Lengua com¨²n y manifiestos
Estos d¨ªas algunos andan muy excitados con la defensa de la lengua com¨²n y otras cosas que no dicen. Si a esto le a?adimos el subid¨®n que algunos de ellos -por no decir muchos- deben de tener por el gran papel de la roja en la Eurocopa, no hay duda de que esta ¨²ltima semana algunos deben estar viviendo lo m¨¢s parecido a lo que es la felicidad. Dicho esto, de lo cual, de ser cierto, me alegro porque no es f¨¢cil en los tiempos que corren abrazar la felicidad y el optimismo, vale la pena detenerse a analizar algunos elementos que se esconden detr¨¢s de esta proclama.
La primera cuesti¨®n por la que podemos interesarnos es por el momento en el que aparece esta iniciativa. Alguien podr¨¢ decir que esta cuesti¨®n no tiene m¨¢s trascendencia. Disiento. Siendo esta iniciativa de un profundo calado pol¨ªtico -definida por uno de sus relevantes promotores como la iniciativa pol¨ªtica m¨¢s importante impulsada por la sociedad civil desde la transici¨®n-, nadie deber¨ªa dudar que sus promotores -o como m¨ªnimo algunos de ellos- han evaluado el cu¨¢ndo tanto como han evaluado su contenido. No creo que sea casual que este manifiesto aparezca poco antes que el Tribunal Constitucional delibere sobre el recurso contra el Estatuto. Crear un determinado estado de opini¨®n puede razonablemente tener consecuencias en la visi¨®n de los magistrados respecto a la constitucionalidad de la reciprocidad entre el catal¨¢n y el castellano en lo que se refiere a la obligatoriedad de comprender y el derecho de usar ambas lenguas por parte de los ciudadanos.
Para mantener la cohesi¨®n social en Catalu?a, la lengua com¨²n tambi¨¦n debe ser la catalana
Tampoco creo que sea casual la aparici¨®n y el uso de este manifiesto poco despu¨¦s de la voluntad anunciada por Mariano Rajoy de reanudar el di¨¢logo con los nacionalistas vascos y catalanes. A muchos de los promotores de esta proclama -aunque no sean del PP- les desagrada pensar que Rajoy pueda abrir v¨ªas de entendimiento con los nacionalistas vascos y catalanes, de la misma manera que les horroriza que lo haga el Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero. Es evidente que este manifiesto -m¨¢s all¨¢ del alcance que tenga- pone en un aprieto a Rajoy; si lo firma, empieza muy mal su giro y aproximaci¨®n al PNV y a CiU; si no lo firma, da m¨¢s bazas a los cr¨ªticos del PP con la nueva direcci¨®n. Sin negar que los promotores de ese documento tienen un inter¨¦s por la lengua com¨²n, es imposible negar que algunos de ellos tienen tambi¨¦n un indiscutible inter¨¦s en participar e influir en el debate y la vida pol¨ªtica espa?ola para corregir -o como m¨ªnimo condicionar- lo que no les gusta. Y parece claro que la agitaci¨®n con el uso de la lengua com¨²n es una buena excusa para ello.
La segunda cuesti¨®n tiene que ver con la dimensi¨®n sustantiva del documento, con su contenido. La defensa de lo com¨²n, de lo que une, siempre es positivo y atrae simpat¨ªas. Pero hay que advertir que la manera de justificar la defensa de lo que denominan lengua com¨²n, supone claramente un ataque a lo que ellos -sin decirlo- consideran lengua particular, en nuestro caso la lengua catalana. Evidentemente, no es un ataque burdo ni tan s¨®lo expl¨ªcito. Es tan sutil que con seguridad todos los promotores negar¨¢n la mayor de mi afirmaci¨®n y se escudar¨¢n diciendo que nunca la defensa de la libertad y los derechos individuales puede ser concebido como un ataque a nada ni nadie. El problema es que lo que no es cre¨ªble es precisamente el eje de su argumentaci¨®n. Si trasladamos este debate a otros ¨¢mbitos lejos de la cuesti¨®n ling¨¹¨ªstica, podemos llegar a la conclusi¨®n de que las tesis de los ultraliberales que niegan al Estado cualquier derecho a intervenir en la vida de los individuos es la posici¨®n adecuada. Si esa no es la posici¨®n ideol¨®gica de los promotores, tendr¨¢n que admitir que ese debate entre pol¨ªticas p¨²blicas y libertad individual s¨®lo debe servir para cuestionar las pol¨ªticas ling¨¹¨ªstica de las lenguas que ellos definen como no comunes. La aplicaci¨®n tan particularista y ad hoc de un debate que ellos han querido vender como tan universal desacredita a sus promotores y, lo que es m¨¢s importante, desacredita la l¨®gica argumentativa del manifiesto.
Lo que el manifiesto no dice es que para mantener la cohesi¨®n social en Catalu?a la lengua com¨²n tambi¨¦n debe ser la catalana. Y la ¨²nica manera de que en Catalu?a el catal¨¢n sea tambi¨¦n lengua com¨²n es que todos los que viven en esta comunidad dominen la lengua catalana. Sin ese dominio por parte de todos los que viven en Catalu?a, no hay posibilidad para que el catal¨¢n pueda considerarse com¨²n. Y la consecuencia de que el catal¨¢n deje de ser com¨²n no s¨®lo es que amenace el futuro de esa lengua, sino que tambi¨¦n puede afectar gravemente la convivencia y la cohesi¨®n.
Silenciar que en Catalu?a todos los j¨®venes -con excepci¨®n de los inmigrantes- menores de 30 a?os dominan indistintamente la lengua catalana y la castellana es miserable. No incorporar en ning¨²n momento de su discurso que la inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica es s¨®lo una t¨¦cnica que en el contexto catal¨¢n ha evitado la separaci¨®n de los alumnos en una doble red escolar, es miserable.
Argumentar que las tesis contra la inmersi¨®n son una defensa de los socialmente m¨¢s indefensos, de los que no pueden escoger ni tan s¨®lo alzar su voz, es de un populismo impropio de alguien que aspire a ejercer liderazgo intelectual.
Algunos promotores de ese manifiesto viven y trabajan en Catalu?a y su profesi¨®n guarda relaci¨®n con la docencia. Desconozco en qu¨¦ lengua imparten sus clases, pero me gustar¨ªa que identificaran un solo alumno que tras su escolarizaci¨®n no tuviera un dominio del castellano.
Negar que cualquier instituci¨®n p¨²blica que tiene que gestionar la cooficialidad de dos lenguas en su territorio -y una de ellas en situaci¨®n de precariedad social por motivos hist¨®ricos y de mercado- no tenga como misi¨®n evitar la segregaci¨®n y la separaci¨®n de sus ciudadanos, es profundamente insensato.
Si ese modelo de convivencia que se ha dado en Catalu?a no cabe en la definici¨®n de lo com¨²n que algunos ahora proclaman, es que su visi¨®n de lo que es com¨²n es excesivamente restrictiva y sectaria.
Jspicanyol@hotmail.com
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