El hombre pegado a 'la cabra'
Evans, obsesionado, estudi¨® el recorrido de la contrarreloj antes de la Dauphin¨¦ Lib¨¦r¨¦
Cadel Evans perdi¨® el Tour de 2007 por 23 segundos en la contrarreloj final. A partir de ese momento, empez¨® a vivir pegado a la cabra, a lo que en la jerga cicl¨ªstica se conoce como la bicicleta de crono. Tanto, que no la solt¨® ni siquiera a 2.700 metros de altura, en el Stelvio, donde se prepar¨® una semana trabajando el umbral anaer¨®bico con un desnivel de unos 3.000 metros. "Le ve¨ªa bajar casi todos los d¨ªas con la cabra y luego cambiaba de bici para subir el puerto. Es una forma m¨¢s de entrenarte y adaptarte, ya que con la bici de crono frenas menos y te cuesta mucho m¨¢s entrar en las curvas", recuerda Juan Antonio Flecha, que coincidi¨® con el australiano en su retiro dolom¨ªtico.
En los ¨²ltimos tres a?os ha triplicado las diferencias de tiempo con Sastre
"En altura, hicimos un trabajo espec¨ªfico con tramos r¨¢pidos en bajadas leves", comenta Aldo Sassi, el preparador f¨ªsico de Evans, quien reconoce que Cadel ha primado el entrenamiento con vistas a la contrarreloj: "Respecto al a?o pasado, sale con la bici de crono al menos dos d¨ªas a la semana".
El pasado octubre, cuando en Par¨ªs se present¨® el Tour de 2008, el australiano abri¨® el mapa y apunt¨® con una chincheta roja, como si fuera el planillo de una batalla militar, la fecha del 26 de julio: contrarreloj de C¨¦rilly a Saint Amand Montrond, en el coraz¨®n de Francia. "Es el ¨²nico del equipo que ha estudiado el recorrido. Vino a verlo antes de la Dauphin¨¦ Lib¨¦r¨¦", comenta su compa?ero Dario Cioni, quien, adem¨¢s de ser licenciado en International Business, produce aceite de oliva en su almazara y se lo trae a Evans, que es adicto. "Es extremadamente met¨®dico, perfeccionista en todo: entrenamientos, rituales y alimentaci¨®n. Sabe que el Tour se gana en miles de peque?os detalles y no quiere dejar nada al azar. Tiene sus man¨ªas antes de las contrarreloj. Si alguien le cambia una coma de su esquema, se vuelve loco", destaca.
"Ha estudiado los 53 kil¨®metros en todos los detalles. Dice que tiene, m¨¢s o menos, el mismo desnivel que la de Cholet, pero m¨¢s extenso y continuo", relata Roberto Damiani, el director del Silence-Lotto, que, ayer, al acabar la etapa, acompa?¨® a Evans a echar el pen¨²ltimo vistazo a la contrarreloj. En el equipo se muestran optimistas y Sassi cree que, aunque Carlos Sastre tenga la motivaci¨®n por ir de amarillo, Evans se ha preparado con un ¨²nico objetivo en la cabeza: ganar.
Para ello ha mezclado entrenamientos en el t¨²nel del viento y en pista -en los vel¨®dromos de Adelaida y Gante- con la ayuda de un biomec¨¢nico. "La gente le pone demasiado ¨¦nfasis al t¨²nel. En ¨¦l se puede mejorar la bicicleta y algo de aerodin¨¢mica, pero la diferencia la hace la pista porque all¨ª puedes combinar la aerodin¨¢mica con la fuerza", explica Sassi recurriendo al ejemplo de Miguel Indurain. "Era el mejor contrarrelojista, pero era fe¨ªsimo de ver: aun as¨ª, compensaba la poca aerodin¨¢mica con la fuerza". A Evans, que corri¨® en mountain-bike hasta los 24 a?os -tiene 31-, tambi¨¦n le cuesta optimizar la posici¨®n. "Tiene el motor m¨¢s fuerte del pelot¨®n, pero no lo sabe aprovechar en carretera. Se nota que se cambi¨® tarde. Pierde eficacia porque se mueve mucho sobre la bici", apunta Manolo Rodr¨ªguez, su m¨¦dico en el Mapei.
La aerodin¨¢mica, asegura Sassi, es algo que se puede trabajar, pero s¨®lo en parte. Es decir, es lo que hay. "Pero, con el trabajo en la pista y una gimnasia espec¨ªfica, Evans ha mejorado mucho en la fuerza. Lo que hemos hecho es que se acostumbrara a pedalear en ese tipo de posici¨®n", matiza. Funcionar ha funcionado porque en los ¨²ltimos tres a?os las diferencias de tiempo respecto a Sastre se han triplicado.
Orden de salida: D. Menchov (16.14), C. Evans (16.17), B. Kohl (16.20),
F. Schleck (16.23) y C. Sastre (16.26).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.