El astronauta de piedra
En 1992, la renovaci¨®n de la catedral nueva dio paso a s¨ªmbolos contempor¨¢neos e imaginativos: un cosmonauta o un drag¨®n que se come un helado. La ciudad abraza el verano con bulliciosa energ¨ªa
A Salamanca no se la desnuda en 24 horas. No es f¨¢cil conquistar la ciudad del hornazo, el vino de Toro y el plateresco en un d¨ªa. Parece una cebolla; acumula demasiadas capas. Est¨¢ la Salamanca latina (la del puente romano de Salmantina), la g¨®tica (catedral nueva), la renacentista (Casa de las Conchas) y la modernista (Casa Lis). Polifac¨¦tica, una jornada bien aprovechada permite enamorarse de su elegancia monumental.
16.30 La fachada de piedra dorada
Para sucumbir al encanto, lo mejor es llegar a la hora en la que el sol ba?a la piedra. El embrujo proviene de la tierra, y para ser m¨¢s exactos de unas canteras legendarias, las de Villamayor, a tres kil¨®metros de Salamanca. De su piedra dorada est¨¢ hecha la fachada de la universidad
- A, donde arranca la ruta. Sus grutescos esconden enigmas. ?Qui¨¦nes son las figuras desnudas? ?Ad¨¢n y Eva? ?H¨¦rcules y Venus? La fachada invita al juego. Los turistas se divierten buscando una ranita.
Merece la pena franquear los arcos y apoquinar los cuatro euros que cuesta la visita a la universidad, de 1130 (Patio de Escuelas, s/n; 923 29 44 00. Abierto de 9.30 a 13.30 y de 16.00 a 19.00, de lunes a s¨¢bado; domingo, de 10.00 a 13.00). Los pasos se pierden por el artesonado mud¨¦jar. Luego trepan por una escalera que, seg¨²n el historiador Luis Cort¨¦s, alza al "conocimiento del amor". Pero la planta superior guarda relaci¨®n con la raz¨®n. Cientos de incunables reposan en una biblioteca. Antes de bajar y ver el paraninfo (ah¨ª duermen los restos de fray Luis de Le¨®n), la mirada se pierde por encima de la balaustrada; al fondo est¨¢ la catedral nueva.
17.30
Una puerta, dos catedrales
La estatua de fray Luis de Le¨®n mira ir¨®nica desde el centro del Patio de las Escuelas
(2). Todav¨ªa resuena su "dec¨ªamos ayer". ?De d¨®nde sacar¨ªa el poeta el humor para pronunciar esa frase tras cinco a?os de c¨¢rcel? Pasamos de largo y accedemos a las Escuelas Menores. Entre las columnas de su claustro, el viajero se adormece. Despu¨¦s, rodeado de turistas japoneses, sube por la calle de los Libreros, tuerce a la izquierda por la Traviesa y topa con un nutrido repertorio de rosetones. Es la fachada principal de la catedral nueva - C (plaza de Juan XXII). Ni siquiera entre las capillas del templo g¨®tico se logra dar esquinazo a los turistas. Al fondo a la derecha se abre una puerta, ?una huida? No, la catedral vieja, del siglo XII, que est¨¢ tan concurrida como la nueva. Sepulcros, capiteles y cuadros (destaca el retablo del altar mayor, con las 53 tablas pintadas por Nicol¨¢s Florentino en 1445). Salimos por la puerta de Ramos de la catedral nueva. No se confunda. Su portada no es obra de extraterrestres
(4). El jocoso astronauta de la pilastra izquierda se labr¨® en 1992. En Salamanca dejan huellas para identificar los ornamentos con la ¨¦poca de su talla. Los ¨²ltimos dejaron el astronauta, un drag¨®n zamp¨¢ndose un helado, un lince y un toro bravo.
18.30 El carajillo que espabila
Cuando las campanadas de la Clerec¨ªa dan las 18.30, el viajero est¨¢ harto de tanta piedra. Escapa por la R¨²a Mayor, pasa por una fuente y se apoltrona en un sill¨®n de la cafeter¨ªa Rayuela (5) (R¨²a Mayor, 23). Lo mejor: el carajillo. Tras el chute de cafe¨ªna toca Clerec¨ªa (6) (Compa?¨ªa, 7; 923 26 46 60). Abre dos veces al d¨ªa, as¨ª que a las 19.00 (tambi¨¦n hay visitas a las 13.15, y a las 12.00 los domingos y festivos) hay que estar como un clavo en las escaleras del edificio levantado por los jesuitas en el siglo XVIII. Irse sin visitar sus torres barrocas y su campanario ser¨ªa un crimen. Frente a la Clerec¨ªa, la biblioteca municipal y casa de cultura. De su fachada cuelgan decenas de conchas. ?Parte del Camino de Santiago? No: la Casa de las Conchas (Compa?¨ªa, 2; 923 26 93 17) fue el palacio de un caballero de la Orden de Santiago. Despu¨¦s de la confusi¨®n se impone una dosis de realidad. La plaza Mayor, con su fuerza centr¨ªpeta, atrae con sus charlas y caf¨¦s. Y un paseo hasta el Palacio de Congresos - G, edificio de Juan Navarro Baldeweg, cuya liviana c¨²pula es ya un hito de la arquitectura espa?ola contempor¨¢nea.
