Acumulaci¨®n de datos
La negativa de Estados Unidos a permitir que los ciudadanos de varios pa¨ªses miembros de la Uni¨®n Europea puedan entrar en el pa¨ªs sin haber solicitado previamente un visado, algo que se contradice con las normas de la propia UE sobre reciprocidad, va a tener un efecto secundario curioso: la probable exigencia, a partir del 1 de enero de 2009, de que todos los diplom¨¢ticos, miembros del Ej¨¦rcito y de las distintas agencias oficiales norteamericanas soliciten visado antes de entrar en alg¨²n pa¨ªs de la UE, Espa?a incluida. Si la amenaza formulada esta semana por el vicepresidente de la Comisi¨®n Europea, Jacques Barrot, terminara llev¨¢ndose a cabo, uno de sus efectos secundarios m¨¢s llamativos ser¨ªa que en el futuro resultar¨ªa mucho m¨¢s f¨¢cil identificar a todos los agentes de los diferentes servicios de informaci¨®n y seguridad norteamericanos que en la actualidad entran y salen de la UE casi sin dejar rastro documental. Por ejemplo, la identidad de todos los que viajaron en los llamados "vuelos de la CIA", con transporte ilegal de prisioneros secuestrados o detenidos en terceros pa¨ªses.
La Comisi¨®n amenaza a EE UU con una cierta reciprocidad si sigue exigiendo visado a 11 pa¨ªses de la UE
Washington exige negociar con cada pa¨ªs, caso a caso, pero la pol¨ªtica de visados es competencia de la UE
El enfado de la Comisi¨®n est¨¢ tanto o m¨¢s justificado por la cantidad de exigencias de control e informaci¨®n previa sobre los viajeros que salen de Europa hacia destinos en Estados Unidos que lleva exigiendo Washington desde hace a?os y que la UE ha aceptado pr¨¢cticamente sin rechistar, pese a las dudas que provocaba la protecci¨®n de los millones de datos solicitados y enviados.
La Comisi¨®n Europea reconoce que lleva meses negociando con Washington para que respete las normas de reciprocidad que existen en la Uni¨®n. Los ciudadanos norteamericanos pueden entrar en los pa¨ªses de la UE sin previa solicitud de visado, y se supone que los ciudadanos europeos pueden entrar en Estados Unidos con pasaporte electr¨®nico en vigor y sin obtener antes autorizaci¨®n expresa y formal. En la pr¨¢ctica, Washington exige visado a los ciudadanos de Bulgaria, Grecia, Chipre, Malta, Polonia, Rumania, Rep¨²blica Checa, Estonia, Letonia, Hungr¨ªa y Lituania. Las autoridades norteamericanas se niegan a tratar del asunto con la Uni¨®n Europea y aseguran que est¨¢n en tratos con cada uno de esos pa¨ªses para estudiar caso por caso y examinar las medidas de seguridad que ofrecen sus aeropuertos y servicios de informaci¨®n interna. De hecho, algunos de esos pa¨ªses han aceptado ya los contactos bilaterales, poniendo en una posici¨®n bastante dif¨ªcil e inc¨®moda a las autoridades comunitarias. Se supone que la pol¨ªtica de visados es un asunto com¨²n que negocia la Comisi¨®n en nombre de todos los Estados miembros, y que ¨¦stos se adaptan a las exigencias comunitarias. El Gobierno espa?ol, por ejemplo, ha aceptado exigir visado a los ciudadanos de varios pa¨ªses de Am¨¦rica Latina no s¨®lo por cuestiones internas y de inmigraci¨®n irregular, sino tambi¨¦n por exigencias de la propia Uni¨®n Europea.
La mayor¨ªa de los pa¨ªses rechazados forman parte del paquete de pa¨ªses del este de Europa que entraron a formar parte de la UE en las dos ¨²ltimas tandas de ampliaci¨®n, en 2004 y 2007. El caso m¨¢s peculiar es el de Grecia, pa¨ªs que pertenece a la UE desde 1981, pero a cuyos nacionales Estados Unidos sigue exigiendo visado.
Las estrictas medidas de seguridad que las autoridades norteamericanas han impuesto para entrar en Estados Unidos han sido objeto de reiteradas negociaciones y disgustos entre Bruselas y Washington. La bronca m¨¢s sonada fue, sin embargo, la que provoc¨® en 2006 el llamado caso Swift, el consorcio bancario que, desde Bruselas, enviaba datos confidenciales sobre millones de operaciones bancarias a la CIA y al Tesoro de Estados Unidos. El caso fue denunciado por The New York Times y la UE asegur¨® no tener conocimiento de nada de lo que estaba pasando. Finalmente, la Uni¨®n acept¨® que los datos diarios sobre 11 millones de transferencias de todo el mundo fueran espiados por el Tesoro y por la CIA a cambio, simplemente, de que las autoridades norteamericanas se comprometieran a borrar los datos a los cinco a?os y a que la Comisi¨®n Federal de Comercio de Estados Unidos vigilara que se utilizaran ¨²nicamente para investigaciones antiterroristas concretas.
Hace pocas semanas, la Comisi¨®n Europea inform¨® de que "est¨¢ muy adelantado" un acuerdo entre Estados Unidos y la UE para "intercambio" de datos confidenciales (uso de tarjetas de cr¨¦dito, viajes, empleo de Internet, etc¨¦tera). El grupo conjunto, en el que est¨¢ el vicepresidente Jacques Barrot, elabora un documento que por el momento es secreto, y del que, para variar, s¨®lo se han tenido algunos datos gracias a The New York Times. Las autoridades europeas son, como siempre, todav¨ªa m¨¢s opacas que las estadounidenses.
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