La pista del mill¨®n de euros
La selecci¨®n de hockey hizo construir en Terrassa la ¨²nica r¨¦plica en el mundo del campo de Pek¨ªn, una superficie blanda en que la bola rueda mal y los palos se hunden
El Consejo Superior de Deportes tiene un equipo de t¨¦cnicos que ponen notas. Como los profesores de colegio. Son una cuadrilla de unos 15 que viajan por Espa?a husmeando en oficinas, revisando planes, entrevist¨¢ndose con directivos y t¨¦cnicos, y repasando presupuestos. Anualmente clasifican los proyectos deportivos de cada deporte, del uno al diez. Federaci¨®n por federaci¨®n. Por ejemplo: una de las notas m¨¢s bajas corresponde a la Federaci¨®n Espa?ola de Actividades Subacu¨¢ticas, que, en consecuencia, recibe una de las subvenciones m¨¢s insignificantes. O no recibe nada. En el polo opuesto est¨¢ la Federaci¨®n Espa?ola de Hockey. Los dirigentes del hockey espa?ol son el caso m¨¢s raro. Son el equivalente a los empollones. Y por ello reciben dinero. El dinero, si se invierte bien, tambi¨¦n sirve para marcar goles. En el peor de los casos, mejora el golpeo de la bola.
El hockey hierba es un deporte extremadamente t¨¦cnico. Cualquier detalle obliga a cambiar de filosof¨ªa. La superficie sint¨¦tica sobre la que se juega afecta sensiblemente a la t¨¢ctica. He aqu¨ª el problema. Los funcionarios chinos y los especialistas del COI dispusieron todo de tal modo que el campo de Pek¨ªn tiene la peor superficie del mundo. Se trata de una moqueta de pl¨¢stico, demasiado blanda y demasiado correosa. Casi un felpudo. Una mara?a mal acabada en la que la bola rueda de forma inaudita y, lo peor de todo, los palos de los jugadores se hunden en exceso.
"Contrariamente a lo que pueda parecer, los campos de los Juegos Ol¨ªmpicos no tienen la mejor superficie del mundo", explica Jos¨¦ Antonio Gil, Gilo, director deportivo de la federaci¨®n. "El campo de Atenas era complicado. Y el campo de Pek¨ªn es peor. Es de una marca australiana llamada Poligrass, que es la que gan¨® el concurso. Pero no es la mejor. Es de polietileno barato".
La selecci¨®n masculina de hockey, campeona de Europa en 2005 y plata en el ¨²ltimo Champions Trophy, miraba hacia los Juegos como la meta de su consagraci¨®n final, pero estaba demasiado acostumbrada a la suavidad de las canchas de Astroturf. La noticia de que el campeonato ol¨ªmpico se jugar¨ªa en Poligrass fue como si a Tiger Woods le anunciasen que el Torneo de la PGA se disputar¨¢ en Valdelatas.
S¨®lo hab¨ªa dos maneras de superar el obst¨¢culo. O bien entren¨¢ndose en Pek¨ªn desde septiembre, o bien fabricando una r¨¦plica del campo pekin¨¦s en Espa?a. La segunda opci¨®n era casi tan impracticable como la primera. Pero los chicos de la federaci¨®n son perfeccionistas y el CSD paga bien a los afanosos. Jos¨¦ Antonio Gil se quita m¨¦ritos: "Hemos tenido la suerte de que la empresa que monta los campos en Espa?a conoc¨ªa al distribuidor de Poligrass. Identificamos la superficie, hablamos con Manolo Fonseca, el director de Deportes, y el CSD acept¨® la propuesta de correr con los gastos".
El CSD pag¨® un mill¨®n de euros por la instalaci¨®n y remodelaci¨®n del estadio de Terrassa. La cantidad ser¨¢ imposible de amortizar, pero Terrassa ser¨¢ recordada por este monumento al perfeccionismo. "La misma superficie que se despleg¨® en Pek¨ªn en agosto de 2007 la tuvimos nosotros en Terrassa en noviembre", cuenta Gil. "Pintamos el fondo amarillo, y lo rodeamos de telas azules, igual que el estadio de China. De ese modo la percepci¨®n perif¨¦rica ser¨ªa igual. Esto nos permiti¨® concentrarnos para entrenarnos y jugar en un entorno lo m¨¢s parecido en el mundo al de Pek¨ªn".
Kiko F¨¢bregas, uno de los l¨ªderes de la selecci¨®n, celebra el hallazgo: "Ha sido muy interesante. Hemos ganado todos los amistosos. Contra Alemania, que es el campe¨®n del mundo, ganamos dos veces. Contra B¨¦lgica otras dos. Nosotros est¨¢bamos m¨¢s preparados. El golpeo en esta superficie te exige mucho m¨¢s. Aqu¨ª, a que la tocas un poco mal, la bola empieza a botar. Lo que m¨¢s cuesta son las recepciones de pases fuertes y largos. Y luego el chut de rev¨¦s, porque al ser un campo blando, el palo se hunde, tocas la pelota m¨¢s abajo y se te va por arriba de la porter¨ªa. Pero ya nos hemos ido acostumbrando".
Jos¨¦ Antonio Gil da un ejemplo: "Alemania estaba acostumbrada a mover la pelota horizontalmente, muy r¨¢pido, desde atr¨¢s, empezando por sus defensas. Pero en la final del Europeo de Leipzig tuvieron que cambiar de t¨¢ctica y ser m¨¢s verticales porque el campo ten¨ªa un mal bote y no permit¨ªa pases precisos. Con el campo de Pek¨ªn pasa igual". "En los penaltis-c¨®rner", prosigue Gil, "la dificultad aumenta tambi¨¦n, porque el palo se hunde y afecta a toda la coordinaci¨®n del golpeo. La t¨¦cnica del chut requiere de un proceso complejo. Es como el lanzamiento de peso en el atletismo. Se encadenan gestos, y si algo cambia, por peque?o que sea, tienes que acostumbrarte".
Seg¨²n la federaci¨®n, el campo de Poligrass es tan malo que ni el equipo de Australia, el pa¨ªs del fabricante, tiene una r¨¦plica. La lista de selecciones que pidieron entrenarse en Terrassa para preparar los Juegos ha sido larga. Pero el seleccionador del equipo espa?ol, Maurits Hendriks, ha denegado todas las peticiones. Espa?a, que debutar¨¢ el domingo 10 ante China, ser¨¢ el ¨²nico equipo que conozca el campo tanto como el anfitri¨®n.
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