La desigualdad municipal
La financiaci¨®n de los ayuntamientos registra notables diferencias seg¨²n su territorio y tama?o - Crece la asunci¨®n de competencias sin recibir dinero
Los ciudadanos son municipalmente desiguales en materia financiera. No supone lo mismo vivir en un pueblo de 5.000 habitantes que en una capital y, todav¨ªa peor, no supone lo mismo vivir en Vizcaya que en Guip¨²zcoa o ?lava. El art¨ªculo 140 de la Constituci¨®n instaura el principio de autonom¨ªa municipal, que, para desarrollarse de forma plena, necesita ir acompa?ado de dinero, por lo que la Carta Magna establece que las "haciendas locales deber¨¢n disponer de los medios suficientes". Pese a ello, las ciudades y pueblos de Euskadi est¨¢n lejos de recibir los mismos ingresos por habitante.
El dinero llega a los municipios de la recaudaci¨®n de sus propios tributos, los de la comunidad aut¨®noma y los estatales. Euskadi mantiene aqu¨ª, como en toda materia fiscal, su situaci¨®n particular gracias al Concierto. Los consistorios vascos reciben una financiaci¨®n por t¨¦rmino medio un 30% superior a los de territorio com¨²n. La clave radica en la participaci¨®n en los tributos del Estado o de las comunidades. El entramado fiscal vasco permite a los ayuntamientos de los tres territorios una financiaci¨®n muy superior. Mientras en Euskadi este tipo de ingresos suponen el 44% del total, en el resto de Espa?a se quedan en el 27%.
Los pueblos alaveses peque?os reciben la mitad de dinero que los vizca¨ªnos Casi el 31% de un presupuesto local va a gastos en competencias ajenas
Esta situaci¨®n no resulta nada homog¨¦nea. Por un lado, las diferencias entre territorios y ayuntamientos es notable seg¨²n su tama?o (ver gr¨¢fico). Por otro, los consistorios cada vez est¨¢n asumiendo m¨¢s competencias por v¨ªa de hecho sin recibir a cambio una compensaci¨®n financiera.
Las corporaciones vascas son ricas si se comparan con el conjunto de Espa?a, pero tambi¨¦n los servicios que prestan son muy superiores a los de territorio com¨²n. Los ayuntamientos que reciben m¨¢s fondos de los impuestos concertados son los vizca¨ªnos, aunque que en alg¨²n tramo las cosas est¨¢n ligeramente mejor en Guip¨²zcoa. Los alaveses se llevan la peor parte, si se deja fuera a las dos grandes ciudades de la provincia: Vitoria y Llodio.
Los peque?os municipios alaveses se hallan realmente infrafinanciados, lo que ha llevado al presidente de la asociaci¨®n muncipal Eudel, Jokin Bildarratz, a asegurar en m¨¢s de una ocasi¨®n que municipios de ese territorio no pueden permitirse abrir sus puertas a diario, porque no les llega el dinero. Los consistorios alaveses que tienen menos de 1.000 habitantes reciben casi la mitad de dinero de su Diputaci¨®n que los vizca¨ªnos de igual tama?o. Esta situaci¨®n genera desigualdad porque las competencias de unos y otros son las mismas.
?Por qu¨¦ los ayuntamientos realizan y pagan tareas que no les corresponden por ley? La primera respuesta que llega del entramado municipal es que los ciudadanos las piden y el ayuntamiento es la administraci¨®n m¨¢s pr¨®xima. La realidad resulta algo m¨¢s compleja. Casi el 31% de los presupuestos locales se destina a gastos en competencias que no son propias: guarder¨ªas, protecci¨®n de derechos de los consumidores, centros de d¨ªa, promoci¨®n de empleo, etc¨¦tera. Eudel estima que el gasto por vecino por este concepto asciende a 259 euros.
Muchas de estas competencias corresponden al Gobierno vasco y algunas son concurrentes. Eudel ha reclamado en m¨²ltiples ocasiones que los servicios que se presten y no sean propios lleguen con su financiaci¨®n correspondiente. Aqu¨ª se encuentra otro de los grandes caballos de batalla municipales: la financiaci¨®n debe ser no condicionada, es decir, no vinculado a una actividad.
El Gobierno vasco acostumbra a fijar l¨ªneas de cr¨¦dito para prestar servicios con un criterio de oportunidad. Decide que deben ser prestados por la administraci¨®n m¨¢s cercana, los ayuntamientos. El vecino pide el servicio a su alcald¨ªa. De esta forma, los consistorios se han encontrado con competencias no pedidas en servicios sociales (ayudas de emergencia, dependientes,...), euskaltegis, inmigraci¨®n, guarder¨ªas, ense?anzas musicales, inserci¨®n, consumo, etc¨¦tera.
