La Rep¨²blica Checa acepta el radar del escudo antimisiles

Los Gobiernos de EE UU y de la Rep¨²blica Checa firmaron ayer en Praga el acuerdo para la instalaci¨®n en el pa¨ªs centroeuropeo del radar que formar¨¢ parte del escudo antimisiles que Washington desea construir sobre el continente. El radar deber¨¢ completarse con un sistema de interceptores ubicados en Polonia, cuyo Ejecutivo sigue reclamando gravosas compensaciones militares que Washington no parece dispuesto a conceder. Rusia reaccion¨® ayer airada a la firma de Praga, y afirm¨® que le obliga a tomar "medidas militares", que no especific¨®.

En la ceremonia de la firma, que reuni¨® a la secretaria de Estado de EE UU, Condoleezza Rice, y a su hom¨®logo checo, el ministro de Exteriores Karel Schwarzenberg, todo fueron parabienes. La realidad es que nada est¨¢ garantizado y todo puede acabar en una quimera. El plan suscita la oposici¨®n popular en la Rep¨²blica Checa, donde los sondeos muestran un permanente repudio de las dos terceras partes de la poblaci¨®n y tampoco tiene asegurada la ratificaci¨®n parlamentaria, pues el Gobierno checo no dispone del apoyo de la mitad de la C¨¢mara baja.

Hay un tercer factor clave, la oposici¨®n del Kremlin, que se expres¨® de forma furibunda: "Si frente a nuestras fronteras comienza el despliegue real del sistema estrat¨¦gico de defensa antimisiles de EE UU, nos veremos obligados a reaccionar con medidas militares y t¨¦cnicas, y ya no diplom¨¢ticas", declar¨® el Ministerio de Exteriores ruso en un comunicado.

Presentado como una necesidad para defender a Europa de una futura proliferaci¨®n de misiles, con el ojo puesto en un Ir¨¢n nuclearizado, el escudo fue visto desde el principio por Mosc¨² como un acto de hostilidad, aunque los 10 interceptores a instalar (en principio, en Polonia) apenas son una gota de agua en el mar de misiles y antimisiles del arsenal ruso. Pero la Rusia segura de s¨ª misma de hoy no es la de Bor¨ªs Yeltsin y en Polonia recuerdan c¨®mo el entonces presidente, Vlad¨ªmir Putin, amenaz¨® en una entrevista al primer ministro polaco con dirigir los misiles rusos contra Polonia si se llegaban a instalar los interceptores.

"La proliferaci¨®n de misiles bal¨ªsticos no es una amenaza imaginaria", insisti¨® ayer Rice en una comparecencia ante la prensa con el primer ministro checo, Mirek Topolanek. A esa calurosa defensa se aferra Varsovia para exigir m¨¢s de lo que Washington est¨¢ dispuesto a dar. El ¨²ltimo intento de acercamiento se produjo en Washington, antes de que Rice volara a Praga. El ministro polaco Radoslaw Sikorski le reiter¨® sus demandas de equipos y tecnolog¨ªa para su Ej¨¦rcito. "Con el escudo, la defensa de Europa y de la Alianza Atl¨¢ntica salen reforzadas, pero a cambio Polonia se ve amenazada por Rusia y convertida en diana", dice Sikorski. La relaci¨®n se ha tensado hasta el extremo de que EE UU est¨¢ tanteando como alternativa la instalaci¨®n de los lanzadores en Lituania.