Un socialismo exigente
Mar¨ªa Dolores de Cospedal ha cometido el mismo error que muchos otros dirigentes del PP han tenido nada m¨¢s aterrizar en Andaluc¨ªa: insultar y manipular. ?A estas alturas de siglo afirma que cuando su partido gobierne en esta tierra, los andaluces dejar¨¢n de emigrar y adem¨¢s, ag¨¢rrense que hay curva, podr¨¢n crear empresas!
Por error o mala fe, De Cospedal ignora que los andaluces ya pr¨¢cticamente no emigran. Al contrario, docenas de miles de no andaluces vienen a trabajar a esta tierra procedentes de los m¨¢s diversos puntos del globo: desde el ?frica negra, el Este europeo, el Magreb o las sierras andinas.
Con esta oposici¨®n, y un candidato que ha perdido ya tres veces ante el socialista Chaves -y se encamina hacia su cuarta derrota, a este paso- no es extra?o que el partido socialista vaya a mantenerse en el poder al menos durante tres d¨¦cadas seguidas.
"No queremos morir de ¨¦xito", me comentaba hace un par de d¨ªas Luis Pizarro, secretario de Organizaci¨®n del PSOE andaluz, mientras ultimaba detalles del 37? Congreso Federal que el partido celebra este fin de semana.
Pero atenci¨®n a la ola conservadora que azota Europa. Buena parte de nuestros vecinos -italianos, franceses, alemanes, polacos- est¨¢n gobernados por la derecha y otros, como los brit¨¢nicos, padecen un socialismo (laborismo) edulcorado. La derecha espa?ola acaba de renovar su fachada y pretende embaucar a los desencantados con Zapatero.
Por ello, un fantasma recorre estos d¨ªas las filas las bases del socialismo espa?ol: la posible derechizaci¨®n de la c¨²pula, en aras del pragmatismo electoral. Algunos dirigentes nacionales del PSOE tienen la tentaci¨®n de acercarse al caladero del centro. Afirman que ah¨ª est¨¢n los votos que necesitan para ganar las pr¨®ximas elecciones.
Por esta raz¨®n es importante la posici¨®n que los delegados andaluces adopten en el inminente c¨®nclave socialista. Andaluc¨ªa, en contra de lo que opina De Cospedal, no s¨®lo ha dejado de ser tierra de hambruna y alpargata, sino que es pionera en muchos terrenos que van desde la investigaci¨®n biom¨¦dica a la defensa del derecho a una muerte digna. Por no hablar de la paridad entre mujeres y hombres, llevada a sus cotas m¨¢ximas en el Gobierno y en el Parlamento. O la se?al de transparencia emitida al ser el Parlamento andaluz el primero en colgar en Internet la declaraci¨®n de bienes e intereses de sus diputados.
En el terreno de las pol¨ªticas sociales, los socialistas andaluces han demostrado que tambi¨¦n est¨¢n en vanguardia. Un bot¨®n de muestra: el ambicioso plan de vivienda protegida puesto en marcha con empresarios y sindicatos para cumplir con el derecho que este Gobierno ha reconocido a todos los andaluces: el acceso a una vivienda digna, en propiedad o en alquiler, a precios que no signifiquen su propia ruina.
Andaluc¨ªa acude al congreso con la delegaci¨®n m¨¢s numerosa: 251 delegados que representan a 65.000 militantes. El 25% del socialismo nacional. Las enmiendas que presentan al debate van desde el rechazo a la jornada laboral de 60 horas, a la mejora de las pensiones m¨¢s bajas, la defensa de los derechos de las personas dependientes o la lucha contra el machismo y la homofobia que a¨²n campea en este pa¨ªs. Por citar solo algunas.
Comentaba Pizarro que el riesgo de derechizaci¨®n no existe. "Si fuera as¨ª, lo frenar¨ªan las bases del partido". Es bueno saberlo. Porque aunque coincido con la tesis de que los partidos deben adaptar su ideario a "la demanda de una sociedad que ha cambiado mucho en Espa?a y en el mundo", en palabras de Pizarro, no es menos cierto que una "adaptaci¨®n" excesiva, es decir, un acercamiento a las posiciones de la derecha para ganar ese manido centro, podr¨ªa provocar una estampida del voto de izquierdas. Aunque herida, Izquierda Unida est¨¢ al acecho.
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