Compartir oportunidades es la soluci¨®n
El flujo migratorio es el punto cr¨ªtico en el actual debate migratorio. La continuidad del flujo no es cuestionable desde la racionalidad econ¨®mica y social, y ante ¨¦l s¨®lo podemos ordenarlo socialmente o dejarlo en el caos de la espontaneidad y la irregularidad. El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales Jes¨²s Caldera y la secretaria de Estado de Emigraci¨®n e Inmigraci¨®n Consuelo Rum¨ª, responsables directos de la pol¨ªtica de inmigraci¨®n en la anterior legislatura, pagaron los platos rotos del verbalismo del Partido Popular, con el ret¨®rico blindaje de fronteras y su "no pasar¨¢n". Pero afirmo que pasaron durante el segundo Gobierno del PP, porque entraron y vivieron aqu¨ª pese al supuesto blindaje de fronteras; eso s¨ª, entraron como irregulares en los barrios m¨¢s humildes, tambi¨¦n en la sanidad y en la educaci¨®n p¨²blica, y fundamentalmente en la econom¨ªa sumergida.
"Seamos corresponsables de nuestro futuro colectivo con el de los inmigrantes"
La regularizaci¨®n del PSOE fue un acto de realismo, de coraje pol¨ªtico, y centr¨® de una vez el debate pol¨ªtico en la inmigraci¨®n laboral, en su regularidad y, sobre todo, en la dignidad de las personas. Una vez dentro de Espa?a, s¨®lo se puede repatriar a quienes han entrado de forma irregular si hay acuerdos de repatriaci¨®n. Si no, s¨®lo quedan dos opciones: mantenerlos desde el presupuesto p¨²blico, con vivienda digna, manutenci¨®n y sanidad hasta que se puedan repatriar, hasta que sus gobiernos quieran admitirlos, o en su caso ofrecerles los derechos laborales y de residencia hasta que se resuelva su situaci¨®n administrativa. Fue m¨¢s positivo actuar con arreglo a la segunda opci¨®n y as¨ª se corresponsabiliza a los inmigrantes en derechos y obligaciones.
Hoy sabemos y podemos decir que el flujo irregular disminuir¨¢ radicalmente con casi toda seguridad cuando haya un flujo regular, y por este motivo es necesario concretar el mecanismo efectivo. El verdadero debate hoy, y lo que genera conflicto en la sociedad civil, es la falta de orden, de regularidad, en el flujo migratorio. El desorden que percibe la ciudadan¨ªa supone de hecho la amenaza de los derechos sociales conseguidos.
No hay soluciones m¨¢gicas, f¨¢ciles ni r¨¢pidas a la actual realidad migratoria. El uso de mecanismos preferentemente sancionadores y represivos, como pretende el Gobierno italiano, s¨®lo ser¨¢ un espejismo moment¨¢neo. El Gobierno espa?ol sabe que cuando se relaciona con un pa¨ªs de origen de la emigraci¨®n hacia nuestro pa¨ªs lo hace con su cultura, diferente, y con su Gobierno soberano. Tiene con ese pa¨ªs una relaci¨®n econ¨®mica, con sus flujos comerciales (como aportaci¨®n de materias primas o como consumidores de nuestra producci¨®n). Ah¨ª, en lo comercial, el planteamiento pol¨ªtico hoy es que se avance m¨¢s en la desregulaci¨®n y eliminaci¨®n de las fronteras.
?C¨®mo puede entendernos un pa¨ªs de origen de la migraci¨®n a Espa?a que ve como aprovechamos sus fuentes de materias primas, que invadimos pac¨ªficamente sus mercados con nuestros productos y que, por el contrario, en el terreno de la poblaci¨®n y el mercado de trabajo seguimos anclados en las viejas y r¨ªgidas fronteras del ordenamiento antiguo, el proteccionismo? Es una contradicci¨®n insostenible en el tiempo, por poco realista.
No estoy propugnando la libre circulaci¨®n de personas dentro del actual modelo de la globalizaci¨®n, por ser un hecho injusto e insolidario. Hecho que ser¨ªa insostenible tanto para los pa¨ªses desarrollados como a la vez injusto para el futuro desarrollo de los pa¨ªses no desarrollados. Creo seriamente que hoy en el mercado de trabajo espa?ol hay oportunidades para trabajadores extranjeros, aunque en el corto plazo ser¨¢n matizadas por la negativa coyuntura econ¨®mica, y que en los pa¨ªses en desarrollo hay una oportunidad y una necesidad de desarrollo: es lo que permite ver una perspectiva real para acuerdos equitativos, para compartir oportunidades entre los pa¨ªses de origen y de destino de la emigraci¨®n.
Como dice el nuevo ministro de Trabajo e Inmigraci¨®n, Celestino Corbacho, el contrato de trabajo debe seguir siendo el pasaporte para la integraci¨®n en Espa?a, y estoy convencido de que se establecer¨¢n los dispositivos o plataformas p¨²blicas que garanticen la dignidad y la plena legalidad de estos contratos. A un trabajo temporal corresponder¨¢ un permiso y un contrato temporal (con billete de ida y vuelta, alojamiento y condiciones dignas de acogida), y los empresarios aportar¨¢n con su responsabilidad social corporativa parte del impacto social que supone el satisfacer sus necesidades laborales en el exterior.
Finalmente, los pa¨ªses y las comunidades de origen recibir¨¢n las remesas de los trabajadores inmigrantes, pero s¨®lo ser¨¢n aportaciones eficientes a su desarrollo si existen acuerdos complementarios de cooperaci¨®n, inversi¨®n en infraestructuras, en asistencia t¨¦cnica p¨²blica y finalmente con microcr¨¦ditos privados. S¨®lo con estas aportaciones se convertir¨¢ el flujo migratorio en un aut¨¦ntico desarrollo compartido (codesarrollo).
No apoyemos interesada o inconscientemente un cambio demogr¨¢fico de los pa¨ªses en desarrollo en nombre de la integraci¨®n asimiladora en los pa¨ªses de destino; otra cosa es posibilitar la incorporaci¨®n voluntaria de los inmigrantes, en condiciones dignas y humanitarias, en el pa¨ªs de destino. El buenismo social en alg¨²n momento y no siempre, creo que de forma inconsciente, ofrece cobertura involuntaria a la voracidad especuladora de un planteamiento meramente economicista de la inmigraci¨®n. Seamos corresponsables de nuestro futuro colectivo con el de los inmigrantes, de forma integrada aqu¨ª y all¨¢, y as¨ª todos compartiremos oportunidades y ganaremos en un desarrollo propio justo y equilibrado de nuestro entorno.
Francesc Castellana Aregall es presidente de la Fundaci¨®n Utop¨ªa Joan Garcia-Nieto.
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