"La diplomacia francesa ha recuperado su lugar"
Bernard Kouchner (Avi?¨®n, 1939) est¨¢ euf¨®rico. El ministro de Exteriores franc¨¦s, que recibi¨® a EL PA?S junto a otros tres peri¨®dicos europeos en los jardines del Quai d'Orsay, se ba?a en el ¨¦xito diplom¨¢tico de la reciente cumbre de la Uni¨®n por el Mediterr¨¢neo que tuvo lugar el pasado domingo. Suyo es buena parte del m¨¦rito de haber reunido en Par¨ªs a 43 jefes de Estado y de Gobierno, sentado en la misma mesa a sirios, israel¨ªes, palestinos y libaneses y sacado adelante un proyecto pol¨ªtico al que -en su formulaci¨®n original— se opon¨ªa casi todo el mundo. "No fue f¨¢cil", admite, "hubo que convencer de entrada a los espa?oles, que defend¨ªan el Proceso de Barcelona, a los italianos y, finalmente a los alemanes". Tambi¨¦n debi¨® imponerse a quienes desde el entorno del palacio del El¨ªseo ten¨ªan una idea muy diferente del proyecto.
"No fue f¨¢cil convencer a Espa?a para la Uni¨®n por el Mediterr¨¢neo"
El socialista m¨¢s emblem¨¢tico del Gobierno del presidente Nicolas Sarkozy, pionero de la acci¨®n humanitaria como cofundador de M¨¦dicos sin Fronteras, defiende a capa y espada, no solo su trabajo al frente de la diplomacia francesa, sino tambi¨¦n la personalidad y el proyecto del presidente franc¨¦s. "El periodo de la diplomacia sin pol¨ªtica se ha terminado", sentencia, "la diplomacia francesa ha recuperado su lugar".
Pregunta. ?Qu¨¦ balance hace de su gesti¨®n?
Respuesta. La acci¨®n diplom¨¢tica de Francia ha sido objeto de una serie de interrogaciones. Llevo un a?o y tres meses a cargo de ello. La cumbre de la Uni¨®n por el Mediterr¨¢neo ha probado que se trata de una diplomacia de di¨¢logo y de movimiento, no de ruptura, aunque s¨ª de ruptura con el inmovilismo que consist¨ªa en hacernos creer que viv¨ªamos en un mundo cerrado en el que no se pod¨ªan mover las cosas. La diplomacia pol¨ªtica ser¨¢ cada vez m¨¢s importante. El periodo de la diplomacia sin pol¨ªtica se ha terminado. Hay una diplomacia francesa que ha recuperado su lugar. El nuevo ministro de Asuntos Exteriores colombiano quiere que su primera visita sea a Francia.
P. ?Qu¨¦ consecuencias reales va a tener la Uni¨®n por el Mediterr¨¢neo?
R. Hay una cierta incertitud sobre las consecuencias de este gesto brillante, que ha sido saludado como brillante por todo el mundo: 43 jefes de Gobierno y de Estado han acudido a la cita y se trata de una idea que, como m¨ªnimo, prolonga Europa. No es una novedad, otros lo hab¨ªan pensado antes. Y no ha sido f¨¢cil. Hubo que combatir de entrada a los espa?oles que defend¨ªan el Proceso de Barcelona, pero no era una competencia, sino un complemento. ?Hag¨¢moslo juntos!; los italianos que tienen una visi¨®n del Mediterr¨¢neo tan fuerte como la nuestra, y finalmente los alemanes. Con la canciller Merkel pactamos el documento de la conferencia de Hannover que se convirti¨® en el de la Comisi¨®n [Europea] y que finalmente fue aceptado por todos los pa¨ªses.
La cumbre en s¨ª es, evidentemente, un acontecimiento muy importante. Ha permitido avances en Oriente Pr¨®ximo. Simplemente el hecho de que vaya a haber un representante diplom¨¢tico de Siria en L¨ªbano, ya es un hecho hist¨®rico. Nunca Damasco acept¨® la existencia del L¨ªbano. Es colosal. Tambi¨¦n hay m¨¢s esperanzas para resolver el conflicto israelo palestino despu¨¦s del encuentro entre Olmert y Abbas, pese a las debilidades de ambos, o tal vez por ello. Sin olvidar la lista que le dimos a Bachar el Asad sobre los prisioneros encarcelados por defender los derechos humanos. La declaraci¨®n del presidente sirio a la televisi¨®n francesa indicando que habr¨¢ encuentros directos con Israel y se?alando incluso un calendario y una fecha l¨ªmite de dos a?os para llegar a un acuerdo, es igualmente de extrema importancia.
