CDC: opci¨®n soberanista o Gobierno
Sentar unas bases s¨®lidas program¨¢ticas y estrat¨¦gicas que le permitan recuperar la Generalitat o profundizar una orientaci¨®n soberanista que parece destinada al fracaso; ¨¦se es el debate de CDC antes de su congreso
El congreso que afronta Converg¨¨ncia Democr¨¤tica de Catalunya a partir de hoy aparece como un congreso tranquilo, sin grandes controversias ideol¨®gicas o program¨¢ticas y sin especiales confrontaciones por la integraci¨®n de la c¨²pula dirigente. Pero esta apariencia de un proceso congresual tranquilo no puede esconder la existencia en el interior de CDC de orientaciones estrat¨¦gicas diversas, e incluso enfrentadas, ni de pugnas por el mantenimiento u obtenci¨®n de cuotas de poder en la direcci¨®n del partido.
El congreso convergente se celebra nuevamente, y por segunda vez consecutiva, bajo el s¨ªndrome de la p¨¦rdida del Gobierno de la Generalitat, en una situaci¨®n de estancamiento electoral a la baja de la Federaci¨®n de Converg¨¨ncia i Uni¨® de la que CDC es el socio principal, y con el objetivo, discutible y discutido, de consagrar estrat¨¦gicamente la opci¨®n lanzada hace unos meses por Artur Mas de convertir a CDC en la Casa Gran (la Gran Casa) del catalanismo.
La obsesi¨®n por la competencia electoral con ERC es auspiciada por el n¨²cleo duro de Artur Mas
Converg¨¨ncia parece querer sacar tajada de un independentismo an¨ªmico
De hecho, el proceso que conduce a la Converg¨¨ncia Democr¨¤tica actual, que se debate entre su leg¨ªtima ansia y voluntad de recuperar el Gobierno de la Generalitat y la acentuaci¨®n de un discurso nacionalista que se aproxima a los postulados independentistas de ERC, se inicia en las elecciones auton¨®micas de 1999, en las que una m¨ªnima ventaja de cuatro esca?os permiti¨® a Pujol mantener el Gobierno con el apoyo del PP, lo cual se convertir¨¢ en uno de los factores determinantes del retroceso electoral de CiU.
Durante aquella legislatura, considerada un tanto ag¨®nica para CDC por parte de muchos analistas, Jordi Pujol aceler¨® el proceso de su relevo al frente del partido y de las candidaturas a la presidencia de la Generalitat. As¨ª, un a?o despu¨¦s de las elecciones auton¨®micas, en octubre de 2000, el congreso del partido elige a Artur Mas como nuevo secretario general. Unos meses m¨¢s tarde, en enero de 2001, ser¨¢ nombrado conseller en cap del Gobierno de la Generalitat, situ¨¢ndose como n¨²mero dos del Gobierno con amplias funciones delegadas por el propio Pujol, quien a rengl¨®n seguido anuncia que no volver¨ªa a presentarse como candidato a la Presidencia. Mas aparece como el candidato de la familia y del entorno m¨¢s inmediato de Pujol, frente a otras posibles opciones de tinte m¨¢s moderado que hab¨ªan ido perdiendo fuelle en la carrera sucesoria desencadenada tras las elecciones de 1999.
Situado, pues, Artur Mas al frente del partido y de facto al frente del Gobierno de la Generalitat, a principios de 2002 ser¨¢ nominado nuevo candidato de CiU a la presidencia de la Generalitat para afrontar las siguientes elecciones que se celebrar¨¢n en noviembre de 2003 y que enfrentar¨¢n a dos viejos contrincantes, Mas y Maragall. El resultado de estas elecciones, relativamente similar al de las anteriores, pero con los dos grandes partidos, PSC y CiU, en retroceso, deja en manos de ERC la conformaci¨®n de la mayor¨ªa gubernamental. La consecuci¨®n de un acuerdo de gobierno entre PSC, ERC e ICV aleja por primera vez en 23 a?os a Converg¨¨ncia del gobierno de Catalu?a. La p¨¦rdida del poder auton¨®mico ser¨¢ mal asimilada por CDC desde el primer momento y le empujar¨¢ a una progresiva radicalizaci¨®n de sus posiciones nacionalistas, bajo la obsesi¨®n de la competencia electoral con ERC por un espacio pol¨ªtico en buena medida coincidente.
Despu¨¦s vendr¨¢ su estrat¨¦gica negociaci¨®n del nuevo Estatuto con el Gobierno de Espa?a, que Mas protagoniza incluso a espaldas de su socio y portavoz en el Congreso Josep A. Duran, y de la que existen a¨²n algunos cap¨ªtulos por desvelar, su posicionamiento favorable en el refer¨¦ndum estatutario de junio de 2006 y la celebraci¨®n de nuevas elecciones al Parlamento de Catalu?a en noviembre del mismo a?o. Una err¨®nea estrategia electoral de confrontaci¨®n directa con el resto de partidos catalanes, y especialmente con el PP y ERC, deja a Converg¨¨ncia nuevamente fuera del Gobierno de la Generalitat, y hace aparecer las primeras voces y posiciones cr¨ªticas hacia Artur Mas.
