?Paz en todos los frentes de Oriente Pr¨®ximo?
Desde el fracaso de las conversaciones de paz entre israel¨ªes y palestinos durante los ¨²ltimos d¨ªas de la presidencia de Bill Clinton, no se ve¨ªa en Oriente Pr¨®ximo un frenes¨ª diplom¨¢tico en pro de la paz como el actual. Israel mantiene contactos en todos los frentes, con Siria, L¨ªbano, Ham¨¢s, Hezbol¨¢, la Autoridad Palestina de Mahmud Abbas... ?Quiere esto decir que Oriente Pr¨®ximo se encuentra a las puertas de una paz amplia y duradera? No exactamente.
La gran mayor¨ªa de estos esfuerzos de paz parecen m¨¢s t¨¢cticos que estrat¨¦gicos. Y en ninguno se dan a¨²n las condiciones necesarias para dar un salto inmediato de la guerra a la paz, ni esperan las partes que ocurra tal cosa.
Ser¨ªa necesaria toda una exhibici¨®n de audacia y habilidad pol¨ªtica para convertir el alto el fuego entre Israel y Ham¨¢s en el preludio de unas negociaciones pol¨ªticas. Tanto Israel como Estados Unidos insisten firmemente en excluir a Ham¨¢s del proceso de Annapolis mientras no reconozca el derecho de Israel a existir, y Ham¨¢s no est¨¢ dispuesto a abandonar su identidad como movimiento de resistencia s¨®lo para incorporarse a unas negociaciones que no tienen muchas probabilidades de satisfacer los requisitos m¨ªnimos del pueblo palestino.
Son m¨¢s activos en la b¨²squeda de la paz Qatar, Egipto y Turqu¨ªa que EE UU
Para Israel, el alto el fuego con Ham¨¢s refleja sus escasos deseos de caer en otra guerra asim¨¦trica como la que libr¨® en L¨ªbano hace dos veranos, en esta ocasi¨®n, en las calles de los campos de refugiados de Gaza. Ehud Olmert, un primer ministro especialmente impopular y cuyos d¨ªas al frente del gobierno seguramente est¨¢n contados, no tiene la legitimidad necesaria para sumergir al pa¨ªs en otra guerra sangrienta, que, dadas las circunstancias en Gaza, ser¨ªa costosa y no decidir¨ªa nada. Los dirigentes israel¨ªes creen que el momento de la verdad con Ham¨¢s s¨®lo llegar¨¢ cuando la situaci¨®n est¨¦ m¨¢s madura para un gran enfrentamiento militar.
La v¨ªa siria -que exige la retirada israel¨ª de los altos del Gol¨¢n, de gran importancia estrat¨¦gica, y la evacuaci¨®n de decenas de miles de colonos- se ve obstaculizada no s¨®lo por la falta de legitimidad del Gobierno israel¨ª, sino tambi¨¦n por la oposici¨®n de Estados Unidos a las conversaciones. Para los sirios, el principal inter¨¦s de una eventual firma de la paz con Israel es el posible acercamiento a EE UU, pero los sirios rechazan la exigencia norteamericana de que dejen de coquetear con el terrorismo como condici¨®n previa para negociar. Es m¨¢s, no est¨¢ nada claro que alguna vez acepten hacerlo. Como dice el ministro sirio Buthaina Shaaban, "exigir que Siria se olvide de Ham¨¢s y Hezbol¨¢ es como exigir que Estados Unidos se olvide de Israel".
Estados Unidos lleva demasiado tiempo ausente del proceso de paz en Oriente Pr¨®ximo. Por primera vez en la historia de su relaci¨®n especial con Israel, EE UU no se habla con ninguno de los enemigos del pa¨ªs aliado: ni Siria, ni Ir¨¢n, ni Ham¨¢s, ni Hezbol¨¢. Como consecuencia, Israel, asediado y enfrentado a la serie de amenazas regionales que se le vienen encima, ha tenido que encontrar por s¨ª solo el camino hacia las negociaciones, sin la ayuda diplom¨¢tica de su hermano mayor.
La gesti¨®n ante L¨ªbano, a la que la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, dedic¨® la mayor parte de su ¨²ltima visita a Beirut, est¨¢ muy relacionada con el desesperado intento de Estados Unidos de reactivar su papel como principal mediador de paz en la regi¨®n. Porque, al fin y al cabo, el diminuto Qatar es el que hizo de intermediario para alcanzar un acuerdo interno en L¨ªbano, Egipto medi¨® en el alto el fuego en Gaza y Turqu¨ªa est¨¢ facilitando las conversaciones entre Israel y Siria. El cambio de pol¨ªtica de Israel respecto a Siria y el giro del presidente franc¨¦s Nicolas Sarkozy han transmitido a los estadounidenses el mensaje de que no deben quedarse tambi¨¦n al margen de lo que ocurra en L¨ªbano.
Pero la influencia de Estados Unidos, cada vez menor, no puede equipararse con la del eje del mal de la regi¨®n. L¨ªbano es demasiado vulnerable a las presiones de Siria e Ir¨¢n, que no quieren que sus clientes locales alivien a los israel¨ªes de la carga de un "frente liban¨¦s" mientras no se resuelvan sus propias reivindicaciones. Tampoco Hezbol¨¢ est¨¢ muy dispuesto a que el final de la ocupaci¨®n israel¨ª de las granjas de Sheba, en la frontera libanesa, signifique renunciar a la formidable fuerza militar independiente que ha construido con ayuda iran¨ª y siria.
Ahora bien, las medidas t¨¢cticas siempre pueden convertirse en giros estrat¨¦gicos. Hay que dejar que el alto el fuego en Gaza facilite la reconciliaci¨®n entre Al Fatah y Ham¨¢s, que dar¨ªa legitimidad y amplitud al proceso de Annapolis. Nada menos que el portavoz de Ham¨¢s en Gaza, Salah al Bardawil, ha definido el alto el fuego como "una oportunidad hist¨®rica para todas las partes de vivir en paz y construir un futuro para las pr¨®ximas generaciones".
Tampoco las dem¨¢s v¨ªas de paz -L¨ªbano, Siria y quiz¨¢ incluso Ir¨¢n- est¨¢n condenadas al fracaso permanente. Pero su ¨¦xito, tan urgente para rescatar a la regi¨®n de las pol¨ªticas apocal¨ªpticas, tendr¨¢ que esperar a que una nueva Administraci¨®n estadounidense inyecte el necesario equilibrio de realismo e idealismo, de un uso de la fuerza militar suavizado por un compromiso genuino con la diplomacia.
Shlomo Ben-Ami, ex ministro de Exteriores de Israel, es vicepresidente del Centro Internacional de Toledo para la Paz. Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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