El b¨²nker de Europa toma cuerpo
Una de las prioridades de la presidencia francesa de la UE, que comienza ma?ana, es blindar la Uni¨®n frente a nuevos inmigrantes no seleccionados
El b¨²nker de Europa va tomando cuerpo. El presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, sigue adelante con su plan de cerrar las puertas a nuevos inmigrantes no requeridos. S¨®lo tendr¨¢n entrada los escogidos en funci¨®n de las necesidades del mercado laboral. Su Pacto por la Inmigraci¨®n y el Asilo descarta tambi¨¦n las regularizaciones generalizadas, promueve introducir la identificaci¨®n biom¨¦trica en los visados y los vuelos colectivos para expulsar a los indocumentados que no se vayan voluntariamente. De los ocho millones de sin papeles s¨®lo ser¨¢n regularizados algunos "con car¨¢cter excepcional" por motivos humanitarios y econ¨®micos.
S¨®lo entrar¨¢n los escogidos por necesidad del mercado laboral
Persisten algunos de los objetivos del "contrato de integraci¨®n"
El endurecimiento de la pol¨ªtica de inmigraci¨®n europea, que propugna Sarkozy y que coincide con el momento m¨¢s bajo de su popularidad, es una de las cuatro prioridades de la presidencia francesa de la UE, que empieza ma?ana. Los otros temas son energ¨ªa-cambio clim¨¢tico, defensa y pol¨ªtica agr¨ªcola com¨²n.
Par¨ªs quiere presentar el Pacto por la Inmigraci¨®n y el Asilo como una iniciativa bilateral de Francia y Espa?a en la reuni¨®n de ministros de Interior que se celebrar¨¢ en Cannes el 7 y el 8 de julio. En los ¨²ltimos d¨ªas, Alemania ha mostrado mucho inter¨¦s y podr¨ªa incorporarse al equipo que presente la propuesta. El Gobierno espa?ol ha realizado esfuerzos para suavizar el documento, como puso de relieve en la cumbre hispano-francesa del pasado viernes en Zaragoza, e incluso hab¨ªa elaborado un documento alternativo que finalmente declin¨® presentar. De momento, ha logrado que desaparezca del texto el nombre de "contrato de integraci¨®n", pero quedan muchas ideas de su contenido. Tambi¨¦n ha logrado aplazar un a?o, hasta 2012, la entrada en vigor de los visados biom¨¦tricos. Sigue el pulso sobre la prohibici¨®n de las regularizaciones generalizadas, que Francia quiere mantener a toda costa. Espa?a busca reforzar la idea de que la inmigraci¨®n es una pol¨ªtica comunitaria y no una ayuda de solidaridad a un pa¨ªs del sur con problemas por su situaci¨®n geogr¨¢fica. La dificultad es que le toca hacerlo con Sarkozy y sus propuestas (que ¨¦ste ya aplic¨® en Francia en 2003).
Jean-Pierre Dubois, presidente de la Liga de los Derechos del Hombre, conf¨ªa en que estas ideas del pacto no prosperen. Considera que "trata a los inmigrantes como mercanc¨ªas, favorece a los pa¨ªses ricos a costa de los pobres, es decir, todo lo contrario al desarrollo". Sarkozy "quiere un b¨²nker en Europa y separarla del resto del mundo".
La ¨²ltima redacci¨®n del documento del pacto, cuyo texto deber¨ªa aprobarse en octubre por los l¨ªderes europeos, "recuerda que corresponde a cada Estado miembro decidir sobre las condiciones de admisi¨®n de los inmigrantes legales y fijar si se da el caso, y si es posible con la colaboraci¨®n con los pa¨ªses de origen, su n¨²mero". Y "llama a los Estados miembros a poner en pr¨¢ctica una pol¨ªtica de inmigraci¨®n escogida, especialmente en lo que concierne a las necesidades del mercado de trabajo, y concertada, teniendo en cuenta del impacto que puede tener sobre los otros Estados miembros".
