Ra¨²l Castro aparca las reformas en Cuba
"Hay que acostumbrarse no s¨®lo a recibir buenas noticias", advierte el presidente
Ra¨²l Castro aparc¨® el discurso del cambio. Y se centr¨® en la dura realidad. No anunci¨® nuevas medidas econ¨®micas, tampoco l¨ªneas estrat¨¦gicas de mediano plazo para profundizar las transformaciones "estructurales y de concepto" que prometi¨® hace un a?o, en otro acto por el 26 de julio que despert¨® numerosas expectativas dentro y fuera de la isla.
La conmemoraci¨®n del 55? aniversario del asalto al Cuartel Moncada, realizada el s¨¢bado en Santiago de Cuba, dej¨® fr¨ªos esta vez a los que esperaban un empuj¨®n a la apertura y las reformas.
El mandatario pide a los cubanos que ahorren para superar los problemas
La decepci¨®n se adue?a de quienes esperaban un nuevo impulso aperturista
En celebraci¨®n tan simb¨®lica, el nuevo presidente cubano habl¨® ante una imagen de Fidel Castro que ocupaba toda una pared y uno de sus mensajes principales fue que se avecinan tiempos duros debido a la crisis mundial. "Hay que acostumbrarse no s¨®lo a recibir buenas noticias", dijo.
Desde 1959, el 26 de julio es la fecha m¨¢s importante del calendario revolucionario cubano. Habitualmente, ese d¨ªa Fidel Castro trazaba directrices pol¨ªticas de futuro, y por eso se consideraba el discurso m¨¢s relevante del a?o. Precisamente fue en un aniversario del asalto al Moncada, hace dos a?os, cuando el l¨ªder comunista cay¨® gravemente enfermo al terminar su alocuci¨®n; el 26 de julio siguiente, el entonces presidente provisional de Cuba pronunci¨® un discurso autocr¨ªtico y realista en el que consider¨® necesario cambiar conceptos y medidas "superadas por la vida" y anunci¨® reformas estructurales en la econom¨ªa, siempre partiendo de bases socialistas.
Si aquel discurso de Ra¨²l abri¨® perspectivas de cambio y dej¨® esperanzas, ¨¦ste puso el acento sobre la dif¨ªcil situaci¨®n que se avecina, vaticinando un panorama sombr¨ªo. "La Revoluci¨®n ha hecho y continuar¨¢ haciendo cuanto est¨¦ a su alcance para seguir avanzando y reducir al m¨ªnimo las inevitables consecuencias de la actual crisis internacional para la poblaci¨®n", dijo. Y a?adi¨® que para amortiguar el golpe es fundamental apretarse el cintur¨®n y ahorrar: "Por muy grandes que sean nuestros deseos de resolver cada problema, no podemos gastar m¨¢s de lo que tenemos".
La escenograf¨ªa del acto y el contenido del discurso, cargado de referencias a otro que pronunci¨® Fidel Castro en los a?os setenta, convirtieron de principio a fin este 26 de julio en un homenaje al fundador de la revoluci¨®n, presente en una foto gigante colgada de la fachada del cuartel asaltado en 1953, hoy escuela. Quiz¨¢s por ello, "fue el discurso m¨¢s fidelista de la era Ra¨²l", en palabras de un veterano analista.
Desde que el 24 de febrero asumi¨® formalmente la presidencia, Ra¨²l elimin¨® prohibiciones que imped¨ªan a los cubanos hospedarse en hoteles, contratar celulares o alquilar autom¨®viles. Tambi¨¦n liber¨® la venta de computadores y autoriz¨® permisos a algunos tipos de taxis y transportistas privados, al tiempo que elimin¨® los topes salariales e inici¨® una reforma agraria descentralizadora que contempla el reparto de tierras en usufructo y la concesi¨®n de cr¨¦ditos a los campesinos para reactivar la producci¨®n.
