Petici¨®n de respeto
Los ciudadanos exigen al Gobierno una explicaci¨®n econ¨®mica realista y medidas eficaces
Si el Gobierno pretend¨ªa minimizar ante la opini¨®n p¨²blica el alcance del empeoramiento que est¨¢ sufriendo la econom¨ªa espa?ola, pocas dudas caben de que esta pol¨ªtica ha fracasado. El sondeo de Metroscopia para EL PA?S revela inequ¨ªvocamente que los ciudadanos tienen perfecta conciencia de la crisis -el 75% de los encuestados define la coyuntura como "mala o muy mala"- y que, adem¨¢s, no entiende la pol¨ªtica anticrisis del Ejecutivo, puesto que el 63% de los encuestados considera que la Administraci¨®n no sabe corregir la situaci¨®n.
La interpretaci¨®n m¨¢s razonable de la encuesta es que los ciudadanos piden que el Gobierno les trate con m¨¢s madurez. Es posible que en el tercer trimestre de 2007, incluso inmediatamente antes de las elecciones, resultara razonable emplear los t¨¦rminos de "desaceleraci¨®n econ¨®mica" para referirse a las dificultades de crecimiento del PIB o a la presi¨®n inflacionista. Pero, pasadas las elecciones, la p¨¦sima evoluci¨®n de los indicadores exig¨ªa una versi¨®n m¨¢s realista de la situaci¨®n econ¨®mica. Desde marzo de este a?o era evidente, ya que la desaceleraci¨®n empezaba a incorporar elementos de crisis, bien patentes en la huelga del transporte, en la continuada subida del paro, en el desplome de empresas inmobiliarias o en la brutal escalada del precio de los combustibles que erosiona el poder adquisitivo de casi todos los bolsillos.
El sondeo sugiere que, al declarar su clara "conciencia de crisis", los ciudadanos piden respeto al Gobierno, es decir, explicaciones claras y adultas de la coyuntura. Las piruetas pueriles para evitar el t¨¦rmino "crisis" ni siquiera han contribuido a desdramatizar la situaci¨®n. El sondeo demuestra tambi¨¦n que los espa?oles tienen una mala opini¨®n sobre la eficacia de las medidas anticrisis adoptadas hasta ahora. No pod¨ªan ser bien recibidas, porque algunas tienen una fundamentaci¨®n muy endeble -es el caso de la devoluci¨®n universal de los 400 euros, que hubiera sido m¨¢s eficaz concentrada en declarantes con rentas medias y bajas- y otras han sido tan mal explicadas que ni siquiera se dan por existentes.
No es aventurado interpretar que los ciudadanos reprochan al Gobierno errores como la falta de claridad en la explicaci¨®n del deterioro econ¨®mico y una flagrante inconsistencia en las pol¨ªticas contra las subidas de precios, el descenso de las rentas y el crecimiento del desempleo. Ahora se advierten con claridad los costes pol¨ªticos de no actuar inmediatamente contra la subida de los alimentos en la segunda mitad de 2007 -pasividad que ha enraizado la idea de que "el Gobierno no hace nada contra la inflaci¨®n"- o del excesivo optimismo oficial al calcular las consecuencias econ¨®micas de la crisis financiera.
No hay duda de que el mensaje es inequ¨ªvoco y exige al Gobierno m¨¢s realismo econ¨®mico y m¨¢s decisi¨®n contra la crisis. El destinatario cometer¨¢ un error pol¨ªtico grave si no lo atiende.
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