Cae Karadzic
Con la captura del criminal de guerra serbobosnio, Belgrado da un gran paso hacia la UE
Casi nadie puede huir eternamente. Lo corrobora la detenci¨®n en Belgrado de Radovan Karadzic, que fuera jefe m¨¢ximo de los serbios de Bosnia y, como tal, responsable entre 1992 y 1995 de algunos de los m¨¢s horrendos cr¨ªmenes masivos desde la II Guerra Mundial. Disfrazado, aparentemente a salvo entre los suyos, despu¨¦s de ser durante 11 a?os uno de los hombres te¨®ricamente m¨¢s buscados del mundo, Karadzic ha ca¨ªdo -como presumiblemente suceder¨¢ con Ratko Mladic, todav¨ªa huido- cuando el Gobierno serbio lo ha dispuesto as¨ª. Le espera una r¨¢pida extradici¨®n a La Haya, donde responder¨¢ de genocidio, entre otros delitos, ante el tribunal de la ONU que juzga los cr¨ªmenes de guerra en la antigua Yugoslavia.
Karadzic, como presidente de la Rep¨²blica Serbia de Bosnia y responsable de la direcci¨®n de la guerra, y Mladic, comandante supremo de su Ej¨¦rcito, han llenado de infamia las postrimer¨ªas del siglo XX en Europa. La Haya le acusa de ordenar y mantener durante casi cuatro a?os el despiadado sitio de Sarajevo y del exterminio a sangre fr¨ªa en la ciudad bosnia de Srebrenica -te¨®ricamente protegida por fuerzas holandesas de la ONU- de hasta 8.000 varones musulmanes indefensos, arrojados a fosas comunes y minas por las excavadoras del carnicero Mladic. Una haza?a perpetrada hace ahora 13 a?os por un Karadzic en el apogeo de su poder y su vesania. No hay reparaci¨®n posible para sus v¨ªctimas, pero se entiende el delirio que sacudi¨® ayer Sarajevo, donde la libertad del l¨ªder serbobosnio se viv¨ªa como un descr¨¦dito absoluto de la justicia.
La captura de Karadzic refleja un cambio sustancial en la pol¨ªtica serbia. El momento de su detenci¨®n -v¨ªsperas de una visita del nuevo fiscal jefe de La Haya y de una reuni¨®n de la UE sobre el futuro del pa¨ªs balc¨¢nico, dos semanas despu¨¦s de la formaci¨®n por el presidente Bor¨ªs Tadic de un Gobierno proeuropeo- evidencia que por primera vez en muchos a?os Belgrado ha tenido voluntad de actuar. Resulta una iron¨ªa de la historia que uno de los partidos que forma el flamante Ejecutivo serbio -ins¨®litos compa?eros de cama como alternativa a los ultranacionalistas- sean precisamente los socialistas de Slobodan Milosevic, aparentemente m¨¢s inclinados ya por el pragmatismo que por el orgullo nacional. El d¨¦spota Milosevic fue el ide¨®logo del pogromo ¨¦tnico en los Balcanes, que con su apoyo directo ejecutaron de manera insuperablemente criminal personajes como Karadzic y Mladic.
Aunque queda mucho camino, las expectativas europeas de Serbia se han multiplicado desde ayer. El acuerdo preliminar suscrito en abril con la UE estaba condicionado a su plena cooperaci¨®n en la captura de los grandes criminales de guerra. El reformista Tadic parece dispuesto a eliminar cualquier obst¨¢culo que bloquee una incorporaci¨®n que Belgrado, tras d¨¦cadas de aislamiento, necesita desesperadamente.
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