Los m¨¢s optimistas ten¨ªan la esperanza de que Ra¨²l anunciara en su discurso nuevas medidas en esta l¨ªnea, aunque fueran t¨ªmidas. Pendientes est¨¢n, por ejemplo, la flexibilizaci¨®n de los tr¨¢mites migratorios y la eliminaci¨®n del permiso de salida para los cubanos, as¨ª como la liberalizaci¨®n de la compraventa de casas y coches, que seg¨²n fuentes cercanas al Gobierno estaban pr¨¢cticamente decididas hace un par de meses. Pero de nada de eso habl¨® el presidente cubano.
Ra¨²l, que en tres ocasiones desde 2006 ofreci¨® a Washington una "rama de olivo" para sentarse a negociar, dijo esta vez que Cuba seguir¨¢ aceitando el engranaje militar y que no descuidar¨¢ la defensa, sea cual sea el candidato que gane en noviembre las presidenciales de Estados Unidos.
En su discurso habl¨® con crudeza de la crisis dom¨¦stica y de los esfuerzos que hace su Gobierno para arreglar los grav¨ªsimos problemas acumulados. Nada hay m¨¢s elocuente que lo que dijo sobre el suministro de agua a los hogares de Santiago de Cuba, segunda ciudad del pa¨ªs. "Este viejo y grave problema debe quedar resuelto definitivamente en el 2010, cuando toda la ciudad tendr¨¢ solucionado el abasto diario de agua".
Pese al jarro de agua fr¨ªa que cay¨® sobre las expectativas de apertura, no puede decirse que Ra¨²l Castro abandon¨® el esp¨ªritu de su reforma, que no es la que quiere Europa o EE UU. Siempre estuvo claro que ser¨ªa lenta y no exenta de vaivenes. Tampoco hizo dejaci¨®n de su estilo pragm¨¢tico. Por ejemplo, critic¨® la falsa "unanimidad" en los debates y se?al¨® que, en las actuales circunstancias de Cuba, no se puede perder tiempo. "Desperdiciarlo por inercia o vacilaci¨®n es una negligencia imperdonable. Hay que aprovechar cada minuto...", afirm¨®. Ambas ideas, que en otro momento hubieran alentado nuevas expectativas, el s¨¢bado se perdieron en el contexto de una celebraci¨®n a la vieja usanza, que comenz¨® con versos de pioneros.
26 de julio, el d¨ªa de los 'cambios'
El 26 de julio de 2006 Fidel Castro sufri¨® una grave hemorragia intestinal por la que fue operado de urgencia. Cinco d¨ªas despu¨¦s, cedi¨® "provisionalmente" todos sus cargos. Desde entonces nunca m¨¢s ha vuelto a aparecer en p¨²blico. El pasado 24 de febrero, despu¨¦s de que renunciara formalmente a la presidencia, Ra¨²l Castro fue elegido en el cargo.
Siendo todav¨ªa presidente en funciones, el 26 de julio de 2007 Ra¨²l pronunci¨® un discurso en el que anunci¨® "cambios estructurales y de concepto" para reactivar la econom¨ªa, levantando expectativas en la poblaci¨®n. Durante meses, sus palabras se sometieron a an¨¢lisis en asambleas de trabajadores, que criticaron muchas de las prohibiciones existentes en la isla y demandaron cambios econ¨®micos cuanto antes. En marzo de 2008 se eliminaron las primeras prohibiciones, pero el ritmo de los cambios se enfri¨® dos meses despu¨¦s.
Ahora Ra¨²l Castro no ha mencionado el proceso de reformas ni ha anunciado nuevas medidas, desanimando a los que apostaban por una mayor apertura. Un diplom¨¢tico restaba ayer importancia a la se?al, con el argumento de que, con vaivenes o incluso con marchas atr¨¢s, los cambios van. Otros ve¨ªan con pavor un escenario de inmovilismo y un empresario extranjero opin¨® que tan importante como hacer reformas es saberlas vender.
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