El an¨¢lisis cr¨ªtico que realizan determinados sectores m¨¢s moderados de CDC se dirige al entorno o n¨²cleo duro de Mas, a cuya orientaci¨®n estrat¨¦gica se acusa de la p¨¦rdida progresiva de apoyo electoral de la federaci¨®n de Converg¨¨ncia i Uni¨® desde mitades de los a?os noventa y hasta las m¨¢s recientes elecciones generales de marzo de 2008.
La obsesi¨®n por la competencia electoral con ERC es auspiciada por dicho n¨²cleo duro del que se rodea Artur Mas a partir de su llegada a la m¨¢xima responsabilidad ejecutiva de CDC, y que estar¨ªa integrado por los dirigentes m¨¢s nacionalistas, con posiciones soberanistas, cercanas en su orientaci¨®n ideol¨®gica al independentismo de ERC. David Mad¨ª, Francesc Homs, Germ¨¤ Gordo, Oriol Pujol Ferrusola y, aunque con un mayor grado de independencia y aceptaci¨®n general, Felip Puig, vicesecretario general y n¨²mero dos del partido, integrar¨ªan este n¨²cleo interior de gran ascendente sobre Mas.
Frente a estas posiciones se han alzado en los ¨²ltimos tiempos voces cr¨ªticas procedentes de sectores m¨¢s moderados en su estrategia nacionalista, que sit¨²an al PSC como su claro contrincante pol¨ªtico electoral, pero que no descartan entendimientos puntuales, e incluso de mayor alcance, con los socialistas. Esta orientaci¨®n se ha manifestado con mayor claridad ante este Congreso de julio, demandando por boca de uno de sus dirigentes, el alcalde de Sant Cugat del Vall¨¨s, Lluis Recoder, la conformaci¨®n de una direcci¨®n de CDC m¨¢s plural e integradora. El sector lo conformar¨ªan b¨¢sicamente alcaldes y algunos diputados de los diversos niveles. Uno de ellos, el eurodiputado Ignasi Guardans, se declaraba hace unas semanas "aburrido" del debate interno sobre las esencias y sobre el independentismo dentro de CDC.
En la antesala del debate pol¨ªtico y estrat¨¦gico del Congreso encontramos la formulaci¨®n por parte del propio Artur Mas de la opci¨®n por la Casa Gran del catalanismo, como propuesta de refundaci¨®n del catalanismo. Esta formulaci¨®n puede parecer una reformulaci¨®n de la vieja aspiraci¨®n pujolista de convertir a CDC en el pal de paller (el eje vertebrador) del catalanismo. Pero cuando Jordi Pujol lanzaba esta opci¨®n estrat¨¦gica, en el periodo de conformaci¨®n partidista de la propia Converg¨¨ncia Democr¨¤tica durante la segunda mitad de los a?os setenta, su formulaci¨®n abrazaba tanto aspectos org¨¢nicos como sociol¨®gicos y electorales. Por el contrario, el ofrecimiento que realiza Artur Mas de refundar el catalanismo a partir de convertir CDC en la gran casa del nuevo catalanismo, parece dirigirse a atraer hacia Converg¨¨ncia a personas o sectores de otros partidos que puedan sentirse desenga?ados o descontentos con la orientaci¨®n estrat¨¦gica de ¨¦stos.
Converg¨¨ncia parece querer sacar tajada pol¨ªtica de la existencia de un independentismo an¨ªmico que impregna a muy amplios sectores de la sociedad catalana, a partir de los diversos avatares que han presidido la relaci¨®n Catalu?a-Espa?a en los ¨²ltimos tiempos y que han ido generando en sectores econ¨®micos y empresariales, en ¨¢mbitos sociales, culturales, acad¨¦micos y medi¨¢ticos de todo tipo y procedencia, un malestar y una desafecci¨®n o desapego respecto a Espa?a. No parece, a tenor de lo que indican tanto los resultados electorales como las encuestas y sondeos de opini¨®n, que se produzca una traslaci¨®n pol¨ªtica de este sentimiento a¨²n difuso. Pero si a la formulaci¨®n m¨¢s definida de Esquerra Republicana se a?ade y confluye una Converg¨¨ncia Democr¨¤tica de Catalunya donde se impongan las tesis m¨¢s radicalmente nacionalistas o soberanistas, el crecimiento o traducci¨®n pol¨ªtica y electoral de lo que ahora es un estado de ¨¢nimo puede marcar una deriva pol¨ªtica desconocida hasta ahora en Catalu?a.
En el fondo de todo el debate interno de CDC en los ¨²ltimos tiempos y, de manera m¨¢s expl¨ªcita, durante el debate previo al Congreso del partido est¨¢ la disyuntiva entre sentar unas bases s¨®lidas program¨¢ticas y estrat¨¦gicas que le permitan a corto o medio plazo recuperar el Gobierno de la Generalitat o profundizar una orientaci¨®n de car¨¢cter soberanista que parece destinada al fracaso, a pesar de estados de ¨¢nimo que pueden propiciar un crecimiento pol¨ªtico de esta opci¨®n. El acierto en la estrategia escogida puede mantener y recuperar la fuerza pol¨ªtica y social de CDC o, por el contrario, intensificar los elementos de crisis que apuntan muchos de los indicadores analizados.
Joan Marcet es profesor de la UAB y director del Institut de Ci¨¨ncies Pol¨ªtiques i Socials.
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