El estr¨¦s cotiza al alza en la Bolsa
La crisis crediticia dispara las depresiones y el consumo de f¨¢rmacos entre los 'brokers' - Los profesionales acusan la ca¨ªda de la paga variable, la sombra del despido y la presi¨®n de sus clientes
Ritalin, Adderall, Vicodin y Oxycontin. Son f¨¢rmacos que sirven para mejorar la concentraci¨®n y manejar cierto tipo de emociones. Su consumo se ha disparado en Wall Street, la meca del dinero situada en Nueva York, seg¨²n una investigaci¨®n de la revista especializada Investment Dealer's Digest. En la City de Londres, el mayor distrito financiero de Europa, el n¨²mero de trabajadores que buscaron ayuda por depresi¨®n y estr¨¦s aument¨® un 47% en los ¨²ltimos tres meses, de acuerdo con los datos de la British United Provident, la principal aseguradora privada de salud del Reino Unido. Un 58% de los trabajadores del sector afirman que en el ¨²ltimo a?o han visto a alg¨²n compa?ero llorar.
Los intermediarios se quedan sin respuestas para sus clientes
En Wall Street se consumen ahora m¨¢s f¨¢rmacos para la concentraci¨®n
Hay un 47% m¨¢s de agentes de la City con problemas de ansiedad
"?El a?o m¨¢s dif¨ªcil de mi carrera? S¨ª", admite un gestor de 'hedge funds'
Tras una larga fase de bonanza, muchos afrontan su primera crisis
En Londres se prev¨¦ un aumento del n¨²mero de divorcios
Trabajar en el sector financiero durante una crisis econ¨®mica es tener un problema al cuadrado. Por un lado, tu bolsillo se resiente como el del resto de los mortales (incluso m¨¢s, porque buena parte del sueldo depende del bonus o paga variable por objetivos); por otro, tienes que tratar todos los d¨ªas con clientes malhumorados que ven c¨®mo el n¨²mero de ceros de su cuenta corriente desciende de forma inmisericorde desde hace 12 meses.
Todo es presi¨®n, nervios y muchas m¨¢s horas de trabajo. Los despidos corren como la p¨®lvora y eso pesa en el ¨¢nimo de los trabajadores. En Espa?a a¨²n no se ha llegado a la situaci¨®n extrema de Londres y Nueva York, bien porque la crisis de cr¨¦dito no ha afectado a nuestro mercado de forma directa o bien porque la industria local est¨¢ m¨¢s enfocada al asesoramiento que a la venta de productos. Eso s¨ª, los profesionales espa?oles del sector coinciden: est¨¢n viviendo el peor a?o de su carrera.
Mariano Sancho trabaja como broker en la sociedad de valores Riva y Garc¨ªa. Es el intermediario entre el cliente y el mercado -"su voz y sus ojos", comenta-. Lleva 14 a?os en la profesi¨®n y no recuerda un periodo similar al actual. El Ibex 35, el principal indicador burs¨¢til espa?ol, ha vivido su peor primer semestre en 135 a?os de historia. "Los ¨²ltimos meses se han vivido con mucho m¨¢s estr¨¦s", relata Sancho. El volumen de negociaci¨®n de la Bolsa ha ca¨ªdo un 18,7% en los primeros siete meses del a?o, pero eso no significa que la actividad de los intermediarios burs¨¢tiles haya deca¨ªdo. "Al contrario, el n¨²mero de llamadas se ha multiplicado. Los clientes est¨¢n muy preocupados. Nos piden explicaciones acerca de lo que est¨¢ ocurriendo pero muchas veces no tenemos respuestas. Eso genera mayor ansiedad en el broker", describe el experto de Riva y Garc¨ªa.
Uno de los peores d¨ªas que recuerda Sancho en su puesto de trabajo fue el pasado 21 de enero. El Ibex perdi¨® en la sesi¨®n 1.029 enteros; en total se dej¨® un 7,54% de su valor en una de las jornadas m¨¢s negras que se recuerdan en el parqu¨¦. "Los tel¨¦fonos echaban humo. Los clientes estaban at¨®nitos y nosotros no sab¨ªamos qu¨¦ pasaba. D¨ªas m¨¢s tarde conocimos que el descalabro se hab¨ªa debido a la venta de futuros por parte de Jerome Kerviel [el broker de Soci¨¦t¨¦ Gen¨¦rale que le hizo un agujero al banco franc¨¦s de m¨¢s de 4.900 millones de euros por actividades fraudulentas]".
La misma sensaci¨®n de frustraci¨®n aseguran tenerla los analistas financieros. Jornadas de trabajo pr¨®ximas a las 10 horas delante de varias pantallas que escupen datos complejos cada minuto. Sus recomendaciones acerca de d¨®nde invertir tienen un gran impacto, pues ser¨¢n las que luego sus colegas del departamento comercial trasladen al cliente. Si los consejos fallan, las ventas disminuyen. Son las reglas del capitalismo.