Forzados por la demanda ciudadana, los consistorios crean el servicio y contratan personal para cubrirlo. Sin embargo, en muchas ocasiones el Gobierno cambia luego de planes y decide que la cuesti¨®n concreta deja de ser prioritaria. Los ayuntamientos se encuentran as¨ª sin fondos, pero teniendo que hacer frente a una prestaci¨®n a la que sus vecinos ya se han acostumbrado. Las entidades locales vascas desear¨ªan que se atendiese, por ejemplo, al modelo dan¨¦s, donde cada cuatro a?os se revisa el sistema de financiaci¨®n y las competencias para ajustarse a la realidad.
Tres modelos de reparto
Las haciendas vascas insisten en que su modelo fiscal es de riesgo unilateral: la cifra que se paga por las competencias no asumidas (el Cupo) se fija en funci¨®n del peso de Euskadi en el conjunto de Espa?a, sea buena o mala la recaudaci¨®n de las haciendas forales. Hasta ahora las cosas han salido siempre bien. De hecho, la f¨®rmula de c¨¢lculo del Cupo con un ¨ªndice (6,24%) que nunca ha variado supone, seg¨²n el catedr¨¢tico de Hacienda P¨²blica de la UPV Ignacio Zubiri, tener un 65% m¨¢s de recursos per c¨¢pita que las comunidades de r¨¦gimen com¨²n.
La Ley de Aportaciones fija los criterios b¨¢sicos de reparto de la recaudaci¨®n de los tributos concertados una vez pagado el Cupo. El Gobierno se lleva el 70,04% y las diputaciones se reparten el resto. ?stas deben destinar a los municipios un 54,7% de sus ingresos. A partir de ese punto se abre el camino a la diferencia. Cada territorio establece un modelo propio de reparto. ?lava y Vizcaya destinan un 56% a los consistorios; Guip¨²zcoa, un 57%. La forma de reparto tambi¨¦n var¨ªa en cada uno:
- ?lava. Su mayor particularidad son las entidades locales menores a los ayuntamientos: 334 concejos y siete cuadrillas. Los 51 municipios reciben el 96,94% del dinero del fondo foral; los concejos, el 1,76% y las cuadrillas, el 1,3 %. De la dotaci¨®n de dicho fondo se detrae el 1,15% para Vitoria por la prestaci¨®n de servicios sociales. A las cuadrillas se les asigna otro 0,75%. De lo que queda, un 27% se reparte entre municipios, concejos y cuadrillas en funci¨®n de los servicios que prestan y el 73% restante, entre los ayuntamientos, en funci¨®n de su poblaci¨®n y esfuerzo fiscal.
- Vizcaya. Antes de iniciarse el reparto del fondo foral Udalkutxa se separa un 0,75% para imprevistos, un 0,15% para la financiaci¨®n de Eudel y la cantidad asignada a Bilbao, pactada en su d¨ªa y que actualiza cada a?o en id¨¦ntico porcentaje a la evoluci¨®n del propio fondo. El dinero restante se reparte entre el resto de los municipios. En primer lugar, se asigna una cantidad fija a cada ayuntamiento: 81.137 euros. Del resto, el 80% se reparte de manera directamente proporcional al n¨²mero de habitantes, el 13% en funci¨®n del esfuerzo fiscal y el 7% restantes, seg¨²n diversos criterios (municipios costeros, n¨²mero de unidades escolares, etc¨¦tera).
- Guip¨²zcoa. Del fondo foral se aparta el 0,15% para la financiaci¨®n de Eudel. El 1,2% se reparte como una cantidad fija a los ayuntamientos (entre 24.040 y 84.142 euros) en funci¨®n de su poblaci¨®n. A San Sebasti¨¢n se le asigna como capital un 2,15%. El 90% se reparte de manera directamente proporcional a la poblaci¨®n de cada municipio, el 3% de manera inversa a la renta de cada municipio, y el 3,5 % seg¨²n el esfuerzo fiscal.
Una comunidad de peque?os pueblos
- El 74% de los municipios vascos tiene menos de 5.000 habitantes (el 94% en ?lava, el 71% en Vizcaya y el 75% en Guip¨²zcoa) y representan apenas el 10% de la poblaci¨®n. El 43% queda incluso por debajo de la barrera de los mil vecinos.
- Las tres capitales suman el 36% de la poblaci¨®n. Vitoria acoge al 76% de los ciudadanos alaveses; Bilbao, al 31% de los vizca¨ªnos, y San Sebasti¨¢n, al 27% de los residentes en Guip¨²zcoa. La mayor¨ªa de la poblaci¨®n vive en pocos municipios. Seis ciudades re¨²nen al 47% de los vascos, porcentaje que se eleva al 66% si se tiene en cuenta a 18 localidades.
- Una vieja aspiraci¨®n de los consistorios, la ley Municipal, va camino de ser realidad. El proyecto ya est¨¢ en el Parlamento y, si la legislatura siguiera su curso natural, se convertir¨ªa en ley. Sin embargo, todo depende de si finalmente se adelantan o no las elecciones auton¨®micas.
- Los ayuntamientos esperan de esa ley una determinaci¨®n clara de competencias, el establecimiento de una financiaci¨®n no condicionada de las mismas y participar de pleno derecho en el Consejo Vasco de Finanzas, ¨®rgano que fija el reparto de los tributos concertados en Euskadi.
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