P. ?Ha sido la rehabilitaci¨®n de Asad?
R. No hay rehabilitaci¨®n. Esto no rehabilita a nadie ni cambia la Historia. Es simplemente ponerse a hablar de paz.
P. ?El acercamiento con Asad podr¨ªa ayudar a acercarse tambi¨¦n a Ir¨¢n?
R. Podr¨ªa ser. Sanciones y di¨¢logo. Los emisarios iran¨ªes han sido recibidos en Francia. Ahora se unen los norteamericanos. Sobre el fondo los iran¨ªes no han cambiado nada. Han dicho: dialoguemos. No s¨¦ si finalmente hay un enviado norteamericano en las conversaciones de los cinco con Teher¨¢n. Habl¨¦ ayer (por el jueves) con [la secretaria de Estado] Condoleezza Rice y no me dijo nada de este tema. Solana ha hablado durante dos a?os sin ¨¦xito y ahora se abre una ventana de esperanza. Es evidente que algo va mejor en la zona, un poco mejor.
P. ?C¨®mo est¨¢n las relaciones con China? ?Qu¨¦ piensa de que el presidente Sarkozy acuda a la ceremonia de inauguraci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn?
R. Tal vez hubiera sido mejor transmitir una determinaci¨®n m¨¢s fuerte desde el principio. Sarkozy no solo representa a Francia, sino a la Uni¨®n Europea en la ceremonia de apertura. Yo no estoy invitado. Es muy dif¨ªcil tener una cierta noci¨®n de los derechos humanos y hacer pol¨ªtica en la direcci¨®n de un pa¨ªs y m¨¢s a¨²n cuando solo se es ministro de Exteriores. Hay siempre un doblez. Es verdad. Pero no creo que estuviera tan mal haber mostrado el descuerdo con la actuaci¨®n de Pek¨ªn en T¨ªbet. Soy amigo del Dalai Lama y nunca ha sido considerado m¨¢s que un l¨ªder religioso y nunca ha pretendido la independencia del T¨ªbet. La integridad territorial de China nunca ha estado en cuesti¨®n. Es dif¨ªcil comprender a gente que tienen visiones tan alejadas de los derechos del hombre?
P. La pol¨ªtica exterior de Estados Unidos parece estar cambiando en los ¨²ltimos meses.
R. En Washington no hay una nueva pol¨ªtica, pero si que su acci¨®n exterior pasa por un periodo distinto, hay un nuevo realismo que probablemente tiene mucho que ver con las pr¨®ximas elecciones. Nosotros nunca hemos sido seguidistas respecto a Washington. Hemos sido fraternales. No est¨¢bamos de acuerdo sobre el L¨ªbano, sobre Siria, sobre Irak ni sobre Ir¨¢n. Tan solo hemos estado de acuerdo en ser amigos y esto nos ha permitido, por ejemplo, este acercamiento Siria, con el que Washington no estaba de acuerdo y por el que ahora nos felicita y decide aprovechar. En lo que respecta a la crisis iran¨ª, Sarkozy lo ha dicho muy claro: Francia no acepta que el Gobierno de Teher¨¢n disponga de un arma at¨®mica. Pero Ir¨¢n es un gran pa¨ªs y tiene un lugar importante en el mundo y en la regi¨®n. Si se quiere hablar de Irak hay que hablar de Ir¨¢n, si se quiere hablar de Afganist¨¢n hay que hablar de Afganist¨¢n.
P. ?Aumentar¨¢ Francia sus tropas en Afganist¨¢n?
R. No, nuestra estrategia es otra, aunque ciertamente seguimos involucrados en crear una situaci¨®n de seguridad y estabilidad. Los norteamericanos no estaban de acuerdo con la orientaci¨®n de la Conferencia de donantes de Par¨ªs del mes pasado, en la que se hablaba de derechos humanos y estaban presentes las ONG. Pero ahora lo entienden. Porque no habr¨¢ una soluci¨®n militar en Afganist¨¢n. Habr¨¢ una soluci¨®n afgana. Los progresos que se han hecho, aunque se minimicen, son enormes. Ahora se habla no solo de los problemas civiles, tambi¨¦n de la corrupci¨®n, y de la droga. Una vez m¨¢s, esto ha cambiado la situaci¨®n y nuestros amigos norteamericanos lo celebran.
P. ?Qu¨¦ sucede con las inversiones de la petrolera Total en Ir¨¢n?
R. Les dijimos que no hicieran nuevas inversiones. Que mantuvieran la m¨¢quina en funcionamiento, pero que no emprendieran nuevos proyectos. Dijeron que s¨ª y lo hicieron. En esos mismos momentos hab¨ªa empresas de los pa¨ªses que negocian con Teher¨¢n que segu¨ªan invirtiendo.
