La sombra de Mugabe
La gran celebraci¨®n londinense del cumplea?os de Nelson Mandela se vio ensombrecida durante las primeras 48 horas de su visita —lleg¨® el lunes a la capital brit¨¢nica— por un clamor en los medios para que se declarase en contra de Robert Mugabe, el l¨ªder que es su ant¨ªtesis en el continente africano.
El tirano zimbabuense llev¨® a cabo unas elecciones absurdamente fraudulentas en su pa¨ªs hace dos d¨ªas tras meses de intimidar y matar a los partidarios del principal partido opositor. Pero Mandela callaba, denunciaban los cr¨ªticos. Gente de todo el mundo hab¨ªa apoyado a Mandela en su lucha contra el apartheid, dec¨ªa un editorial tras otro. ?Por qu¨¦ ahora guardaba silencio respecto a Zimbabue? ?Por qu¨¦ traicionaba la causa de la libertad?
A la entrada de una gran carpa en Hyde Park, donde Mandela celebr¨® una cena con Bill Clinton, Gordon Brown y docenas de famosos el mi¨¦rcoles, un grupo de manifestantes le esperaba con carteles exigi¨¦ndole que se declarara contra Mugabe, personaje que gente cercana a Mandela sabe que ¨¦l desprecia.
Mandela no los defraud¨®. Durante la cena dijo unas breves palabras (si habla en p¨²blico m¨¢s de dos minutos existe el peligro, a sus casi 90 a?os, de perder la concentraci¨®n) en las que denunci¨® "el tr¨¢gico fracaso de liderazgo en Zimbabue". No fue mucho, pero s¨ª suficiente para que el Times de Londres y otros peri¨®dicos abrieran sus portadas la ma?ana siguiente con titulares que dec¨ªan: "Mandela condena a Mugabe". Aunque tambi¨¦n algunos medios siguieron preguntando por qu¨¦ Mandela hab¨ªa tardado tanto en pronunciarse. La respuesta es que se equivocan. Mandela s¨ª hab¨ªa criticado con anterioridad a Mugabe, y en t¨¦rminos m¨¢s duros que cualquier otra figura mundial. En 2000, un a?o despu¨¦s de dejar la presidencia surafricana, Mandela dijo en una rueda de prensa: "A lo largo de la historia, los d¨¦spotas y los tiranos siempre han acabado siendo derrocados por sus propios pueblos. Aquellos que insisten hoy en permanecer en el poder se arriesgan a que les ocurra lo mismo". Un periodista le pregunt¨® si se refer¨ªa a Robert Mugabe y Mandela le contest¨®, con cierta irritaci¨®n ante la obviedad de la pregunta: "?Todo el mundo sabe a qui¨¦n me refiero!".
Esas declaraciones le ganaron el rechazo de su sucesor en la presidencia, Thabo Mbeki, que insist¨ªa en buscar una soluci¨®n diplom¨¢tica al problema de Zimbabue. Leal a su partido, Mandela no dijo nada m¨¢s al respecto. En 2004, tras condenar duramente al presidente George Bush por la guerra de Irak, declar¨® que se jubilaba y que no pensaba nunca m¨¢s hacer declaraciones pol¨ªticas. Ahora ha roto su promesa, sumando su voz al coro de condenas contra Mugabe. Mucho m¨¢s no se le puede pedir.
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