La voz de las mujeres gar¨ªfunas
El proyecto Umalali revela una cultura afrocaribe?a casi perdida
Nunca hab¨ªan cantado de forma profesional. Ni las hab¨ªan grabado en disco. Son mujeres que se han ocupado de sus hijos y sus hogares hasta que las llamaron para el proyecto Umalali. Su disco ocupa este mes el primer lugar de la lista europea de m¨²sicas del mundo y varias de ellas acaban de actuar en Mondrag¨®n y La Mar de M¨²sicas en un tributo al malogrado cantante Andy Palacio.
El cr¨ªtico Charlie Gillett ha recurrido a los ejemplos de Sam Phillips en Memphis o Berry Gordy en Detroit, tipos que abrieron negocios discogr¨¢ficos pioneros, para referirse al trabajo del productor Iv¨¢n Dur¨¢n con Stonetree Records -distribuye Cumbancha- en un peque?o pa¨ªs de Am¨¦rica Central llamado Belice. Desde hace 10 a?os, este hijo de catalanes ha estado grabando a decenas de gar¨ªfunas de entre 20 y 86 a?os. "Mujeres de Honduras, Guatemala y Belice con voces espectaculares", afirma Dur¨¢n. Unos 250.000 gar¨ªfunas viven en Am¨¦rica Central. Son descendientes de esclavos: dos barcos negreros espa?oles naufragaron en 1635 frente a la isla de Saint Vincent y los supervivientes terminaron en la costa atl¨¢ntica. En 2001, la Unesco declar¨® su lengua, danza y m¨²sica Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad.
Su disco ocupa este mes el primer lugar de la lista europea de m¨²sicas del mundo
Dur¨¢n: "Lo que m¨¢s me emociona del ¨¢lbum es la historia que hay detr¨¢s"
En Umalali, con las percusiones gar¨ªfunas, hay guitarras el¨¦ctricas, bajo, saxo tenor... "Hubiera sido muy f¨¢cil lanzar un disco con 20 canciones de estas mujeres cantando con tambores o una guitarra aqu¨ª y otra all¨¢. Un proyecto que se ha hecho much¨ªsimas veces en todo el mundo. Mi idea fue a?adir cosas que no resultaran ofensivas para ning¨²n m¨²sico gar¨ªfuna. No est¨¢bamos tratando de hacer una fusi¨®n con algo. Se trataba simplemente de enriquecer el arreglo a trav¨¦s de sonoridades y texturas", afirma el productor.
Se turnan las voces agridulces y genuinas de Sof¨ªa Blanco, su hija Silvia, Desere Diego, Chela Torres... "Sof¨ªa es de Guatemala, tiene 54 a?os, y nunca cant¨® fuera de su comunidad. Lo que m¨¢s me emociona del disco es la historia que hay detr¨¢s", dice. "Para estas mujeres la m¨²sica tiene un uso cotidiano. Uno no canta por cantar. Viajamos un d¨ªa a Punta Gorda, que est¨¢ como a cuatro horas de casa, y Sof¨ªa y su hija vinieron conmigo en el coche. Salimos muy temprano por la ma?ana, y a la media hora me ven que estoy conduciendo con un poco de sue?o, y se ponen a cantar. Y no pararon en las cuatro horas. Una canci¨®n tras otra. En un momento son¨® mi m¨®vil y antes de contestar acerqu¨¦ la mano a la radio para bajar el volumen porque pensaba ya que iba escuchando una emisora", dice riendo Dur¨¢n.
Cantos r¨ªtmicos y de melod¨ªas sencillas que se grabaron frente al mar: "Un entorno en el que ellas se sintieran c¨®modas, pues un estudio es intimidante. Grabamos en una casa normal en la que el equipo estaba en la cocina, una habitaci¨®n era el cuarto de voces y la sala de estar el de los tambores. Viv¨ªamos ah¨ª. Eso ayud¨® a que la gente se relajara y se refleja en el disco".
Iv¨¢n Dur¨¢n ya hab¨ªa logrado trascender con W?tina, el premiado disco de Andy Palacio, que falleci¨® inesperadamente con 47 a?os. La muerte de un ser querido, en la cultura gar¨ªfuna, es una oportunidad para alegrarse por haberlo tenido en la vida de uno. "El entierro de Andy fue de pel¨ªcula. Miles de personas cantando y bailando. La cultura gar¨ªfuna tiene un gran respeto a la muerte y se ve como una continuaci¨®n", explica Dur¨¢n. "Yo y mi pap¨¢ somos los ¨²nicos socios del Bar?a en Belice. A mi hijo de tres meses tambi¨¦n lo estamos haciendo socio. Mis padres viajaban por Centroam¨¦rica y decidieron quedarse en 1971. Fundaron una de las primeras editoriales del pa¨ªs. Yo he estado yendo a Barcelona todos los a?os desde que era ni?o. La mitad del barrio de Gracia es familia m¨ªa", cuenta riendo.
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