UN VECINO

Quiz¨¢ est¨¦ usted haciendo la maleta para irse de vacaciones a Marruecos. Es un pa¨ªs con destino, y no me refiero ahora al turismo. Nuestro vecino se mueve, va hacia alguna parte, y como todos los organismos en ebullici¨®n, a veces se inflama o irrita. Ustedes, hipot¨¦ticos viajeros, ir¨¢n a T¨¢nger o Marraquech, har¨¢n el sempiterno circuito imperial o tal vez se aventuren entre las maravillosas fortalezas de barro y sus oasis de alivio.

Si es usted, amiga o amigo que me lee, lector de cosas m¨¢s substanciales, es muy posible que se haya llevado alg¨²n libro grueso (o varios delgados) para esos momentos bajo la sombrilla o bajo la luna del Atlas. Vamos a suponer que saben algo de franc¨¦s (si supieran ¨¢rabe, mejor que mejor). Compren entonces en cualquier kiosko una revista semanal de creciente ¨¦xito en Marruecos. Aunque se llama TelQuel no tiene nada que ver con aquel otro tocho hom¨®nimo y pr¨®ximo al estructuralismo parisino que los j¨®venes de los a?os 60 devor¨¢bamos, no siempre digiri¨¦ndolo bien. El TelQuel marroqu¨ª (y su similar Nichane en ¨¢rabe) es la publicaci¨®n que apuesta por reflejar y agitar un pa¨ªs que tambi¨¦n est¨¢ ah¨ª, entre las ciudades imperiales y las hermosas playas del Atl¨¢ntico donde veranea el turista. TelQuel es atrevida, moderna, laica, y ha tenido, naturalmente, tropiezos con la justicia. En sus tres ¨²ltimos n¨²meros, por ejemplo, hab¨ªa reportajes de inaudita franqueza sobre el Polisario, sobre la controvertida figura del padre del rey, el difunto Hassan II, sobre la lengua que se habla y la lengua que se ense?a. En TelQuel cabe la homosexualidad, el nuevo cine marroqu¨ª urbano y la cr¨ªtica tanto de la cerraz¨®n de los islamistas como de los aparatos estatales enquistados en un pa¨ªs que, sin embargo, cuenta con siete ministras en el gobierno. Me recuerda a veces, por su formato y su estilo, el Cambio 16 de nuestra transici¨®n. ?Contribuir¨¢ igual a mejorar su pa¨ªs? Inch Allah.