Jo Stafford, cantante estadounidense
Tuvo una carrera paralela a la de Frank Sinatra
Para los soldados estadounidenses de la Segunda Guerra Mundial y la guerra de Corea, ella era G. I. Jo, la vocalista que mejor expresaba el amor eterno de las mujeres que les esperaban en casa. Muy patri¨®tica, fue una presencia constante en bases y hospitales; tambi¨¦n grab¨® numerosos V discs, aquellas placas destinadas exclusivamente a los hombres de uniforme.
Se sab¨ªa adem¨¢s que era una dama decidida. Nacida en Coalinga (California) el 12 de noviembre de 1917, estudi¨® canto l¨ªrico, con el deseo de dedicarse a la ¨®pera, pero la Depresi¨®n le empuj¨® hacia la m¨²sica popular. Con sus dos hermanas mayores, form¨® las Stafford Sisters, que interpretaban canciones vaqueras. Luego, se uni¨® a unos cantantes masculinos para fundar un meloso grupo vocal, The Pied Pipers, en el que estaba su primer marido. Reducidos a cuarteto, los Pied Pipers fueron reclamados por Tommy Dorsey para su orquesta.
Al equipo estelar de Dorsey llegar¨ªa un mes despu¨¦s un carism¨¢tico vocalista de New Jersey, Frank Sinatra, al que los Pied Pipers acompa?aron en numerosos ¨¦xitos registrados entre 1940 y 1942. Las carreras de Stafford y Sinatra siguieron en paralelo: buenos amigos, ella trabaj¨® con las mismas discogr¨¢ficas que Sinatra.
En 1944, Jo llam¨® la atenci¨®n del letrista y cantante Johnny Mercer, que la fich¨® para su compa?¨ªa, Capitol Records; all¨ª consigui¨® impactos como I love you, Long ago (and far away) o el celestial Candy. Trabajaba con el arreglista Paul Weston, que se convertir¨ªa en su segundo marido. Conocedora de los mecanismos del negocio, cuando salt¨® en 1950 a Columbia Records, exigi¨® mantener la propiedad de sus masters de grabaci¨®n.
Durante los a?os cincuenta, Stafford acumul¨® ¨¦xitos como You belong to me, Teach me tonight, Keep it a secret o Make love to me. Tambi¨¦n grab¨® duetos con Vic Damone, Dick Haymes, Perry Como, Gordon McRae, Gene Autry, Liberace o Nelson Eddy y, reiteradamente, con Frankie Lane. La llegada del rock & roll result¨® fatal para su popularidad. Disminuy¨® su actividad, aunque a principios de los sesenta volvi¨® a grabar para Reprise, el sello de Sinatra; all¨ª, donde ambos evocaron la era de Tommy Dorsey, un jefe detestable pero alguien con gran olfato para el talento.
Hasta aqu¨ª, su biograf¨ªa se parece a la de cualquier cantante de la ¨¦poca. Pero Jo Stafford romp¨ªa moldes. Ya en Capitol, desarroll¨® su faceta c¨®mica, bajo el seud¨®nimo de Cindarella G. Stump, logrando un n¨²mero uno con Temptation, en el que exageraba la pronunciaci¨®n rural. En Columbia, funcionaron sus versiones de Jambalaya, Hey good lookin' o Shrimp boat.
En casa, ella y su marido sol¨ªan entretener a sus invitados interpretando los personajes de Darlene y Jonathan Edwards, implacable parodia de los peores cantantes y pianistas del circuito de locales nocturnos. Finalmente, lo llevaron al disco y caus¨® sensaci¨®n. Resultaban tan cre¨ªbles que, durante un tiempo, se especul¨® sobre si eran el ex presidente Harry Truman y su esposa, Margaret, m¨²sicos aficionados. En 1960, incluso ganaron un Grammy por Jonathan and Darlene Edwards in Paris.
Stafford compatibilizaba esa vertiente humor¨ªstica con discos exigentes. Desarroll¨® su fascinaci¨®n por el cancionero tradicional en discos que se adelantaron al folk boom, como Jo Stafford sings american folk songs y Songs of Scotland. Su voz n¨ªtida y solemne conquist¨® a folkies como Judy Collins o Bob Dylan; este ¨²ltimo interpret¨® su You belong to me con tanta convicci¨®n que hasta Carla Bruni -que lo ha grabado- piensa que se trata de una composici¨®n del propio Dylan.
Jo tambi¨¦n trabaj¨® con figuras del jazz, como Duke Ellington, Buddy Rich o Lionel Hampton. Felizmente, el hecho de que controlara los derechos de muchas de sus grabaciones permiti¨® que se reeditaran en su propia compa?¨ªa, Corinthian Records.
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