Los soberanistas arrastran a la direcci¨®n de CDC hacia sus postulados
Nadie como Jordi Pujol supo entender las dos almas que cohabitan en Converg¨¨ncia Democr¨¤tica (CDC), la de la militancia con ¨ªnfulas soberanistas y la del grueso electoral, m¨¢s moderada. Y el presidente se las apa?¨® para equilibrarlas durante 23 a?os. Ahora, Artur Mas ha comprobado, muy a su pesar, c¨®mo los compromisarios de este XV congreso han volatilizado su discurso amable y aglutinador de las distintas sensibilidades nacionalistas.
Mientras que la doctrina contenida en las ponencias se alejaba de la centralidad pol¨ªtica, con expresas proclamas a favor de la "naci¨®n libre y soberana", Mas segu¨ªa empe?ado en publicitar el car¨¢cter transversal de su gran apuesta por la Casa Grande del Catalanismo y reclamaba moderaci¨®n en sus discursos.
En esta deriva han influido desde las plataformas creadas en el seno del partido, que pese a su car¨¢cter minoritario se las han apa?ado para dejarse o¨ªr, hasta las juventudes, que poco a poco van adquiriendo mayor peso.
- Plataformas. En los ¨²ltimos a?os han proliferado en el seno de CDC plataformas de todo tipo, m¨¢s o menos alentadas por la direcci¨®n, que han puesto en jaque al partido al presentar centenares de enmiendas. Son sus integrantes quienes han alzado m¨¢s la voz en las comisiones de ponencia e impuesto sus postulados gracias a su car¨¢cter organizado.
La Plataforma por la Soberan¨ªa, que agrupa a unos 600 militantes (de los 62.000 de CDC), plantea la independencia de Catalu?a. Su promotor, V¨ªctor Terradellas, es un asiduo del grupo parlamentario de CiU. Ha promovido las enmiendas de m¨¢s calado soberanista.
Desfederem-nos, m¨¢s minoritaria, proclama la ruptura de la federaci¨®n con Uni¨® y forz¨® a la direcci¨®n a endurecer las exigencias a los democristianos. Sus seguidores presionaron para exigir a Uni¨® que aprueben, en su pr¨®ximo congreso, una moci¨®n de lealtad hacia CDC. Tambi¨¦n conminaron a la direcci¨®n a reclamar la fusi¨®n con los democristianos -y a que constara en los estatutos- pese a que Mas anunci¨® que este punto quedar¨ªa suprimido. "No tiene sentido insistir en la fusi¨®n cuando Uni¨® ya ha mostrado su rechazo", afirm¨® d¨ªas antes del c¨®nclave.- JNC. Comparado con otros partidos, en este congreso sorprendi¨® la juventud de los compromisarios, ilustrativo s¨ªntoma de la renovaci¨®n generacional. M¨¢s all¨¢ de la lectura positiva de este factor, pues aporta savia nueva a unas anquilosadas estructuras, lo cierto es que las juventudes implican un plus de radicalizaci¨®n, sobre todo soberanista. Y la JNC ha encontrado impagables aliados en esas plataformas, que juntas han actuado de pinza.
- Enmienda de Guardans. La enmienda presentada por el eurodiputado Ignasi Guardans ejemplifica hasta qu¨¦ punto a la direcci¨®n de CDC se le escap¨® este congreso de las manos. La ponencia pol¨ªtica daba por finiquitado el periodo de hacer "pedagog¨ªa" en el resto de Espa?a sobre la realidad catalana y apostaba por "hacerse respetar". Guardans present¨® una enmienda que unificaba ambos criterios. La c¨²pula del partido acept¨® la tesis del eurodiputado, pero se demostr¨® incapaz de convencer a los compromisarios. Fue la ¨²nica enmienda que se vot¨® en el plenario y no prosper¨®. Por lo tanto, el partido dejar¨¢ en segundo plano la pedagog¨ªa.
- Ejecutiva arco iris. El discurso transversal de Mas, que no el contenido soberanista rayando el independentismo de las ponencias, se ha visto reflejado en la composici¨®n de la ejecutiva. El l¨ªder de CDC ha mezclado nacionalistas moderados (ex consejeros Antoni Fern¨¢ndez Teixid¨® y Josep Maria Cullell), renovadores que abogan por primar las propuestas program¨¢ticas frente al discurso identitario (los alcaldes Llu¨ªs Recoder, Ferran Bel y Santi Vila) y dirigentes plenamente independentistas (David Mad¨ª y Quico Homs).
- Castigo a Mad¨ª. Mas asumi¨® la responsabilidad por los resultados de las ¨²ltimas elecciones auton¨®micas en las que no consigui¨® romper la hegemon¨ªa del tripartito. Pero los militantes apuntaron a otro culpable. David Mad¨ª, verdadero arquitecto de esa campa?a, fue el dirigente de la ejecutiva que despert¨® menos simpat¨ªas. S¨®lo obtuvo el 60% de los votos.
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