P. Francia dice que quiere reconciliar a los europeos con Europa. ?C¨®mo lo piensa hacer?
R. Ya no hay un deseo de Europa. Hay mucho menos apetito por esa aventura que es Europa y que nos envidian mucho desde fuera. Las ¨¦lites, las gentes concernidas directamente, siguen creyendo, pero las poblaciones europeas, mucho menos. No se dan cuenta de que no habr¨¢ una salida nacional a la crisis, que por si solo cada pa¨ªs no es capaz de afrontar los problemas que crea la mundializaci¨®n. Tambi¨¦n es la falta de la clase pol¨ªtica, que no ha sabido explicar que Europa es algo m¨¢s que los problemas institucionales de los que todo el mundo se burla, a excepci¨®n de los pol¨ªticos, que saben muy bien que hacer funcionar la m¨¢quina a 27 no es lo mismo que a 15.
P. Pero decirles a los irlandeses van a tener que volver a votar, como dijo el presidente Sarkozy esta semana, no parece lo mejor.
R. No creo que sea esto lo que les vamos a decir cuando vayamos a Dubl¨ªn el lunes. El presidente lo ha dicho, s¨ª, pero en un contexto muy particular, a sus amigos pol¨ªticos. Creo que lo que haremos el lunes ser¨¢ escucharles, porque no les visitamos como la presidencia francesa. Escucharemos a los partidos, a la sociedad civil, a los intelectuales? Decir que esto se puede arreglar r¨¢pidamente no es cierto. Hace falta tiempo.
P. ?Cu¨¢les son los principales problemas de los europeos?
R. Los principales problemas de los europeos son, de entrada, la inmigraci¨®n, y ya hemos conseguido el acuerdo sobre el Pacto por la Inmigraci¨®n que apoyan los 27, que fue votado en Cannes. Y en segundo lugar la energ¨ªa, en relaci¨®n con el cambio clim¨¢tico. Los europeos tienen miedo de perder las ventajas sociales que tienen en la globalizaci¨®n, sin que Europa les defienda suficientemente. Por otro lado les da aut¨¦ntico p¨¢nico el paro que pueden generar las deslocalizaciones industriales. Por primera vez no son optimistas de cara al futuro y piensan que sus hijos vivir¨¢n peor que ellos.
P. No todos. Los franceses, s¨ª.
R. S¨ª es cierto, los espa?oles son muy preeuropeos. Adem¨¢s, [el presidente del Gobierno espa?ol Jos¨¦ Lu¨ªs Rodr¨ªguez] Zapatero ha sabido hacer sentir de forma sentimental los esfuerzos de Europa. Espa?a es un modelo, pero no todo el mundo es as¨ª. Sobre Irlanda habr¨¢ que ver, pero en alg¨²n momento, ciertamente no ahora, habr¨¢ que saber si nos quedamos con el Tratado de Niza o pasamos al Tratado de Lisboa. Y esto lo saben los irlandeses. Los dem¨¢s siguen ratificando. Nada en Lisboa impide que se siga ratificando, aunque para entrar en vigor exige unanimidad.
P. ?La creaci¨®n de una Defensa europea es la condici¨®n para la integraci¨®n total de Francia en la OTAN?
R. Mucha gente est¨¢ de acuerdo sobre las bases de la Defensa europea. Las cosas avanzan, al margen de las hip¨®tesis de escenarios cambiantes. Por ejemplo ya estamos de acuerdo sobre la formaci¨®n de oficiales o sobre la sede de Bruselas. No estamos construyendo un Ej¨¦rcito europeo, lo que decimos es que no nos acercaremos al ¨²ltimo nivel de la OTAN si no se produce un progreso sobre la defensa europea. Y todo el mundo est¨¢ de acuerdo, incluidos los norteamericanos. Por primera vez Bush reconoci¨® en la cumbre de Bucarest la necesidad de un pilar europeo. Por lo dem¨¢s no es f¨¢cil, pero no queremos construir un Ej¨¦rcito europeo, simplemente que el dispositivo sea m¨¢s f¨¢cil de poner en marcha complement¨¢ndonos los unos con los otros.
P. ?Ha cambiado la relaci¨®n con Rusia?
R. Hay un cambio de lenguaje. Y de confianza reencontrada. No es f¨¢cil para un pa¨ªs que hace menos de 20 a?os eran los reyes del comunismo y de la opresi¨®n. Han cambiado, pero no la dimensi¨®n del pa¨ªs. El futuro de Europa pasa por una relaci¨®n con nuestro gran vecino. Hay que hablar con Rusia de otra manera.
