Karadzic, capturado en Serbia
El ex presidente serbobosnio est¨¢ acusado de genocidio en la guerra de los Balcanes
"Radovan Karadzic ha sido localizado y arrestado esta noche". Con esta escueta frase, incluida en un comunicado igualmente telegr¨¢fico, confirmaba anoche el presidente serbio, Bor¨ªs Tadic, la captura del que fuera l¨ªder serbobosnio y uno de los fugitivos m¨¢s buscados de la justicia internacional. Acusado por el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) del genocidio de Srebrenica, donde perecieron unos 8.000 varones musulmanes, Karadzic fue conducido tras la detenci¨®n ante el juez encargado de investigar en Belgrado los cr¨ªmenes cometidos durante la guerra de los Balcanes. Nada m¨¢s conocer la noticia, Serge Bremmertz, fiscal jefe del TPIY, felicit¨® a las autoridades serbias y record¨® a las v¨ªctimas "que llevan m¨¢s de una d¨¦cada esperando este momento".
La captura de Karadzic era una de las principales condiciones impuestas por la UE a Serbia para seguir avanzando en las negociaciones que llevar¨¢n a una eventual adhesi¨®n. Aunque los detalles de la operaci¨®n que desemboc¨® en su detenci¨®n se ir¨¢n conociendo en las pr¨®ximas horas, la ca¨ªda del pol¨ªtico que huy¨® tras perder el poder en la Rep¨²blica Srpska, entidad serbia de Bosnia, al grito de "No me coger¨¢n vivo", fue posible gracias a la informaci¨®n proporcionada por los servicios de espionaje "de un pa¨ªs extranjero".
Despu¨¦s de 13 a?os escapando de la justicia internacional, su ca¨ªda ha llegado precisamente la v¨ªspera de un encuentro entre los ministros de Exteriores comunitarios destinado a analizar las relaciones con Belgrado y el nuevo Partido Democr¨¢tico de Bor¨ªs Tadic, ya en el poder. A la espera de la declaraci¨®n que emanar¨¢ de dicha cita ministerial, Richard Holbrooke, antiguo subsecretario estadounidense para Europa, salud¨® la detenci¨®n comparando a Karadzic con Osama Bin Laden. "Ha sido un aut¨¦ntico arquitecto del asesinato en masa", dijo. Holbrooke se permiti¨® dicha comparaci¨®n amparado en su experiencia como negociador de los acuerdos de paz de Dayton de 1995, que pusieron fin a la guerra de Bosnia.
Comparaciones pol¨ªticas aparte, la detenci¨®n de Karadzic tendr¨¢ a su vez repercusiones jur¨ªdicas de envergadura. Por un lado, el TPIY podr¨¢ juzgar por fin al que los fiscales consideran principal responsable (junto con su jefe militar, el general Ratko Mladic, en paradero desconocido) de la mayor matanza en el continente desde la II Guerra Mundial. Adem¨¢s de un deber de la justicia internacional, depurar dicha responsabilidad ayudar¨¢ a las familias de las v¨ªctimas a cerrar una herida cerrada hasta ahora en falso, y que sangra con cada nuevo entierro de cuerpos identificados en Srebrenica.
Consciente de las expectativas de esos supervivientes y de la gravedad de los cargos que le imputa a Karadzic, el fiscal Bremmertz record¨® tambi¨¦n ayer en un comunicado "la importancia de la presunci¨®n de inocencia del acusado para poder garantizarle un juicio justo".
Karadzic era esperado en La Haya, sede del TPIY, desde que su anterior fiscal jefe, Carla del Ponte, le acusara en julio de 1995 de un primer cargo al que se ha hecho menos publicidad, pero igualmente tr¨¢gico: haber autorizado los disparos contra civiles durante los 43 meses del sitio de Sarajevo. Cuatro meses despu¨¦s llegar¨ªa la acusaci¨®n de genocidio por organizar la matanza sistem¨¢tica y premeditada de los hombres musulmanes refugiados con sus familias en Srebrenica, al este de Bosnia.
Ninguna de las dos imputaciones sirvi¨® de mucho al principio, porque el l¨ªder serbobosnio no se ocult¨® hasta 1997. Es m¨¢s, a pesar de las denuncias de la fiscal¨ªa del Tribunal, de la presi¨®n de la UE y de las buenas palabras de Belgrado, que aseguraba buscarle, Karadzic segu¨ªa movi¨¦ndose por su tierra. Tambi¨¦n manten¨ªa una red de leales nacionalistas que le consideraban un salvador de la patria tras la desaparici¨®n de la antigua Yugoslavia. Oculto entre Serbia, Montenegro y la rep¨²blica Srpska, ya fuera en las monta?as o en alg¨²n monasterio, lo cierto es que parec¨ªa que no se hac¨ªa lo necesario para encontrarle.
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