Los modelos sociales de Europa y EE UU se miden en la crisis
?M¨¢s solidaridad o m¨¢s competitividad? No es incompatible - El ¨¦xito de los pa¨ªses n¨®rdicos ense?a al Viejo Continente el camino para afrontar la globalizaci¨®n
La mala sombra de la recesi¨®n se alarga de manera imparable desde Estados Unidos hacia Europa. Los pol¨ªticos se han vuelto cautos y han renunciado ya a fijar una fecha para la recuperaci¨®n econ¨®mica. Hay que ir olvidando que el buen tiempo llegar¨ªa en la segunda mitad de 2009. La tormenta financiera provocada por las hipotecas de alto riesgo que estall¨® en agosto pasado en Estados Unidos ha contagiado tambi¨¦n a numerosos bancos europeos y empieza a afectar a la econom¨ªa real. Nadie se atreve a pronosticar hasta d¨®nde se hundir¨¢ el barco.
Esta primera crisis global pone de relieve una distinta capacidad de respuesta en las dos orillas del Atl¨¢ntico. Europa parece mejor equipada, especialmente menos endeudada que Estados Unidos, lo que le permite una mejor navegaci¨®n. Al menos hasta el momento esto es lo que est¨¢ sucediendo y muchos lo atribuyen al modelo social europeo, especialmente el de los pa¨ªses n¨®rdicos de la Uni¨®n.
La destrucci¨®n de empleo es intensa en EE UU. En la UE sube la ocupaci¨®n
Un sistema m¨¦dico muy caro deja fuera a 45 millones de estadounidenses
Dinamarca, Suecia y Finlandia brillan en la clasificaci¨®n de competitividad
El modelo europeo tiene problemas de viabilidad por el envejecimiento
Un primer elemento diferencial es la distinta evoluci¨®n del empleo. Desde el pasado diciembre, Estados Unidos viene perdiendo empleo a un ritmo que oscila entre 60.000 y 90.000 puestos de trabajo cada mes. Desde principios de a?o, la econom¨ªa estadounidense, que ocupa a 137 millones de personas, ya ha destruido 438.000 puestos de trabajo, seg¨²n la Oficina Estad¨ªsticas Laborales.
Por el contrario, las empresas europeas no han dejado de crear nuevos puestos de trabajo a pesar del clima adverso. Durante el primer trimestre de este a?o la econom¨ªa europea, que ocupa a 226 millones de ciudadanos, ha generado 753.000 nuevos empleos netos, seg¨²n Eurostat. El comisario de Asuntos Econ¨®micos y Monetarios, Joaqu¨ªn Almunia, est¨¢ persuadido de que "a pesar de la crisis, la Uni¨®n Europea continuar¨¢ creando empleo en los pr¨®ximos a?os". Las previsiones de la Comisi¨®n Europea indican que entre 2008 y 2009, la UE contar¨¢ con tres millones m¨¢s de ocupados, que se sumar¨¢n a los 7,5 millones de puestos creados entre 2006 y 2007.
Tambi¨¦n Philippe de Buck, secretario general de la patronal europea, BusinessEurope, destaca los 10 millones de empleos creados por las empresas europeas durante los ¨²ltimos tres a?os y cree que "a pesar de las circunstancias se a?adir¨¢n otros dos millones adicionales de nuevos empleos en 2008".
Ann Mettler, directora ejecutiva de Lisbon Council, un centro de an¨¢lisis de referencia en Bruselas, afirma que "el modelo social europeo funciona mejor, ha incorporado a muchas mujeres y proporciona m¨¢s bienestar a las personas". Pero advierte de que "tiene un problema de sostenibilidad debido al envejecimiento, por lo que precisar¨¢ la integraci¨®n adecuada de inmigrantes".
