Hasta la pr¨®xima, ?frica

El escenario flotante de Lanuza invoc¨® la noche del s¨¢bado al esp¨ªritu de James Brown. Lo hizo de forma festiva, como ten¨ªa que ser, para cerca de 4.000 personas que llenaban el recinto. Al frente de los celebrantes, Pee Wee Ellis, saxofonista que estuvo al servicio del padrino del soul y el funk.

El proyecto Still black, still proud (Todav¨ªa negro, todav¨ªa orgulloso) surgi¨® de la mano de Ellis y Fred Wesley -ni rastro de ¨¦ste aunque su nombre figuraba bien grande en los carteles- con el fin de rendir tributo a su antiguo jefe, y de paso sacarse unos dineros a cuenta del legendario artista. El porqu¨¦ de la ausencia de Wesley se pod¨ªa descubrir en MySpace: el viernes tocaba en otro homenaje a James Brown en Jap¨®n.

Still black, still proud se presenta descafeinado en Espa?a (Sant Feliu de Guixols el 29, Madrid el 30 y Soria el 31). Para el estreno mundial en Brighton juntaron a Cheikh L?, Tony Allen, Simphiwe Dana y Vieux Farka Toure. ?Qu¨¦ ha pasado para que este supergrupo haya encogido de forma tan dr¨¢stica? Cierto que Pee Wee Ellis se gan¨® el jornal con creces soplando en ¨¦xitos como I got you (I feel good) que el cantante Fred Ross le puso ganas a Cold sweat y que Cheik L? no escatim¨® esfuerzos con su magn¨ªfico Bamba gueej o en la balada It's a man's man's man's world.

Ang¨¦lique Kidjo cant¨® Papa's got a brand new bag y le demostr¨® a la cantante blanca Lizzie Deane que una negra suele jugar en esto con ventaja. Ella abri¨® la noche con el reci¨¦n fichado Habib Faye, viejo c¨®mplice de Youssou N'Dour, como director de su banda. Quien ande en busca de t¨®picos y exotismo que se olvide. Aunque Kidjo naci¨® en Benin es vecina de Brooklyn y la m¨²sica de taparrabos le queda tan lejos como a cualquier europeo.

James Brown fue un h¨¦roe para muchos africanos. En 1968 aterriz¨® por primera vez en ?frica. Ya sus exuberantes grabaciones le hab¨ªan precedido. Hoy cabe la posibilidad de que Obama sea presidente de Estados Unidos, pero cuando Brown cantaba Say it loud los afroamericanos estaban luchando por derechos tan b¨¢sicos como poder usar los servicios p¨²blicos o sentarse libremente en un autob¨²s. Y, en el sur, ten¨ªan que andarse con mucho cuidado de no acabar colgando de un ¨¢rbol.

La 17? edici¨®n de Pirineos Sur se ha volcado en ?frica. Con decenas de m¨²sicos y cantantes de lo que se est¨¢ cociendo en los fogones de sus grandes capitales. Los estimulantes sonidos de Dakar, Bamako, Lagos o Johanesburgo para estrellas como el costamarfile?o Alpha Blondy, el congole?o Ray Lema, los malienses Amadou y Mariam, los senegaleses de la Orquesta Baobab, y artistas emergentes como Noura, Bigg o Ismael Isaac. Nada de arqueolog¨ªa sonora. Y la confirmaci¨®n, una vez m¨¢s, de que hay que hablar de m¨²sicas africanas, en plural.

Una clave de Pirineos Sur la dio su director Luis Calvo: traer m¨²sicas que a otros no les interesan. Festivales como ¨¦ste sirven tambi¨¦n para los encuentros: hac¨ªa siete a?os que Cheikh L? no ve¨ªa a Ang¨¦lique Kidjo. La ¨²ltima vez fue en el aeropuerto de Par¨ªs, pero ya cantaba Brel "qu¨¦ tristeza Orly los domingos". En julio de 2009 habr¨¢ m¨¢s artistas africanos en Pirineos Sur. El Festival Internacional de las Culturas cumplir¨¢ 18 a?os. La mayor¨ªa de edad oficial -la otra se la gan¨® hace tiempo-. Calvo espera que ya nadie le pregunte si est¨¢ consolidado.