La memoria sentimental del siglo XX
Jacques Brel
Viaje a la libertad
Era belga como Tint¨ªn. Se fue hace treinta a?os aunque ya hab¨ªa abandonado los escenarios en 1967. Compr¨® un velero para surcar los mares c¨¢lidos con su ¨²ltima compa?era, viaje inici¨¢tico de quien se sab¨ªa ya enfermo de c¨¢ncer. Y hall¨® la libertad en las Marquesas, esas islas donde "el mar se rasga y el tiempo se inmoviliza", y donde ¨¦l descansa cerca de la tumba de Gauguin. Contradictorio -"s¨®lo los imb¨¦ciles no cambian nunca de opini¨®n"-, Brel despreci¨® a los burgueses, asust¨® a las beatas, llor¨® por sus amigos, se enfad¨® con los flamencos... Supo retratar las miserias, miedos y maldades del ser humano con una lucidez perturbadora y una delicada ternura: Ne me quitte pas -"un hombre no deber¨ªa cantar esas cosas", lleg¨® a decir Piaf-, La valse ¨¤ mille temps, Quand on n'a que l'amour, Le plat pays...
Serge Gainsbourg
El feo m¨¢s 'sexy'
Dec¨ªa: con mi careto no voy a hacer de crooner as¨ª que voy a provocar. Solitario y mis¨®gino, de su brazo andaban las mujeres m¨¢s deseadas de Par¨ªs, y sus canciones -un patchwork de sonidos inteligentemente reciclados- las grabaron desde Brigitte Bardot, Isabelle Adjani o Catherine Deneuve hasta Vanessa Paradis, France Gall (la eurovisiva -1965- Poup¨¦e de cire, poup¨¦e de son) o Fran?oise Hardy. Envuelto en el humo de sus Gitanes, Gainsbourg era el personaje seductor, dandi c¨ªnico y desenga?ado, que fue creando Lucien Ginzburg, hijo de rusos jud¨ªos. Recibi¨® amenazas de militares cuando puso ritmo de reggae a La Marsellesa y levant¨® ampollas al grabar Lemon incest con su hija Charlotte. Antes ya hab¨ªa escandalizado con Je t'aime, moi non plus a d¨²o con Jane Birkin. Muri¨® con 62 a?os en su piso de la calle de Verneuil.
Georges Brassens
Un hombre libre
En su pasaporte, como profesi¨®n, pon¨ªa "hombre de letras". S¨®lo voz, guitarra y contrabajo: para no distraer de la palabra. Dec¨ªa mierda o puta, con crudeza y ternura, porque la obra del autor de La mauvaise r¨¦putation o Chanson pour l'Auvergnat es un canto contra la autoridad, una denuncia del puritanismo y la falsedad. Hace dos a?os, a los 25 de su muerte, se editaron Elle est ¨¤ toi cette chanson -su obra de estudio en 15 discos- y Oeuvres compl¨¨tes -las letras de todas sus canciones-. Ya hay m¨¢s de 50 libros sobre Brassens, que da nombre a calles, parques, escuelas o bibliotecas de m¨¢s de 500 poblaciones de Francia. Hombre libre, no le importaron dinero ni honores: quiso ser invisible para los poderosos. Est¨¢ enterrado en S¨¨te, su ciudad natal, en el cementerio conocido como "de los pobres".
Juliette Gr¨¦co
La musa existencialista
Uno de los grandes mitos de la canci¨®n francesa: musa del Saint-Germain-des-Pr¨¨s de los existencialistas, en el que ella cantaba Si tu t'imagines o Je hais les dimanches. Aquella joven delgada, de ojos oscuros y profundos, y rostro muy p¨¢lido, cuyos largos jers¨¦is y pantalones negros inspiraron entonces a tantas chicas, representaba el personaje de la mujer que asume su libertad, distante, provocadora, misteriosa... Juliette Gr¨¦co (Montpellier, 1927), que a mediados de los a?os sesenta aterroriz¨® a los telespectadores franceses paseando de noche como un fantasma por los pasillos del Museo del Louvre, logr¨® ser popular a trav¨¦s de un repertorio refinado escrito por Pr¨¦vert y Kosma, Vian, Ferr¨¦, Brel, Sagan, Gainsbourg, Desnos, Queneau
... La Gr¨¦co actu¨® tambi¨¦n en obras de teatro y pel¨ªculas de Jean Renoir, Otto Preminger o John Huston.
