Un genocida disfrazado de curandero
Karadzic viv¨ªa en Belgrado con identidad falsa dedicado a la medicina alternativa
Un viejecito de aspecto bonach¨®n, tupida barba blanca y enormes gafas de pasta que se hac¨ªa llamar Dragan Dabic y que paseaba tranquilamente por Belgrado guardaba un gran secreto. En realidad, ese supuesto sabio que practicaba la medicina alternativa lejos del mundanal ruido era el sanguinario Radovan Karadzic, de 63 a?os, uno de los pr¨®fugos m¨¢s buscados por la justicia internacional, acusado de cr¨ªmenes contra la humanidad y genocidio durante la guerra de Bosnia-Herzegovina (1992-1995).
A los 12 a?os de haberse ocultado en las monta?as, Karadzic ha reaparecido transmutado en Dabic. Pero es ¨¦l, al fin, y est¨¢ esposado. Las v¨ªctimas empiezan a respirar, y Serbia, a afrontar su pasado m¨¢s negro.
Karadzic viv¨ªa pl¨¢cidamente como un ciudadano aparentemente normal en Nuevo Belgrado, cerca de donde se juntan el Danubio y el Sava, en un barrio que fue proletario y que ahora atrae modernidad, inversiones y nuevos ricos. Aqu¨ª encontr¨® el carnicero de Sarajevo su refugio, pero tambi¨¦n el fin de la aventura y el billete que nunca quiso, el que le llevar¨¢ a La Haya.
"La detenci¨®n demuestra el compromiso de Serbia con la UE", subray¨® ayer, exultante, el ministro de Exteriores serbio, Vuk Jeremic.
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