Tanto sale en los libros, tanto vale

?Es posible medir el talento? ?Se puede cuantificar la influencia hist¨®rica de un artista o de una obra de arte? En un mundo donde los n¨²meros valen m¨¢s que cualquier otra consideraci¨®n y la cultura se mide en t¨¦rminos de plusmarcas, surge el economista David Galenson, de la Universidad de Chicago. Ha llegado a la conclusi¨®n de que Las se?oritas de Avi?¨®n de Picasso es la mejor obra de arte de la historia. ?A santo de qu¨¦? Aparece reproducida 28 veces en los 33 libros de historia del arte que ha utilizado para probar sus peculiares teor¨ªas.

Le siguen Monumento a la Tercera Internacional, de Vlad¨ªmir Tatlin, con 25 reproducciones, y Spiral Jetty, de Robert Smithson, con 23. En el quinto lugar figura el urinario (Fountain) de Marcel Duchamp.

Galenson lleva 10 a?os utilizando la estad¨ªstica para analizar el mundo del arte y responder con ella a inc¨®gnitas como la genialidad oculta tras la mente de C¨¦zanne o Rembrandt. Y seg¨²n este economista, los historiadores del arte se equivocan al rechazar los n¨²meros. "Odian los mercados", ha declarado.

Para este economista, negarse a aceptar los precios desorbitados que hoy alcanza el arte en las subastas es pecado. Y para probar que la vieja escuela se equivoca, se ha embarcado en una cruzada en solitario para probar que el arte y el talento tambi¨¦n pueden medirse. Hace dos a?os public¨® un libro que, bajo el t¨ªtulo Old Masters and Young Geniuses: The Two Life Cycles of Artistic Creativity, proclamaba la existencia de dos tipos de creatividad: la experimental y la conceptual. Seg¨²n Galenson, la primera ser¨ªa la propia de creadores cuyas obras cumbre llegaban al final de su vida, mientras que la creatividad conceptual, en cambio, corresponde a quienes tienen un "ataque de genialidad" en su juventud y, por ello, se convierten en innovadores. Por ejemplo, Damien Hirst.

?C¨®mo desarroll¨® Galenson esta teor¨ªa? Analizando el precio que las obras adquir¨ªan en las subastas y comprobando que la mayor¨ªa eran las mismas que se encontraban reproducidas en los libros de historia y en los cat¨¢logos de los museos. "En la mayor¨ªa de los casos, las obras reproducidas se concibieron a la misma edad que las que despu¨¦s se han subastado alcanzando los precios m¨¢s altos. En el caso de C¨¦zanne, sus obras m¨¢s caras se corresponden con las realizadas a los 67 a?os. Para Picasso, son los cuadros que pint¨® a los 26 a?os", afirma Galenson.

Pero como la mayor¨ªa de las grandes obras de la historia del arte no salen a subasta, Galenson decidi¨® embarcarse en la b¨²squeda de las mejores apoy¨¢ndose en el n¨²mero de veces que los cuadros aparecen reproducidos en los libros especializados, y ahora prepara un volumen que provocar¨¢ m¨¢s muecas de disgusto. "La lista es francamente rid¨ªcula", asegura John Elderfield, comisario em¨¦rito del MOMA. "Faltan los surrealistas y muchas de las mejores obras de todos los tiempos", comenta respecto a lo que ha avanzado Galenson. Adem¨¢s, seg¨²n Arthur C. Danto, cr¨ªtico de The Nation, es dif¨ªcil avalar esa teor¨ªa, ya que "el arte tambi¨¦n est¨¢ politizado, las ilustraciones de los libros tambi¨¦n se corresponden con las modas o lo pol¨ªticamente correcto".