Alicante contra sus barrios

A primera hora de la ma?ana de un d¨ªa cualquiera, el barrio de San Gabriel, sur de Alicante, semeja una isla: ni se entra, ni se sale. A menos que dispongas de una hora. "Una ambulancia se engancha y no pasa", comenta Araceli, due?a de una mercer¨ªa. Y es que, a pesar de que en verano las colas que se forman en los accesos al barrio se aten¨²an, el cerco que se ha ido creando alrededor del barrio se ha traducido en caravanas interminables que irritan al m¨¢s paciente. "Te lo piensas dos veces cada vez que quieres ir a alg¨²n lado", apunta otra vecina de unos 50 a?os, que se dirige a la panader¨ªa.

La salida del barrio est¨¢ cortada por la autov¨ªa que la atraviesa; el puerto est¨¢ a la entrada, y el Barranco de las Ovejas y una v¨ªa de gran intensidad de tr¨¢fico y malas condiciones cubren los laterales. El transporte p¨²blico est¨¢ bajo sospecha. "Los autobuses tardan demasiado tiempo, disponemos s¨®lo de una l¨ªnea y da demasiada vuelta", resume Araceli. Afirmaci¨®n que se confirma tan s¨®lo al acercarse a una parada. El 01, despu¨¦s de m¨¢s de treinta minutos de espera, no aparece. Y los usuarios sudando la gota gorda bajo la t¨®rrida can¨ªcula estival.

Las quejas sobre el transporte p¨²blico, comunes a muchos barrios, no son la ¨²nica preocupaci¨®n ciudadana. Alicante es una ciudad que crece, aunque no en servicios. Tiene una poblaci¨®n de m¨¢s de 320.000 habitantes, que no recibe el mismo trato y la actividad, o inactividad, del Ayuntamiento de Alicante ha dejado una huella profunda en la radiograf¨ªa socio-econ¨®mica de la urbe. Desequilibrios que afectan directamente a una cuarta parte de esa poblaci¨®n, y que, aunque predominan en toda la estructura urbana de la ciudad, son m¨¢s visibles en los barrios obreros tradicionales, relegados a un segundo plano en beneficio de las urbanizaciones emergentes en la playa, zonas de primera clase por sus privilegiados servicios.El listado de las carencias de los barrios tradicionales de Alicante es interminable, aunque la educaci¨®n, el mantenimiento y la seguridad copan los primeros puestos de la lista de quejas del vecindario. En San Gabriel no hay colegios suficientes. "Necesitamos aulas", destaca Josefina Roca, due?a de la panader¨ªa La Solera. El curso pasado abri¨® el segundo centro escolar en la zona, pero el primero, el CP El Palmeral, tiene 25 a?os de antig¨¹edad y lleva ocho esperando una ampliaci¨®n. El director de este centro, con 438 alumnos, Fernando Javier Fern¨¢ndez, explica que el proyecto de ampliaci¨®n est¨¢ ya aprobado, pero las obras no han comenzado.

El malestar y el des¨¢nimo entre los vecinos se intuye en San Gabriel. "?Hueles eso?", comenta un hombre de 80 a?os que se dirige a su casa. Los olores del carb¨®n, del puerto o de la depuradora convergen en el aire. "Es lo de siempre. Ahora estamos investigando otro tema: hay algo blanco en el ambiente", comenta la due?a de la mercer¨ªa. La Asociaci¨®n de Vecinos ha realizado innumerables manifestaciones para reivindicar sus derechos, aunque el Ayuntamiento no da soluciones.

Pero las carencias no son exclusivas de San Gabriel, al sur de la capital. Cuando uno accede al barrio de Rabassa, en el noroeste de Alicante, no sabe exactamente si ¨¦ste forma parte de la ciudad, si no fuera por el cartel de la entrada. La carta de presentaci¨®n de Rabassa es un camino sin asfaltar. Y ah¨ª es donde comienzan sus problemas.

