Silvestre
Me pas¨¦ todo el trayecto hacia el Silvestre conectado al Ipod. Quiz¨¢ porque era un d¨ªa m¨¢s melanc¨®lico que animoso, escog¨ª como compa?ero de paseo a Aznavour y sus canciones dedicadas a los idolatrados 20 a?os y, tras las noches blancas de bohemia, salt¨¦ a los brazos de Fran?oise Hardy para que me cantara L'amiti¨¦. Total, que llegu¨¦ al Silvestre convencido de que fa vint anys que tinc vint anys, y que pod¨ªa decir dos veces, si no que a los 20 a?os uno es el rey del mundo, como susurraba la Hardy, s¨ª que a los 20 m¨¢s 20 era capaz de hacer el rid¨ªculo y, lo que es m¨¢s importante, darme cuenta de ello.
Aunque la escena parezca sacada de una canci¨®n ye-y¨¦, es que cuando Guillermo Casa?¨¦, el chef, y Marta Cabot, la jefa de sala, vinieron a la mesa, tuvimos la sensaci¨®n de que nos conoc¨ªamos. Tras una dura prueba de memoria, dimos con la fecha y el lugar de nuestro primer encuentro: un verano de hace 20 a?os y en casa de un amigo com¨²n. Una vez abierto el ba¨²l de los recuerdos, todo fue m¨¢s f¨¢cil, y logr¨¦ recordar algo que, si me sorprend¨ªa entonces, ahora me admira: a los 20 a?os, Guillermo ya quer¨ªa ser cocinero. Un tes¨®n l¨®gico si tenemos en cuenta su genealog¨ªa: su abuela tuvo un restaurante en Ly¨®n, y su madre mont¨® el Tram Tram.
Esas dos razones marcar¨ªan su destino y su propuesta culinaria definida por los gur¨²s como cocina familiar evolucionada, aunque es m¨¢s una cocina para familias evolucionadas. No es que la carta del Silvestre sea de vanguardia, pero tiene el savoir faire de los que han aprendido a cocinar subidos a los taburetes de las cocinas de sus casas. Me juego que desde ni?o, Casa?¨¦ ha vivido saboreando platos como la corvina sobre tartaleta de cebolla y pistou provenzal o el pich¨®n asado con salsa de trufa, platos que ahora est¨¢n en la carta. En mi estreno me dej¨¦ guiar y com¨ª el milhojas de calabac¨ªn con tomate confitado y queso de cabra y las mollejas salteadas con calamares y esp¨¢rragos. Me lo pas¨¦ bien, y corrobor¨¦ que el vecino mercado Galvany y una infancia como pinche de cocina conforman un buen matrimonio. La fiel clientela del Silvestre lo puede aseverar.
- Lo m¨¢s: Conejo deshuesado con langostinos y steak tartar con helado de mostaza y surtido de especias.
- Lo menos: El pan deber¨ªa mejorar.
- Direcci¨®n: Santal¨®, 101 Tel.: 93 241 40 31.
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