En su opini¨®n, el modelo social europeo es tambi¨¦n m¨¢s eficiente "si se tiene en cuenta que da cobertura a todas personas, mientras que el de Estados Unidos, que es el m¨¢s caro del mundo, margina a 45 millones de personas, a las que no da ning¨²n tipo de cobertura".
Aunque destacadas instituciones como el World Economic Forum y la escuela de negocios IMD sit¨²an todav¨ªa a Estados Unidos como la econom¨ªa m¨¢s competitiva del mundo, la realidad es que Suiza, Dinamarca, Suecia, Alemania y Finlandia le pisan los talones. En t¨¦rminos estrictamente comerciales, la econom¨ªa europea exhibe un alto nivel de competitividad que se pone claramente de manifiesto en la creciente penetraci¨®n de sus productos en el mercado estadounidense y a la vez con una reducci¨®n de las compras europeas al otro lado del Atl¨¢ntico.
As¨ª, desde el a?o 2000 y a pesar de la fortaleza del euro, las exportaciones europeas a Estados Unidos han aumentado sostenidamente, mientras que al mismo tiempo se han reducido las importaciones procedentes de EE UU. El saldo comercial favorable a la UE ha aumentado desde 32.000 millones de euros a 80.000 millones entre 2000 y 2007. La parte de le¨®n de esta superioridad comercial europea la constituyen nada menos que la maquinar¨ªa, los veh¨ªculos y los productos qu¨ªmicos, de la que casi la mitad corresponde a Alemania.
Durante el mismo periodo, el peso de las exportaciones de la UE a Estados Unidos sobre el total ha descendido del 28% al 21%. La globalizaci¨®n es un hecho y Europa ha aumentado sus intercambios cada vez con m¨¢s fuerza con los pa¨ªses emergentes como Rusia, China, India y Brasil.
Quiz¨¢ el aspecto que mejor refleja la globalizaci¨®n es el incremento de las inversiones extranjeras de EE UU a la UE, que han pasado de 11.500 millones en 2004 a 144.508 en 2007. Mientras que en el mismo periodo las inversiones europeas en la econom¨ªa estadounidense han crecido a un ritmo m¨¢s moderado, al pasar de 15.500 millones a 112.600. El saldo de 31.000 millones a favor de Estados Unidos revela que en cierta medida parte del empleo creado en la Uni¨®n es gracias a la inversi¨®n generada por los fondos estadounidenses.
Poul Nyrup Rasmussen, ex primer ministro de Dinamarca y presidente del Partido de los Socialistas Europeos (PSE), sostiene que "no es una coincidencia que los Estados de bienestar m¨¢s fuertes, las sociedades escandinavas, figuren entre las econom¨ªas m¨¢s competitivas". Rasmussen considera que la raz¨®n est¨¢ en que las sociedades de bienestar invierten en la educaci¨®n y en la formaci¨®n de las personas y tienen pol¨ªticas activas que ayudan a los trabajadores a pasar de un empleo a otro, y en donde el di¨¢logo social entre trabajadores, empresarios y Gobiernos es esencial para lograr una buena productividad y una elevada cualificaci¨®n".
?stas son las caracter¨ªsticas del modelo social europeo, que los pa¨ªses n¨®rdicos han desarrollado de manera m¨¢s eficiente. El secreto, seg¨²n Rasmussen, est¨¢ en "trabajar de manera m¨¢s inteligente, no m¨¢s dura, no con bajos salarios, sino con elevada cualificaci¨®n". En su informe La Nueva Europa Social, realizado junto a Jacques Delors, argumenta que "en la econom¨ªa competitiva y globalizada de hoy no puede haber garant¨ªa de un trabajo de por vida". "Pero", a?ade, "a lo que nosotros, como socialistas y socialdem¨®cratas, nos hemos comprometido es a garantizar el empleo a lo largo de toda la vida laboral. Esto implica proporcionar medios para reemplear a las personas durante los periodos de paro". Es la llamada flexiguridad, que implica la m¨¢xima facilidad para el empresario para despedir junto a la total garant¨ªa del Estado para proporcionar una nueva formaci¨®n y una recolocaci¨®n segura.
