Estupenda reconstrucci¨®n

Hasta el domingo, el Teatre Romea es la sede de una agrupaci¨®n coral que toma su nombre de un verso del poema L'emigrant de Verdaguer, la Pinsans i Caderneres, una sociedad coral que celebra estos d¨ªas el centenario de su fundaci¨®n. El escenario, forrado de madera, acoge los actos de celebraci¨®n de tan significativa efem¨¦ride entre un piano de cola y puertas laterales que favorecen el toque vodevilesco de la propuesta. En ¨¦l, el poeta nacional y Creu de Sant Jordi ("un premio que da la Generalitat con una esquela en La Vanguardia") Narc¨ªs Cordelira (gran interpretaci¨®n de Oriol Gen¨ªs) ofrece una conferencia que recoge la "breve pero ver¨ªdica historia de la canci¨®n catalana renacida: de Clav¨¦ a Montsalvatge". Antes de su intervenci¨®n, el apocado secretario de la asociaci¨®n que hace las veces de presentador, Fabi¨¤ Serra (un Xavier Pujolr¨¤s que se sale), da la bienvenida al p¨²blico y, aprovechando el homenaje, se dedica a citar los nombres de todos aquellos que, durante estos cien a?os, han formado parte de la supuesta coral. Para cuando lleva unos cuantos y sigue en la letra A, empiezan las interrupciones: la primera de ellas, la de un florista de Flors Marta F. (el propio Albert¨ª disfrazado) con un centro enorme que no sabe ad¨®nde va: las carcajadas est¨¢n servidas.

Una treintena de temas componen el repertorio musical de este estupendo espect¨¢culo de Albert¨ª cuyo sello personal, sutil e ir¨®nico, va col¨¢ndose a lo largo de las casi dos horas de duraci¨®n. El texto de Narc¨ªs Comadira-Cordelira, que se adjunta con el programa de mano, no tiene desperdicio y es una cuidadosa reconstrucci¨®n de "la peripecia cultural catalana que abraza los siglos XIX y XX". La reconstrucci¨®n pasa por una exhaustiva labor de documentaci¨®n, y la puesta en escena, por una admirable y poco habitual concepci¨®n del conjunto, pues las voces de los miembros del coro del Conservatorio de M¨²sica Isaac Alb¨¦niz de la Diputaci¨®n de Girona (el espect¨¢culo, producci¨®n de El Canal, se estren¨® all¨ª) nos sorprenden desde la misma platea en la que se hallan repartidos. Junto a esas voces envolventes, las de los int¨¦rpretes que en escena encarnan a los personajes de la coral. Y junto a los dos habituales de los espect¨¢culos de Albert¨ª (Gen¨ªs y Pujolr¨¤s), media docena de voces extraordinarias que adem¨¢s saben moverse y expresarse con gracia. Un guiso con fundamento, como dir¨ªa el cocinero. Un divertimento que ilustra. Un magn¨ªfico trabajo de equipo.