La rabia de Coughlin

Ser¨¢n los nuevos trajes, o que la tremenda nataci¨®n estadounidense quiere ganar la batalla ol¨ªmpica de Pek¨ªn a todos sus enemigos. Australianos y chinos deben de estar tomando buena nota de las proezas que se repiten sin descanso en las pruebas de selecci¨®n ol¨ªmpica estadounidenses en el Qwest Center de Omaha, donde los r¨¦cords mundiales se cuentan por pares. Y no s¨®lo los firma Michael Phelps o caen en las finales como el de Katie Hoff. Tambi¨¦n ocurren en las series. De frente y de espalda.

La segunda jornada tuvo dos fogonazos de excepci¨®n, s¨ªntoma de que el potencial de la nataci¨®n estadounidense est¨¢ listo para la explosi¨®n. En la 15? serie, la pen¨²ltima de los 100 metros espalda, una veterana, Hayley McGregory (22 a?os) silenci¨® las gradas con un tiempo de 59,15s, seis cent¨¦simas menos que el r¨¦cord de Natalie Coughlin del pasado febrero. "Nadie se propone batir un r¨¦cord mundial. Simplemente se da", dijo, "y es maravilloso lograrlo en una serie".

"No quer¨ªa que la marca estuviera mucho tiempo en sus manos", dijo Coughlin

La alegr¨ªa de la tejana apenas dur¨® dos minutos. Coughlin, uno de los inmensos mascarones de proa estadounidenses, oro en 100 metros espalda en los Juegos de Atenas 2004, le contest¨® acto seguido con un registro de 59,03s. "El objetivo era s¨®lo controlar las fuerzas y meterme entre las 16 mejores para entrar en semifinales", dijo Coughlin; "pero no quer¨ªa que el r¨¦cord estuviese mucho tiempo en sus manos", a?adi¨®. La barrera de los 58s estaba ya al caer y no lo hizo en semifinales, donde McGregory volvi¨® a hacer mejor tiempo que su rival (59,48s frente a 59,74s).

A su vez, Katie Hoff, apodada la Phelps femenina, gan¨® tambi¨¦n los 400 libres, como hizo con los estilos, aunque se qued¨® al borde de su plusmarca de febrero (4m 2,20s) e hizo 4m 2,32s. No pudo acercarse al r¨¦cord mundial que logr¨® la italiana Federica Pellegrini: 4m 1,53s en los Europeos de Eindhoven, en marzo.

El que s¨ª aparenta estar capacitado para volver a asombrar al mundo es Michael Phelps. Si nadie lo remedia, el pupilo de Bob Bowman repetir¨¢ en los 200 metros libres lo que sucedi¨® en los 400 estilos. De su duelo con Ryan Lochte puede surgir otra haza?a. De momento, en las series y en las semifinales se repartieron los dos primeros puestos con tiempos de 1m 46s y 1m 45s. Para la final anuncian un m¨ªnimo de 1m 44s, lo que hace peligrar el r¨¦cord que bati¨® Phelps en los Mundiales de Melbourne de 2007 (1m 43,86s). "He tenido muy buenas sensaciones", dijo Phelps; "espero seguir as¨ª porque la final ser¨¢ muy dura". Y m¨¢s cuando el nadador afrontar¨¢ las series y semifinales de 200 metros mariposa.

Phelps no es el ¨²nico protagonista de los trials. En el hect¨®metro de espalda destaca el duelo entre el plusmarquista mundial y due?o hasta ahora del estilo, Aaron Peirsol, con Randall Bal. Los 52,98s de Peirsol en los Mundiales de Melbourne ya los roz¨® Bal en las semifinales que se disfrutaron en Omaha (53,09s, mejor marca del a?o). Peirsol, que siempre va de menos a m¨¢s, hizo 53,26s.