Rouco ante Zapatero

La Iglesia espa?ola "promueve el respeto a la leg¨ªtima autoridad del Estado", seg¨²n una nota hecha p¨²blica ayer por la Conferencia Episcopal tras la entrevista entre su presidente, Antonio Mar¨ªa Rouco, y el del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. La nota invoca la relaci¨®n de "mutuo reconocimiento", as¨ª como la de independencia y colaboraci¨®n entre la Iglesia y el Estado, aunque reivindica su derecho a defender "la fe y la moral cat¨®lica con libertad evang¨¦lica".

Durante la pasada legislatura, el sector m¨¢s radical del episcopado, identificado con Rouco, tuvo un enorme protagonismo pol¨ªtico de oposici¨®n al Gobierno, en clara resonancia con el PP. Lejos de ese reconocimiento mutuo invocado ayer, la jerarqu¨ªa impuls¨® iniciativas y realiz¨® pronunciamientos orientados a deslegitimar al Ejecutivo socialista, frecuentemente en t¨¦rminos de un inusitado dramatismo. Los prelados de esa cuerda acusaron al Gobierno de haber dado marcha atr¨¢s respecto a la Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos y de no respetar la Constituci¨®n; aventuraron dudas sobre si la situaci¨®n de Espa?a podr¨ªa seguir consider¨¢ndose "de normalidad democr¨¢tica". El portavoz de la Conferencia lleg¨® a decir que la legalizaci¨®n del matrimonio entre personas del mismo sexo fue el momento "m¨¢s excepcional de la Iglesia en dos mil a?os de historia".

El protagonismo pol¨ªtico episcopal culmin¨® con una concentraci¨®n masiva a 10 semanas de las elecciones y con la publicaci¨®n de una llamada p¨²blica a no votar a los socialistas.

Entre las cosas ocurridas desde entonces destaca el giro hacia la moderaci¨®n de Rajoy como estrategia de oposici¨®n, y la consolidaci¨®n de esa l¨ªnea en el Congreso del PP. El propio Rajoy pidi¨® personalmente a Rouco neutralidad ante ese congreso. Es posible, aunque no seguro, que tambi¨¦n entre los obispos se haya abierto paso la idea de que su radicalismo era un factor de divisi¨®n interna (Rouco venci¨® por s¨®lo dos votos al m¨¢s moderado Bl¨¢zquez). Y si el enfrentamiento perjudicaba al Gobierno, tambi¨¦n a la Iglesia, muchos de cuyos fieles votan al partido socialista.

La duda que se plantea es si, una vez producido el cambio en la estrategia del principal partido de la derecha, Rouco est¨¢ dispuesto a seguir la v¨ªa de la radicalidad. Seg¨²n inform¨® ayer la vicepresidenta, Zapatero pidi¨® al cardenal el mismo respeto y lealtad que el Gobierno ofrece a la Iglesia, cada cual en su ¨¢mbito.

En ese marco se inscriben el elogio de Fern¨¢ndez de la Vega a la labor social de numerosas organizaciones eclesiales y el compromiso de prestar el apoyo necesario para que la visita del Papa en 2011 sea un ¨¦xito; pero tambi¨¦n la negativa a modificar los contenidos de la asignatura de Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa, convertida (absurdamente) en terreno preferente de confrontaci¨®n con el Gobierno. A ninguna de las dos partes interesa prolongar la guerra iniciada por quienes practican la religi¨®n como pol¨ªtica y la pol¨ªtica como religi¨®n.