El lutier autodidacta de la gaita
El patriarca de la familia Seivane recibe estos d¨ªas homenajes en Ribadeo y Piqu¨ªn
"Cuando ten¨ªa 13 a?os [1934], compr¨¦ una gaita por 13 pesetas. Aprend¨ª yo solo a tocarla. Aunque a mi madre le gustaba mucho la m¨²sica, ella no me ense?¨® m¨¢s que a cantar coplas tradicionales". A Xos¨¦ Manuel Seivane Rivas (Fonmi?¨¢, A Pastoriza, 1921) no le cuesta hacer memoria. Memoria de c¨®mo a partir de aquel instrumento, de segunda mano, construy¨® su primera gaita, ayudado por su padre y en madera de olivo. Y de los comienzos de la dinast¨ªa Seivane, que en la actualidad exporta producto "a medio mundo, y a m¨¢s de medio mundo". Hoy en Ribadeo y el s¨¢bado en Chao de Pousadoiro, en Ribeira de Piqu¨ªn, al pie de Asturias, recibir¨¢ homenajes a su labor de lutier.
"Descubr¨ª la gaita durante la Guerra Civil", relata, "pero entonces no se pod¨ªa tocar ni probar". El abuelo de la gaiteira Susana Seivane traza las diferencias entre una ¨¦poca "en la que hab¨ªa dos o tres gaiteiros en 20 kil¨®metros" y la actual, "en la que hay seis en cada casa" y recuerda haberle dicho a su padre: "Quiero hacer una gaita". "Mi padre era muy curioso, andaba siempre con la navaja, y me dijo 'es muy dif¨ªcil". Sin embargo, los Seivane se pusieron manos a la obra. Un torno de ballesta [aparato mec¨¢nico para trabajar la madera] y el modelo de la gaita de 13 pesetas les bastaron: "Pasamos un d¨ªa para hacer el escariador [el coraz¨®n del punteiro] pero, al final, sali¨® perfecta".
"Descubr¨ª la gaita durante la Guerra Civil: no se pod¨ªa tocar ni probar"
"Antes de Castro, ven¨ªa ¨¦bano de Cuba para roncos; dej¨® de venir"
La vocaci¨®n de Seivane se afianz¨® a?os despu¨¦s, durante el servicio militar. "Me hab¨ªan contado que en la Guerra hab¨ªa muchos gaiteiros asturianos y gallegos en las trincheras, y fue donde al general Aranda se le ocurri¨® meter las gaitas en las bandas militares". Era casi 1944 cuando Xos¨¦ Manuel entr¨® en la agrupaci¨®n musical del ej¨¦rcito en Pontevedra: "Cada una de las 13 gaitas iba afinada en una tonalidad, as¨ª que me dieron un mes de permiso para que fabricase todos los punteiros en si bemol brillante". En Ponteareas, durante una semana, factur¨® los instrumentos junto al artesano de O Condado Ant¨®n Represas. "Me pag¨® 32 pesetas y me dijo que continuase con el oficio, que era lo m¨ªo", dice.
El consejo de Represas empuj¨® definitivamente la carrera de Seivane Rivas que, despu¨¦s de licenciarse, continu¨® con su labor de lutier en el taller de Fonmi?¨¢. "All¨ª incluso formamos un grupo, Os Catro Amigos". Fue el amor lo que desplaz¨® el obradoiro Seivane hacia oriente: en la capital administrativa de Ribeira de Piqu¨ªn, Chao do Pousadoiro, se instal¨®, durante cinco d¨¦cadas, el taller de gaitas m¨¢s c¨¦lebre de Galicia. "Conoc¨ª a mi mujer en Chao y all¨ª me fui a vivir". Las gaitas Seivane comenzaron all¨ª su vuelta al mundo, que en el a?o 1994 reunificaron factor¨ªa en la sede de Cambre, a escasos kil¨®metros de A Coru?a, que hab¨ªa fundado el hijo mayor de Xos¨¦ Manuel, ?lvaro Seivane, padre de Susana.
El patriarca de los Seivane describe las cualidades de una buena gaita. "Antes se hac¨ªan, sobre todo, de boj, pero las buenas eran las de ¨¦bano". La madera noble proced¨ªa de Cuba: "Pero todo eso fue en la ¨¦poca anterior a Fidel Castro, despu¨¦s dej¨® de venir el ¨¦bano a Galicia". La xacaranda de Brasil o el granadillo -"que llega de Tailandia o de Mozambique"- son los materiales que dominan en la actualidad. "Aunque se vuelve a pedir de boj, que es m¨¢s barato, claro", admite. Junto a las maderas nobles de punteiro y ronco, la parte clave del instrumento que se incorpor¨® en el siglo IX, el fol: "El primitivo era de est¨®mago de carnero, que curt¨ªamos nosotros, y despu¨¦s de goma, que pudr¨ªa las palletas si se mojaba. El gore tex fue la salvaci¨®n de la gaita".
Pero adem¨¢s de la faceta de constructor, Seivane reivindica su amor por la m¨²sica. "Yo tocaba el clarinete tambi¨¦n, me gustaba tanto la m¨²sica", explica, "y eran un gran seguidor de Os Morenos de Lavadores [gaiteros de Vigo], de Enrique Otero o de Ricardo Portela". Para el mayor de los Seivane, ahora "hay muchos gaiteiros, pero no son tradicionales" y menciona, claro, a su nieta Susana y a Carlos N¨²?ez: "Pero se trata de otro timbre, de otra manera de tocar". El descubrimiento de un busto, fuegos artificiales y una verbena ser¨¢n algunos de los actos del homenaje en Chao do Pousadoiro, el s¨¢bado, a un artesano que asegura continuar, a los 87 a?os, "con la misma ilusi¨®n que a los 25. Ya ve".
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