"Los analistas actuamos sobre valores fundamentales para intentar predecir el comportamiento futuro de los activos financieros. En los momentos de crisis la valoraci¨®n fundamental deja de tener importancia porque la Bolsa se mueve s¨®lo por sentimientos", comenta Rafael Sarandeses, secretario general del Instituto Espa?ol de Analistas Financieros. Cuando los mercados son alcistas el cliente resta importancia a los consejos de los analistas; paga sus servicios para que acierten. "En cambio, cuando las cosas se tuercen suelen echar todas las culpas de las p¨¦rdidas a su asesor", se queja Sarandeses.
Un factor de presi¨®n adicional para los analistas, principalmente para aquellos que trabajan en un banco con diferentes ¨¢reas de negocio, es el de los conflictos de intereses. La teor¨ªa dice que deben funcionar las conocidas como murallas chinas para que el departamento de an¨¢lisis conserve su independencia frente al departamento de banca de inversi¨®n, que asesora en fusiones y adquisiciones a las grandes empresas. "En momentos de crisis podr¨ªa darse alg¨²n caso en el que ese funcionamiento no fuera del todo correcto. Siempre hay que estar vigilantes", reconoce Sarandeses.
Uno de los sectores m¨¢s da?ados por la crisis es el de la industria de inversi¨®n colectiva. El batacazo de la Bolsa, junto con la fuerte competencia de los bancos con su oferta de dep¨®sitos, ha hecho que el n¨²mero de part¨ªcipes en fondos de inversi¨®n haya ca¨ªdo en Espa?a en 1,15 millones de personas desde enero y que los reembolsos netos (salida de dinero) sean en este periodo de 35.328 millones de euros.
"Los clientes est¨¢n desorientados y a la defensiva", resume Juan Cruz Alonso, socio fundador y responsable del ¨¢rea de gesti¨®n de Cygnus Asset Management, compa?¨ªa especializada en hedge funds o fondos de alto riesgo. "Ser¨ªa mentira negar que el estr¨¦s que vivimos afecta al car¨¢cter y a las relaciones personales, pero tambi¨¦n es verdad que todo nuestro entorno est¨¢ acostumbrado a periodos de este tipo de vez en cuando". ?El peor a?o de su carrera? "Yo dir¨ªa que s¨ª. ?Aunque mi mujer me dijo el otro d¨ªa que en 15 a?os nunca recordaba haberme o¨ªdo admitir que el mercado estuviera f¨¢cil!", bromea.
Si algo pone de los nervios a los profesionales de los mercados es la volatilidad. Este indicador, que mide la desviaci¨®n t¨ªpica del precio de un activo sobre su tendencia general, se ha disparado en los ¨²ltimos meses. A las grandes subidas se suceden a las bajadas a¨²n m¨¢s bruscas. Cada vez es m¨¢s habitual vivir oscilaciones superiores al 2% entre los m¨ªnimos y los m¨¢ximos intradiarios en la Bolsa. "La volatilidad incrementa el estr¨¦s porque obliga a reaccionar m¨¢s r¨¢pido", seg¨²n el experto de Cygnus. Esta gestora de hedge funds ha impuesto una pol¨ªtica de recursos humanos seg¨²n la cual los miembros del equipo se pueden tomar un descanso cuando lo necesiten, independientemente del periodo de vacaciones. "Es vital, especialmente en mercados como ¨¦ste, tener la mente l¨²cida, r¨¢pida y fresca. A mayor incertidumbre, m¨¢s desgaste. Es bueno tomarse uno o dos d¨ªas de descanso para reponer fuerzas", indica Juan Cruz.
Los profesionales de la inversi¨®n se?alan que la experiencia es un grado a la hora de enfrentarse a un mercado bajista. No hay dos crisis iguales, pero aquellos que ya han pasado por ¨¦pocas de turbulencias siempre pueden echar un vistazo al retrovisor y recordar qu¨¦ hicieron en fases como la actual. En Espa?a, el largo periodo de bonanza de la econom¨ªa (no hab¨ªa una crisis de dimensiones parecidas desde el a?o 1993) provoca que muchos de los trabajadores del sector financiero afronten ahora su primera gran crisis.
Un ejemplo de virginidad ante las turbulencias econ¨®micas se produce en el negocio del capital riesgo, que despeg¨® en Espa?a con la llegada del nuevo siglo. Gracias a los bajos tipos de inter¨¦s, las empresas de private equity multiplicaron por cuatro tanto el dinero captado como el capital invertido entre 2001 y 2007. Durante el primer semestre de 2008, sin embargo, el dinero invertido cay¨® un 41% debido a las restricciones para acceder a los mercados de cr¨¦dito.
