El juez encarcela a los cinco acusados del secuestro de la joven de Centelles

Todos a la c¨¢rcel. El juez considera que la mujer secuestrada durante 45 d¨ªas en Centelles (Barcelona) habr¨ªa muerto si hubiera seguido en manos de sus captores y que ¨¦stos actuaron "sin piedad" y ni siquiera "arrepentimiento" despu¨¦s de ver las fotograf¨ªas del estado en el que qued¨® la v¨ªctima. Por esas razones, por la gravedad de los hechos, por el riesgo de fuga y por la pena que se les podr¨ªa imponer cuando se celebre el juicio, el titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucci¨®n n¨²mero 2 de Vic acord¨® ayer la prisi¨®n incondicional para los cinco acusados.

Son Juan Esquirol Jim¨¦nez, de 25 a?os; su hermano Pascual, de 20; su novia actual, su madre y un amigo del grupo. El juez les acusa de delitos de detenci¨®n ilegal, lesiones, tentativa de homicidio, otro delito contra la integridad moral y, en el caso de Pascual Esquirol, de violaci¨®n.

El auto de prisi¨®n relata el calvario que sufri¨® Dolores Ortiz Gorreta, de 19 a?os, y que ella misma ha explicado. Y todo por negarse a seguir manteniendo una relaci¨®n sentimental con Pascual Esquirol. El juez relata que fueron ¨¦l y su hermano quienes realizaron la mayor¨ªa de las agresiones, pero tambi¨¦n precisa que el resto de los miembros de la banda conoc¨ªan las vejaciones, sab¨ªan que estaba secuestrada y "permit¨ªan la continuaci¨®n del maltrato". Entre otras cosas, porque se turnaban en la vigilancia de la caseta en la que estaba recluida la v¨ªctima.

El juez considera que el secuestro "hubiera continuado y terminado en el fallecimiento de la denunciante" y que los acusados eran conscientes de ello. La mujer com¨ªa "de vez en cuando", en palabras del juez, fue golpeada en la cabeza con un palo, le clavaron una navaja mientras estaba atada de pies y manos con unas cadenas, le dieron pu?etazos y patadas por todo el cuerpo e incluso intentaron que se prostituyera para lograr dinero y comprar alcohol.

Como trasfondo del caso, aparece la rivalidad entre los clanes familiares de los Esquirol, al que pertenecen tres de los acusados, y los Gorreta, el de la v¨ªctima. Llegaron a la ciudad de Manresa a principios de la d¨¦cada de los ochenta y coincidieron con otras familias tambi¨¦n gitanas -los Reche, los Jim¨¦nez y los Ortiz- con los que se han entrelazado con uniones matrimoniales o simplemente parejas, en una mezcla de apellidos que dif¨ªcilmente rompe el ¨¢mbito de la comunidad gitana.

Algunos han entrado en el mercado laboral y tienen estabilidad econ¨®mica, pero otros son asiduos en las comisar¨ªas de la Polic¨ªa Local y de los Mossos d'Esquadra. A menudo, por robos de poca monta, pero los jefes policiales recuerdan que tambi¨¦n ha habido refriegas motivadas por relaciones amorosas o por venganzas.