L¨¦o Ferr¨¦
Corazon anarquista
El autor de canciones tan hermosas e intensas como Avec le temps music¨® a Rimbaud y Baudelaire, dirigi¨® obras de Ravel o Beethoven, dese¨® a los hombres no tener dios ni amo y cant¨® Franco, la muerte. Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n escribi¨® que fue uno de los cantautores que han contribuido a hacer de la canci¨®n popular la huella moral y sentimental del siglo XX. Verbo ¨¢cido y ojos bondadosos, la anarqu¨ªa era una forma de vida y ¨¦l la hac¨ªa rimar con amor. "No llegan al uno por ciento y sin embargo existen / la mayor¨ªa, espa?oles, vaya usted a saber por qu¨¦" (Les anarchistes). El viejo luchador se hab¨ªa refugiado desde los a?os setenta en las colinas de la Toscana, en las que hac¨ªa su vino y su aceite de oliva, hasta su muerte, en julio de 1993.
Fran?oise Hardy
Cantante modelo
Ten¨ªa 18 a?os cuando grab¨® Tous les gar?ons et les filles. Era el verano de 1962 y miles de adolescentes europeas se identificaban con la belleza t¨ªmida de Fran?oise y aquellas suaves canciones sentimentales, algunas de las cuales hab¨ªa escrito ella misma. Muchos la consideran hoy la figura femenina del pop franc¨¦s. Su rostro delicado y su figura delgada ocupaban las principales revistas y llev¨® las creaciones de los m¨¢s famosos dise?adores franceses: Courr¨¨ges, Paco Rabanne o Yves Saint Laurent. El a?o pasado se public¨® la caja 100 chansons, resumen de m¨¢s de cuarenta a?os de carrera y cinco millones de discos vendidos. En los 12 d¨²os de su compacto Parenth¨¨ses, esta mujer que se deja ver m¨¢s bien poco -desde que existe, aspira a desaparecer, escribieron en Le Monde- ha grabado con Jacques y Thomas Dutronc, marido e hijo.
Edith Piaf
La M?me
La actriz Marion Cotillard se llev¨® el oscar por su interpretaci¨®n de Piaf en La vida en rosa. El gui¨®n ten¨ªa los ingredientes que interesan a Hollywood: honores y fastos, decadencia y resurrecci¨®n, amores desgraciados, muertes violentas... La vida de una peque?a mujer que naci¨® el 19 de diciembre de 1915, seg¨²n la leyenda, en una acera de Par¨ªs, y que pas¨® hambre y sufri¨® miserias antes de convertirse en un mito de la canci¨®n. El alma de la calle. "No ser¨ªa Edith Piaf si no hubiera vivido todo eso", lleg¨® a decir. Dif¨ªcil no emocionarse cuando canta con su voz ¨²nica Hymne ¨¤ l'amour o Non, je ne regrette rien. Lo escribi¨® Jean Cocteau: "Cada vez que canta, parece que se arranca su alma por ¨²ltima vez". El 14 de octubre de 1963 fue enterrada en el P¨¨re Lachaise.
Claude Nougaro
Alma de 'swing'
Un¨ªa la canci¨®n francesa al jazz (Le jazz et la java, Nougayork...), que descubri¨® con 12 a?os en la radio tras haberse educado con Puccini, Massenet y Faur¨¦. Hombre de escenario, era capaz de hacer que el franc¨¦s tuviera swing. Amaba las palabras y su ritmo: se defin¨ªa como "motsicien". Jazz, Brasil y ?frica, ya fuese acompa?ado por metales de Nueva Orleans, m¨²sicos de Nueva York, el piano de Maurice Vander o el acorde¨®n de Richard Galliano. Hijo de un cantante de ¨®pera y de una profesora de piano, Nougaro era del sur -hab¨ªa nacido en Toulouse en 1929- y nunca reneg¨® de sus ra¨ªces. Cantaba C'est une Garonne evocando las aguas que cruzan su ciudad: "Mi mar Egeo / es este r¨ªo liso / del que soy el Ulises / sin exagerar". Falleci¨® en marzo de 2004, con 74 a?os.
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