P. Pero la relaci¨®n con Rusia pasa por la energ¨ªa y en eso no hay pol¨ªtica com¨²n.
R. Cierto, no la hay. Queremos constituir una conciencia europea, una solidaridad energ¨¦tica con la que un pa¨ªs pueda contar cuando tenga problemas. Un d¨ªa, tal vez, podamos constituir lo que se conoce como una central de compras.
P. ?Ha cambiado la relaci¨®n con Colombia tras la liberaci¨®n de Ingrid Betancourt?
R. Si, ha cambiado. Seguimos siendo amigos de Uribe?
P. ?Y de Ch¨¢vez?
R. S¨ª, de Ch¨¢vez tambi¨¦n, pero ahora?
P. Antes eran m¨¢s amigos de Ch¨¢vez.
R. S¨ª, es verdad, pero yo siempre dije que hab¨ªa que trabajar absolutamente con Uribe. Esta es tambi¨¦n una peque?a originalidad, no tanto relacionada con los derechos del hombre como con la realidad de las cosas, porque la realidad de las cosas es que las FARC, que cuando ¨¦ramos peque?os pod¨ªamos verlas como algo rom¨¢ntico, son gentes que son secuestradores y traficantes de drogas, que ponen bombas, y Uribe lucha contra esto.
P. Usted es conocido como un hombre de izquierdas. ?Ha pasado por situaciones embarazosas desde que forma parte de este Gobierno llamado de apertura?
R. Por supuesto que he pasado por momentos embarazosos. Me odia la izquierda, no toda pero s¨ª un cierto n¨²mero de mis amigos, y tambi¨¦n la derecha. Es una situaci¨®n muy inconfortable. Lo asumo. Me entiendo muy bien con el presidente Sarkozy, con quien tengo relaciones francas, en ning¨²n caso de sumisi¨®n, y con quien discuto sobre todos los temas. No estoy siempre de acuerdo con ¨¦l, ni ¨¦l conmigo, pero est¨¢ claro que es ¨¦l el presidente. No vot¨¦ por el presidente Sarkozy ni en la primera ni en la segunda vuelta. Y ¨¦l no me pide que cambie. Y su manera de entenderse con los socialistas europeos es sorprendente. Su relaci¨®n con Zapatero es formidable. Este hombre no es un conformista, y esto es formidable. No tiene una m¨¢quina de pensar preestablecida. Piensa en funci¨®n de los intereses de Francia y yo creo que las reformas que est¨¢ emprendiendo, no siempre como yo las har¨ªa, son reformas indispensables para Francia. En su momento yo fui el ¨²nico en la izquierda que dijo que las [semana laboral] 35 horas eran un error. Los socialistas europeos se preguntan como es posible que los socialistas franceses sigan siendo los ¨²nicos marxistas del mundo.
P. ?Est¨¢ de acuerdo con la pol¨ªtica de inmigraci¨®n?
R. Yo dije que estaba en contra de la emigraci¨®n escogida y ahora hemos conseguido que se hable de la emigraci¨®n concertada. Pienso que es necesario que tengamos mucho cuidado con las condiciones de acogida de los inmigrantes, incluso de los ilegales. Europa no puede ser una fortaleza, es necesaria una apertura, pero no podemos aceptar la inmigraci¨®n ilegal. Conozco un mont¨®n de socialistas que piensan como yo y no lo dicen.
P. ?Es dif¨ªcil trabajar con este presidente de la Rep¨²blica?
R. S¨ª, es muy dif¨ªcil, porque no se puede trabajar con ¨¦l si uno mismo no se pone en cuesti¨®n. Es una lecci¨®n. De entrada es otra generaci¨®n, muy activa, muy en¨¦rgica. Se ha acabado la generaci¨®n majestuosa.
P. Usted ha sido uno de los fundadores de M¨¦dicos sin Fronteras, un hombre de izquierdas comprometido con los derechos humanos, ?Ha conseguido ser la conciencia del Gobierno?
R. En ciertas circunstancias, si. Conciencia es una palabra muy fuerte, pero s¨ª que he conseguido atraer la atenci¨®n del presidente hacia determinadas cosas. Cuando se es ministro de Exteriores no se puede resumir la pol¨ªtica internacional a la defensa de los derechos humanos. Es necesario que sea comprendida como una necesidad, pero no ocupa el mismo lugar. Ser¨ªa ingenuo pensar que la pol¨ªtica de un pa¨ªs son s¨®lo los derechos humanos. Es dif¨ªcil para m¨ª asumirlo. Cuando vea que no puedo hacerlo, me ir¨¦. Pero creo que hemos respetado los derechos humanos.
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