Un mural para la Gran Muralla
El valenciano Rodolfo Navarro colgar¨¢ una obra gigantesca en el monumento
En su casa, en alg¨²n lugar indeterminado entre Ll¨ªria y Alcublas, Rodolfo Navarro (Valencia, 1966) ultima los postreros preparativos de lo que ser¨¢ su proyecto m¨¢s arriesgado. Del 22 de septiembre al 6 de octubre, un mural realizado por ¨¦l, "con pincel peque?o", decorar¨¢ la entrada principal de la Muralla China, en Pek¨ªn. Lo sorprendente de su apuesta son las dimensiones de esta obra: el mural ocupar¨¢ una superficie de m¨¢s de 1.000 metros cuadrados. Pese a esas gigantescas medidas, Navarro ha pintado su obra solo, sin la ayuda de nadie, "como si fuera un cuadro normal pero extrapolando sus medidas". Navarro, sin embargo, reconoce que prefiere trabajar solo, pese a que su esfuerzo sea enorme porque le cuesta mucho "explicar a la gente lo que tiene que hacer" y eso le lleva a "hacerlo yo mismo".
La obra, de m¨¢s de 1.000 metros cuadrados, estar¨¢ en la entrada
Para no da?ar la piedra, el mural se adhiere con un sistema de ventosas
La obra, que su autor ha bautizado como Interior... externo, en un juego de palabras que hace referencia a su ubicaci¨®n dentro del recinto de la Muralla y, a la vez, al aire libre, se completar¨¢ con un conjunto de 12 esculturas de dos metros y medio de altura cada uno, que reproducen en tres dimensiones los 12 motivos principales del mural.
Navarro, hijo de un joyero de Valencia con el que trabaj¨® durante su infancia, lleva desde el arranque de su carrera art¨ªstica consagrado a una obsesi¨®n: la interacci¨®n pl¨¢stica. "Se trata de hacer cuadros de grandes dimensiones en los que el espacio en el que se ubican funcione como marco", indica delante de las fotograf¨ªas, tomadas por ¨¦l, de dos de sus proyectos anteriores: Carr¨¦ rouge, Triangle jaune, Cercle bleu, una obra de 250 metros cuadrados instalada en el hueco de las escaleras del Palacio de Fontainebleau (Francia) y La Transfiguraci¨®n, una pintura de 350 metros cuadrados que ocup¨® el suelo de una de las salas del Museo de Arte Moderno Schloss en Wolfsburg (Alemania). En las fotos, captadas desde una altura de cuatro metros de altura, la instalaci¨®n parece un cuadro de peque?as dimensiones que solo adquiere sentido cuando el espectador repara en el tama?o de las personas.
Acercar el arte a la calle es una de las razones por las que Rodolfo Navarro afronta este tipo de colosales trabajos. "Aquellas personas que no pisan nunca un museo pueden encontrar mi obra en la calle y recibir el mensaje que quiero transmitir", dice.
En octubre de 2004, Navarro conoci¨® al arquitecto chino Zhang Ling y le plante¨® una vieja idea que rondaba por su cabeza. Quer¨ªa pintar un mural enorme para decorar la Gran Muralla China y, en compa?¨ªa de Zhang, se desplaz¨® a Pek¨ªn "para elegir el lugar adecuado". Un a?o m¨¢s tarde, consigui¨® los permisos del gobierno chino para llevar a cabo su proyecto.
Antes de recibir la autorizaci¨®n gubernamental y sin tener claras las fuentes de financiaci¨®n para su proyecto, en septiembre de 2005, Rodolfo Navarro comenz¨® a trabajar en el concepto de su obra. Dibuj¨® un boceto de cuatro metros de largo en el que se reproduc¨ªa con fidelidad lo que iba a plasmar en el mural definitivo. Tres meses despu¨¦s, comenz¨® a perfilar el dise?o y realizaci¨®n de los detalles, las figuras principales del mural, la parte del trabajo que realiz¨® en su estudio de Ll¨ªria. El resto, los fondos que le dan una dimensi¨®n crom¨¢tica a la obra, los ha hecho en una nave del barrio de Wan Liu Chan en Pek¨ªn, donde se encuentra ya la obra en espera de su instalaci¨®n en la Muralla.
Con el fin de que el mural no da?e las piedras milenarias con las que se sustenta la Muralla, Navarro ha tenido que idear un sistema para adherirlo a su exterior. Es una estructura de andamiaje que lleva unas placas de goma que ser¨¢n el ¨²nico punto de contacto con la piedra. El complicado montaje se completar¨¢ con una lona para cubrir el mural por la noche.
As¨ª, los miles de visitantes que aprecien la grandiosidad de la Gran Muralla durante la segunda quincena de septiembre y los primeros d¨ªas de octubre podr¨¢n ver, como propina, una pizca de arte valenciano.
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