punto de alcanzar la cima, Alemania tiene a sus dos l¨ªderes en apuros: Ballack, de 31 a?os, se ha perdido los dos ¨²ltimos entrenamientos por unos dolores en el gemelo derecho de los que no se desprende desde hace a?os. Su participaci¨®n es duda.
Frings jugar¨¢ con una protecci¨®n de carbono para evitar golpes en el pecho y el est¨®mago
"Ballack y yo nos entendemos con la mirada", explica el centrocampista
La idea inicial del seleccionador, Joachim L?w, era colocar a Frings y a Ballack con todo el centro del campo para los dos. Pero solamente funcion¨® ante Polonia, seguramente porque este Frings no es el del Mundial de Alemania. Y porque Podolski tampoco es un centrocampista, por mucho que lo ubicara de interior izquierdo. Faltaba gente por el medio. Tras el palo de Croacia, L?w, a instancias de Ballack, decidi¨® reforzar la medular a costa de un delantero (Mario G¨®mez). Eso supuso, coincidiendo con los problemas f¨ªsicos de Frings, la entrada de Rolfes y de Hitzlsperger, dos mediocampistas de perfil bajo que le dieron m¨¢s consistencia. As¨ª fue como Alemania arroll¨® a Portugal, si bien volvi¨® a naufragar frente a la desordenada Turqu¨ªa. Por eso L?w se plantea el regreso de Frings. M¨¢s todav¨ªa si Ballack se pierde la final. "Ballack y yo nos entendemos con la mirada", explica Frings sobre su amigo Ballack, de quien destaca que haya rebajado su ego en beneficio de la selecci¨®n: "A ¨¦l le gusta jugar m¨¢s arriba, cerca del ¨¢rea, pero acepta estar m¨¢s retrasado por el bien del grupo".
Una costilla rota no va a disuadir a Frings de disputar su primera gran final. Es un hombre de acci¨®n, vers¨¢til, que se siente m¨¢s c¨®modo llegando desde atr¨¢s, como en aquel gol desde 25 metros que le marc¨® a Costa Rica en el partido inaugural del Mundial de Alemania 2006, del que conserva el bal¨®n. La suplencia ante Portugal, en estos cuartos de final, le sent¨® tan mal que acudi¨® de inmediato a quejarse al vestuario de L?w, de cuya discusi¨®n surgi¨® una catarsis. "Una costilla rota no es para tom¨¢rselo a broma", le razon¨® L?w y, tras marcharse enfadado, Frings regres¨® y se disculp¨®: "M¨ªster, yo habr¨ªa hecho lo mismo". "Eso demuestra la grandeza y el tipo de l¨ªder que es Torsten Frings", remach¨® L?w.
Frings tuvo el valor de darle calabazas al Bayern tras pasar all¨ª la campa?a 2004-05. "No me sent¨ª bien all¨ª. No disfrutaba. A la tercera semana ya quer¨ªa irme. Y a¨²n as¨ª gan¨¦ el doblete", confes¨®. A punto de la bancarrota, el Borussia Dortmund lo hab¨ªa traspasado por nueve millones al Bayern. Pero cuando lleg¨® al conjunto b¨¢varo, el entrenador, Ottmar Hitzfeld, se marchaba. Y su sustituto, Felix Magath, era la bestia negra de Frings, con quien ya hab¨ªa coincidido en el Bremen. El Werder Bremen siempre fue el principio y el final para ¨¦l. De all¨ª sali¨® hacia el Borussia en 1998 por 8,5 millones para jugar a las ¨®rdenes de su admirado Matthias Sammer. Y ah¨ª volvi¨® tras el trauma del Bayern.
Los or¨ªgenes son importantes para Frings. Empez¨® en Tercera en el Aachen y ha prometido a sus hermanos que jugar¨¢ alg¨²n d¨ªa en su equipo, el Zopp, del que es presidente honor¨ªfico. Para entender su ascendente en el vestuario germano hay que recordar lo que sucedi¨® antes del partido por el tercer y cuarto puesto de Alemania 2006. La discusi¨®n fue muy subida de tono en el bar del hotel de concentraci¨®n. Unos jugadores, encabezados por Frings, quer¨ªan volver desde Stuttgart a Berl¨ªn para agradecerle el apoyo a la afici¨®n; otros, dirigidos por Ballack, pretend¨ªan marcharse de vacaciones. Hubo una votaci¨®n y gan¨® Frings: 20 a 3.
La Copa del Mundo de 2006 fue un volc¨¢n de emociones para Frings. Por una parte, se destap¨® como uno de los mejores mediocentros del torneo. Por la otra, se perdi¨® la semifinal frente a Italia por meterse en una pelea con los argentinos al final del choque de cuartos. La UEFA lo sancion¨® con dos encuentros por haber agredido supuestamente a Julio Cruz, que lo neg¨®. El acorazado Frings quiere hoy su revancha.
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