Ellas tienen el poder (y el ritmo)
Macy Gray y sus coristas hacen brincar a 2.000 personas en el Conde Duque
?Qu¨¦ suceder¨ªa si Risto, Noem¨ª y los dem¨¢s de Operaci¨®n Trueno -o como se diga- se encontraran un d¨ªa frente a Macy Gray en su academia cat¨®dica? Que la muchacha no pasar¨ªa ni de cuartos de final; antes le habr¨ªan pegado una patada en las posaderas. No es el peor reproche: la historia de los desmanes discogr¨¢ficos cuenta que la todopoderosa Atlantic desech¨® un ¨¢lbum de la Gray porque alg¨²n sagaz directivo consider¨® que cantaba "como si estuviera mareada". Un visionario, vaya.
Por fortuna, la buena de Natalie McIntyre -el nombre que figura en el carn¨¦ de la autora de I try- sigue sin tomarse la biodramina. Y con esa voz entre devastada y alucin¨®gena, pasional y furibunda, se meti¨® al p¨²blico en el bolsillo desde el primer tema, un Get out de 10 minutos a modo de ah¨ª-queda-eso. Su amiga Erykah Badu hab¨ªa incendiado el Conde Duque menos de dos semanas antes y Macy sabe c¨®mo suministrar esa misma medicina del soul abrasivo. Bendita farmacopea.
Elegante en su traje de rojo pasi¨®n, zalamera desde el minuto uno ("me gusta c¨®mo bail¨¢is", le repet¨ªa a un foso que no paraba de aullar), la Gray no trajo tanta artiller¨ªa sonora, pero contaba con la baza de dos coristas tan adorables, fogosas y -muy importante- coreografiadas como marcan los c¨¢nones souleros desde tiempos de las Ronettes. Ambas exhibieron voces formidables e id¨¦ntico vestido, aunque la una de talla XS y la otra, de la XL. "Ella es la mujer viva m¨¢s sexy de 2008", la anunci¨® la jefa de filas. Y que vivan los cuerpos orondos.
Acostumbrados a la ya anacr¨®nica supremac¨ªa masculina sobre los escenarios de la m¨²sica popular, daba gusto asistir a esa revoluci¨®n sexual que do?a Natalie preconiza en uno de sus temas m¨¢s celebrados. Anoche el poder era de ellas, por mucho que el guitarrista se empe?ara en llamar la atenci¨®n con su traje p¨²rpura a la manera de un Prince de nueva generaci¨®n (sin alzas). Las tres chicas cantaban, bailaban, enardec¨ªan al personal e invitaban al delirio, como cuando Macy se tir¨® al suelo para interpretar Sweet baby y, a rengl¨®n seguido, tom¨® prestado de Radiohead un Creep m¨¢s ardoroso que nunca.
?Macy o Erykah, en qu¨¦ quedamos? No, por favor, no nos hagan escoger entre pap¨¢ y mam¨¢.
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