21.00
Jeta asada o minutejo
El hambre aprieta. Un olor a morcilla y panceta inunda las calles. Lo seguimos hasta la zona de Van Dyck
(8). Esta arteria y sus aleda?os forman el n¨²cleo duro de una ciudad que sabe y adora comer. Varios salmantinos de pura cepa se concentran en La Parrilla (Van Dyck, 55; 923 25 83 98) y El Churrasco (Van Dyck, 8-10; 923 27 09 85). R¨ªen y beben de pie entre cientos de palillos y servilletas manoseadas. Ni rastro de turistas. Tras la barra, lo de siempre: montaditos de lomo adobado o costilla (bebida y pincho: 1,80 euros). La jeta asada la sirven en el Patio de la Abuela, y el minutejo (montado de lomo a la plancha con loncha de jam¨®n serrano y queso fundido), en el Lech¨®n II (Fernando de Rojas, 17; 923 23 51 32). Quien ose salir de la zona sin catar un buen vino de la Sierra de Francia comete un craso error.
23.00 Elegancia 'mod' y orgullo 'freak'
Bajar el fest¨ªn no es f¨¢cil. La digesti¨®n empieza con un concierto en el caf¨¦ Moderno (9) sobre las 23.30. Las copas m¨¢s alternativas las ponen en la calle del Consuelo - J; en las barras del Paniagua (Varillas, 7) y del Ciao (Consuelo, 6). La elegancia mod, en el British Museum (San Justo, 36), y el orgullo freak, en El Lado Oscuro (San Justo, 30), donde a veces los camareros van vestidos a lo guerra de las galaxias. Alargar el jolgorio pasa por el Potemkin (Consuelo, 2; abierto hasta las 6.30). Sin embargo, compensa hacer de tripas coraz¨®n y recogerse a las 2.00.
9.00
Pecados en el convento
Al despertar, Salamanca parece una caja de sol. La pasteler¨ªa Gil ayuda a resarcirse del madrug¨®n. Copiamos el gesto del de al lado y encargamos un hornazo (empanada de chorizo, lomo y jam¨®n) para recoger a las 16.30. Convence el desayuno: una raqueta (dulce de masa fina y crema) y un caf¨¦ cargado.
El convento de San Esteban (11) (plaza del Concilio de Trento; 923 21 50 00. Abierto de 9.00 a 13.30 y de 16.00 a 20.00) abre sus puertas. Las miradas buscan detalles en su portada plateresca. La ma?ana se escapa entre la magia del Claustro de los Reyes. El pecado se halla a dos pasos, en el convento de las Due?as (plaza del Concilio de Trento; 923 21 54 42). En una sala, una religiosa despacha bocaditos de ¨¢ngel. La masa sabe a almendra, y el coraz¨®n, a cabello de ¨¢ngel.
12.30
'Art d¨¦co' y calaveras
En cinco minutos se alcanza la Casa Museo de Lis (12) (Expolio, 14. Informaci¨®n: 923 12 14 25 / www.museocasalis.org), una delicia del art d¨¦co. A las 12.30 desfilamos entre vidrios de ?mile Gall¨¦, mu?ecas de porcelana, muebles art nouveau y frascos de perfume.
Queda tiempo para ceder a un capricho infantil: el de las leyendas. La Casa de las Muertes - M (Bordadores, 6) est¨¢ llena. El terror lo alimentan las cuatro calaveras de su fachada. Cuentan que al levantar la casona en el siglo XVI encontraron cuatro cad¨¢veres. Hay quien dice que pertenec¨ªan a los hermanos Manzano, decapitados por do?a Mar¨ªa la Brava. La gu¨ªa lo desmiente: el nombre se debe a la antigua calle (de las Muertes). Al final, la realidad es de lo menos excitante. Nos resarcimos con chanfaina. La mejor receta de este plato de arroz, sangre cocida y callos es de Casa Vallejo
(14) (San Juan de la Cruz, 3; 923 28 04 21). Nos ponemos las botas junto a salmantinos que peregrinan al restaurante cada domingo a las 15.00. Recogemos el hornazo. Frente al r¨ªo Tormes nos despedimos.Y como Unamuno, pedimos a Salamanca que guarde nuestro recuerdo entre "piedras de oro".
? INFORMACI?N Oficina de Turismo de Salamanca (923 21 83 42; www.salamanca.es).
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