Sophie Baylac, jurista y asesora de La Cimade, organizaci¨®n dedicada al acompa?amiento de inmigrantes, manifiesta que "este enfoque de la inmigraci¨®n est¨¢ m¨¢s basado en motivos ideol¨®gicos que en la realidad". En su opini¨®n, anteponer la emigraci¨®n econ¨®mica a la reagrupaci¨®n familiar "es condenar a los inmigrantes a vivir separados de sus familias". Efectivamente, el Pacto por la Inmigraci¨®n propone "regular mejor la inmigraci¨®n familiar invitando a cada Estado a que tenga en cuenta en su legislaci¨®n sus capacidades de acogida, y las capacidades de integraci¨®n de las familias en lo que concierne a sus condiciones de recursos y de vivienda en el pa¨ªs de destino as¨ª como, por ejemplo, el conocimiento de la lengua de este pa¨ªs". La ¨²ltima versi¨®n se ha suavizado a?adiendo que se "respetar¨¢ la convenci¨®n europea de protecci¨®n de los derechos del hombre y de las libertades fundamentales".
Espa?a ha logrado tambi¨¦n eliminar el concepto de "contrato de integraci¨®n", pero se mantienen algunos de sus objetivos. As¨ª, se invita a los Estados a aplicar "pol¨ªticas ambiciosas para favorecer la integraci¨®n armoniosa de los inmigrantes", con un "equilibrio" de derechos y deberes, entre los que se cita "aprendizaje de la lengua y respeto de las leyes del pa¨ªs de acogida". Y tambi¨¦n "medidas espec¨ªficas para favorecer el acceso al empleo, factor esencial de la integraci¨®n".
Se necesitan de 50 a 110 millones de extranjeros
La UE se debate en una profunda contradicci¨®n ante la inmigraci¨®n. Por una parte, la Comisi¨®n Europea no cesa de publicar estudios que se?alan la urgente necesidad de extranjeros para compensar el imparable envejecimiento de la poblaci¨®n. Por otra, est¨¢n los discursos cada vez m¨¢s dominantes de Nicolas Sarkozy y Silvio Berlusconi, que utilizan las diferencias culturales para promover actitudes xen¨®fobas y obtener r¨¦ditos pol¨ªticos en momentos de crisis econ¨®mica.
El pasado 17 de junio, la Comisi¨®n aprob¨® un documento con otro enfoque de la inmigraci¨®n que se?ala: "En el contexto de una Europa que envejece, la contribuci¨®n potencial de la inmigraci¨®n a la eficacia econ¨®mica de la UE es importante". La realidad es que los europeos viven cada vez m¨¢s a?os y la generaci¨®n del baby boom de despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial se acerca a la jubilaci¨®n.
Europa precisa entre 50 millones y 110 millones de inmigrantes hasta 2060, seg¨²n las proyecciones demogr¨¢ficas de la Comisi¨®n. "La poblaci¨®n de la UE en edad de trabajar habr¨¢ descendido en 50 millones de personas, incluso si se mantiene un nivel de inmigraci¨®n neta similar a los niveles hist¨®ricos, y descender¨¢ en 110 millones si no se mantiene esa inmigraci¨®n neta". Para la Comisi¨®n, "esta evoluci¨®n presenta riesgos de sostenibilidad de los reg¨ªmenes de pensiones y de protecci¨®n social y exigir¨ªa un mayor gasto p¨²blico". Desde 2002, las llegadas de inmigrantes a la UE oscilan entre 1,5 y 2 millones de personas por a?o.
El impacto positivo de la inmigraci¨®n ha sido analizado por los ministros de Finanzas. Seg¨²n dijo el comisario de Asuntos Econ¨®micos, Joaqu¨ªn Almunia, el pasado noviembre, "el papel de la inmigraci¨®n en el crecimiento de la poblaci¨®n ha sido clave en la UE". A su juicio, "es crucial que la poblaci¨®n inmigrante, incluyendo a sus hijos, se integre en el mercado laboral y en las sociedades de los pa¨ªses que los reciban". El ¨¦xito econ¨®mico de Espa?a, Reino Unido e Irlanda de los ¨²ltimos a?os es inexplicable sin la inmigraci¨®n. En Espa?a, m¨¢s de la mitad del crecimiento en 2007 fue debido a los inmigrantes. En Reino Unido, m¨¢s de un mill¨®n de polacos, checos y de otros pa¨ªses del Este cubrieron el d¨¦ficit de mano de obra.
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