"La mayor parte de la industria es reciente, muchos profesionales no han pasado por una ¨¦poca dif¨ªcil. Ahora van a tener que remar con el viento de cara y veremos c¨®mo reaccionan", se?ala Carlos Lavilla, socio de la firma de capital riesgo Corpfin Capital. Como receta para mantenerse a flote, Lavilla aconseja conservar "la cabeza fr¨ªa, no dejarse llevar por el coraz¨®n". Eso s¨ª, reconoce que en este negocio el bonus por objetivos "mete m¨¢s presi¨®n". "Aqu¨ª no hay t¨¦rminos medios, hay que lograr resultados todos los a?os. La gente se sentir¨¢ m¨¢s temerosa ya que parece inevitable que haya un cierto ajuste", augura. En su andadura en el capital riesgo a¨²n no ha tenido que acometer ning¨²n recorte de plantilla, pero s¨ª tuvo que afrontar despidos en anteriores puestos profesionales. "Se pasa bastante mal", admite Lavilla.
En el mes de agosto se cumple un a?o desde el estallido de la crisis de las hipotecas basura estadounidenses. Como si de un reguero de fichas de domin¨® se tratase, el agujero provocado por los pr¨¦stamos subprime par¨® el mercado inmobiliario, sec¨® el mercado de cr¨¦dito en todo el mundo, para terminar afectando m¨¢s tarde a las Bolsas y a la econom¨ªa.
El sector financiero ha sido el m¨¢s afectado. Ha pagado sus excesos con p¨¦rdidas millonarias (los n¨²meros rojos se aproximan ya a los 300.000 millones de euros) y el despido de 100.000 profesionales en todo el mundo. Los trabajadores estadounidenses han sido los m¨¢s castigados (76.000 despidos), seguidos por los europeos (23.200), seg¨²n datos de la agencia Bloomberg. Las entidades que m¨¢s han recortado sus plantillas han sido, por este orden, Citigroup, Bank of America, Bear Stearns, Wachovia, Royal Bank of Scotland, UBS y Lehman Brothers.
La ca¨ªda de los salarios y el aumento del desempleo, adem¨¢s de generar mayor estr¨¦s, est¨¢n afectando a la vida privada de muchas personas. Los trabajadores del distrito financiero de Londres, por ejemplo, esperan que la crisis crediticia produzca un aumento de los casos de divorcio, ya que las parejas buscar¨¢n llegar a un acuerdo antes de que el efecto total de la desaceleraci¨®n afecte a la cuenta corriente del c¨®nyuge, seg¨²n un estudio realizado por el despacho de abogados Mishcon de Reya.
"La crisis del cr¨¦dito muestra el lado m¨¢s siniestro de la naturaleza humana", explica a la agencia Bloomberg Sandra Davis, abogada de este bufete que llev¨® entre otros divorcios los del pr¨ªncipe de Gales y Lady Di, el cantante Mick Jagger y la modelo Jerry Hall, y el del futbolista Thierry Henry y su esposa. "Cuando hay problemas en una relaci¨®n, el dinero tapa las grietas, pero cuando ¨¦ste desaparece, las grietas quedan expuestas", se?ala Davis. Quiz¨¢s el pr¨®ximo colectivo en sentir las garras del estr¨¦s laboral sea el de los abogados matrimonialistas.
Las cifras de una crisis
- La Bolsa espa?ola ha vivido el peor semestre en 135 a?os de historia. En lo que va de a?o ha perdido ya un 23% de su valor.
- Los fondos de inversi¨®n han visto marcharse a m¨¢s de un mill¨®n de clientes desde enero. La retirada de dinero (suscripciones netas) por parte de los part¨ªcipes supera los 35.000 millones de euros en s¨®lo siete meses.
- En su primer aniversario, la crisis subprime ha generado p¨¦rdidas de 300.000 millones de euros en los bancos de todo el mundo.
- El n¨²mero de despidos en el sector financiero supera ya los 100.000 trabajadores.
- Las entidades se han visto forzadas a captar 227.000 millones de euros para recapitalizar sus balances, da?ados por el impacto de las inversiones en pr¨¦stamos hipotecarios sin cobrar.
- El 58% de las personas que trabajan en el sector financiero en Londres dice haber visto llorar a alguien como resultado del estr¨¦s del trabajo, seg¨²n un estudio de una l¨ªnea confidencial que atiende llamadas con intenciones suicidas. En los ¨²ltimos tres meses, el n¨²mero de trabajadores de la City londinense que busc¨® ayuda por depresi¨®n aument¨® un 47%.
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