Dos vecinos, de 40 y 80 a?os, charlan sentados en sillas bajo la sombra de un ¨¢rbol. "El barrio es muy tranquilo, pero no tenemos de nada", apunta el m¨¢s joven. La carencia de comercios obliga a los vecinos a trasladarse al barrio de Los ?ngeles para comprar incluso productos de primera necesidad. S¨®lo hay una farmacia y una min¨²scula tienda, que recientemente sufri¨® un atraco con un hacha. No hubo denuncia. "Ya no hay peligro, las cuatro personas conflictivas ya est¨¢n en la c¨¢rcel", argumenta el due?o. "Tenemos que desplazarnos, y nuestro servicio de transporte p¨²blico no acompa?a", a?ade el vecino de mayor edad. El ¨²nico autob¨²s que pasa por la zona es el 04, pero hay d¨ªas en los que se la salta en su recorrido.

El presidente de la Asociaci¨®n de Vecinos, Antonio Balibrea, a?ade a la lista de problemas el olor de la planta hormigonera. Los parques no abundan, las calles est¨¢n repletas de parcelas vac¨ªas y hay m¨²ltiples desperfectos comunicados al Ayuntamiento y que nadie ha venido a arreglar. "Esa farola lleva medio tumbada ya dos semanas, si le cae a un ni?o, puede incluso llegar a matarle", comenta un comerciante. A pesar de todo, Balibrea tiene alguna buena noticia. Recientemente se ha adjudicado el Plan Especial de Reforma Interior (PERI) del barrio, que resolver¨¢ el "problema de vivienda" y algunos servicios como "un Mercadona o un mercado principal", detalla.

Pero no se puede hablar del Alicante con carencias sin referirse a la zona norte. Cuatro de los seis barrios que la forman, Virgen de Remedio, Virgen del Carmen, Juan XXIII (primer y segundo sector), y Cuatrocientas Viviendas, son los m¨¢s problem¨¢ticos de la ciudad. Las mayores desatenciones del Ayuntamiento convergen en los que fueron en su d¨ªa el motor Alicante.

Tal es la situaci¨®n que el Ayuntamiento ultima un plan integral para estos barrios, durante a?os, abandonados a su suerte. "Cuidado con los bolsos". Al entrar en el barrio de Virgen del Remedio, los comerciantes enseguida advierten del peligro de robos. El barrio es, en cierta forma, pintoresco. Cientos de familias toman las calles con sus sillas, mientras los m¨¢s peque?os se divierten en una competici¨®n de palomas. "Aqu¨ª no se puede hablar porque hay mucha represalia", tercia otro vecino.

El alumbrado es insuficiente y all¨¢ donde se mire hay numerosos desperfectos. El estado de sus centros educativos tampoco es envidiable. Son pocos y necesitan remodelaci¨®n. A pesar de ello, en la zona norte hay dos de las 12 bibliotecas de la ciudad, y aunque est¨¢n en buenas condiciones, las pol¨ªticas de concienciaci¨®n del Ayuntamiento son inexistentes, y nadie las utiliza.

En Juan XXIII la postal es casi id¨¦ntica. En el primer sector hay menos inseguridad que en el segundo. "Tenemos mala fama, pero no es as¨ª. Aqu¨ª se est¨¢ tranquilo", detalla Paula, la due?a de un comercio de prensa del primer sector de Juan XXIII. Los robos en la zona han disminuido, pero de lo que continuamente se quejan los vecinos es del trato del Ayuntamiento. "Alperi pasa bastante", apunta, resignada, la encargada de una tienda, "los servicios p¨²blicos que se nos dan son limitados", apostilla. En la mayor¨ªa de estas barriadas, el PSOE supera en votos al PP. En el segundo sector de esta misma zona el ambiente est¨¢ m¨¢s caldeado. Los altercados se producen constantemente, y la droga y los robos est¨¢n a la orden del d¨ªa.

En conjunto, los extranjeros son mayoritariamente poblaci¨®n de relevo en los barrios de la antigua emigraci¨®n obrera y del centro (Virgen del Carmen, Virgen del Remedio, Juan XIII, Centro y Ensanch). Estos conviven junto a una mayor¨ªa de familias de etnia gitana, aunque otra buena parte de la poblaci¨®n aut¨®ctona ha emigrado hacia las playas, principalmente Albufereta, Cabo de las Huertas, Condomina y Playa de San Juan.