Los ministros de Econom¨ªa de la Uni¨®n est¨¢n dedicando especial atenci¨®n a analizar la importancia de la educaci¨®n y el grado de eficiencia de los recursos empleados en la formaci¨®n. Uno de los resultados m¨¢s llamativos es que los mejores resultados obtenidos en los pa¨ªses n¨®rdicos de la UE dependen mucho m¨¢s de la eficiencia y la efectividad del gasto que de su cuant¨ªa. Finlandia es el pa¨ªs que obtiene mejor puntuaci¨®n, con un gasto en educaci¨®n m¨¢s bien modesto, del 2,5% del PIB, muy inferior al de Espa?a, que dedica el 3,5%, y que junto a Italia y Portugal registra los peores resultados. Estados Unidos figura tambi¨¦n con una puntuaci¨®n muy pobre, aunque tampoco arriesga muchos recursos para la ense?anza.
Los malos resultados de la educaci¨®n en Estados Unidos se reflejan tambi¨¦n sobre las expectativas futuras del empleo. Las proyecciones de los sectores que experimentar¨¢n un mayor crecimiento de la demanda de puestos de trabajo entre 2006 y 2016 son elocuentes. Encabezan la lista los vendedores al detalle, que durante este periodo pasar¨¢n de 4,4 a 5 millones; los empleados de cajas (de 3,5 a 3,3 millones); los camareros, (de 2,3 a 2,6 millones); los servicios a clientes (de 2,2 a 2, 7 millones); las enfermeras (de 2,5 a 3 millones); los administrativos (de 3,2 a 3,6 millones); la preparaci¨®n de comidas y las comidas r¨¢pidas (de 2,5 a 2,9 millones).
El modelo social americano no puede desligarse de su espantoso mundo carcelario. En 2008, Estados Unidos cuenta con la mayor poblaci¨®n reclusa del mundo, 2,2 millones de personas en prisi¨®n, mucho m¨¢s que China, 1,5 millones, a pesar de que este pa¨ªs tiene una poblaci¨®n casi cuatro veces mayor. Si se cuentan las personas en libertad condicional o provisional, la poblaci¨®n afectada es de 7,2 millones. La tasa de presos en Estados Unidos es de 738 por 100.000 habitantes, seis veces mayor que la de la Uni¨®n Europea, que es de 124. Jos¨¦ Mar¨ªa Zufiaur, miembro del Comit¨¦ Econ¨®mico Social de la UE, con una larga trayectoria sindical en la Uni¨®n General de Trabajadores (UGT), se?ala: "Lo que se gastan los americanos en prisiones es lo que nosotros, en Europa, nos gastamos en desempleo".
Pero el modelo social europeo tambi¨¦n est¨¢ en cuarentena. "Nacido despu¨¦s de la II Guerra Mundial como un pacto hist¨®rico entre capitalistas y trabajadores, el modelo social europeo fue forjado entre la democracia cristiana y la socialdemocracia, en un escenario en que la Uni¨®n Sovi¨¦tica era muy fuerte", explica el eurodiputado socialista Alejandro Cercas. "En 1989 cay¨® el muro de Berl¨ªn", a?ade, "y el equilibrio social se fue deteriorando". Desde dentro tambi¨¦n las ideas liberales de Tony Blair y el ex primer ministro holand¨¦s, Wim Kok, completaron el trabajo.
Para Zufiaur, la crisis del modelo se percibe en el aumento de la desigualdad. "En los dos ¨²ltimos decenios, la participaci¨®n de los salarios en el Producto Interior Bruto de la UE ha descendido 11 puntos. Los salarios medios no progresan e incluso en algunos pa¨ªses decrecen". En su opini¨®n, la crisis de la dimensi¨®n social proviene del escaso desarrollo propiamente social, en relaci¨®n con los avances en la integraci¨®n econ¨®mica.
El secretario general de la Confederaci¨®n Europea de Sindicatos (CES), John Monks, lo dice con otras palabras: "La Europa social se bate en retirada, y no ser¨¢ una sorpresa si las voces que piden m¨¢s proteccionismo [comercial] se hacen m¨¢s estridentes. El apoyo del mercado ¨²nico depende del apoyo que se d¨¦ a la Europa social".
Cuatro sentencias del Tribunal Europeo de Justicia, de 2007 y 2008, los casos Laval, Viking, Ruffert y Luxemburgo, han deslindado limpiamente los campos. Para los jueces ha prevalecido el derecho del libre establecimiento de empresa sobre el derecho de huelga o los acuerdos de los convenios colectivos. Igualmente, los convenios colectivos de los pa¨ªses de origen, es decir, de los inmigrantes, priman sobre los de acogida, generalmente mejores. Es el dumping social por v¨ªa jurisprudencial. Por si quedaban dudas, la directiva de retorno de inmigrantes y el intento de consagrar la jornada laboral de 60 horas semanales terminan de pintar la cara fea de la Europa social. Una de las razones que se invocan para explicar esta evoluci¨®n es la ampliaci¨®n de la UE a los pa¨ªses del Este, que ha supuesto un refuerzo del pensamiento liberal tanto en el Tribunal como en el Parlamento Europeo. Otra es la falta de impulso por parte de la izquierda para promover m¨¢s directivas sociales que podr¨ªan haber condicionado la decisi¨®n de los jueces en otro sentido.
Para Zufiaur, no obstante, hay que "desmitificar las delicias de la flexiguridad, porque para que funcione se necesita una tasa de sindicaci¨®n del 80% e impuestos del 50%. Adem¨¢s, desde que se aplica se ha reducido la productividad. En Dinamarca, los sindicalistas exigen controlar el plan de formaci¨®n, quieren verlo y asegurase de su utilidad", asegura un alto cargo de la Comisi¨®n.
La paradoja es que mientras en Europa muchas miradas se dirigen a la otra orilla en busca de inspiraci¨®n para dinamizar su organizaci¨®n econ¨®mica y social, Estados Unidos ha optado por pr¨¢cticas intervencionistas en defensa de Bear Stearns y de Fannie and Freddie's, que parecen m¨¢s propias del pasado europeo.
Son evidentes las deficiencias del sistema europeo, pero Mettler est¨¢ convencida de que "a pesar de la ret¨®rica empleada por algunos grupos de inter¨¦s, modernizar el modelo social europeo no tiene nada que ver, y nunca ha tenido que ver, con el objetivo de importar el modelo social de Estados Unidos".
En cualquier caso, estas intervenciones financieras de ¨²ltima hora revelan las deficiencias anteriores del sistema que tanto ha despreciado e ignorado las regulaciones. Como record¨® Almunia en Washington, "nosotros en Europa no tenemos los problemas de Estados Unidos con el mercado hipotecario de las suprimes, nuestro mercado hipotecario est¨¢ estructurado de una manera muy diferente, con reglas sobre los pr¨¦stamos mucho m¨¢s estrictos".
Fabian Zuleeg, analista senior de Europea Policy Center (EPC), plantea que "para poder decidir qu¨¦ pol¨ªtica social queremos y la que se necesita a nivel europeo, necesitamos un debate entre los stakeholders y los ciudadanos mucho m¨¢s intenso". Su propuesta es que "el punto de arranque del debate sobre la Europa social deber¨ªa ser la pr¨®xima campa?a electoral de las elecciones europeas de 2009 y ¨¦sta deber¨ªa ser la tarea clave de la pr¨®xima Comisi¨®n". Pero en su opini¨®n, este debate deber¨ªa darse tambi¨¦n en los Estados miembros y "evitar las reacciones populistas contra la reacci¨®n de la Comisi¨®n".
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