Un infierno para 600 mujeres
Una red mafiosa las secuestr¨® y forz¨® a prostituirse en 26 clubes de alterne
El poniente almeriense es famoso por el mar de pl¨¢sticos que lo cubre, la huerta de Europa que ha convertido una zona anta?o deprimida en una de las de mayor renta por habitante del pa¨ªs. Tambi¨¦n es conocido, a un nivel m¨¢s subterr¨¢neo, por la profusi¨®n de clubes de alterne que, entre invernadero e invernadero, salpican toda la comarca. Un para¨ªso para los asiduos al sexo de pago y un infierno para miles de mujeres de nacionalidad rusa. Casi 600 fueron identificadas tras ser secuestradas y forzadas a prostituirse en 14 burdeles de esta comarca y otros 12 del resto del pa¨ªs, seg¨²n el Cuerpo Nacional de Polic¨ªa.
La mayor parte llegaron convencidas de que ven¨ªan a trabajar "en los invernaderos de Almer¨ªa o en la recogida de la fresa en Huelva", explica Jos¨¦ Nieto, inspector jefe de la Unidad Contra Redes de Inmigraci¨®n y Falsedades (UCRIF) de la Polic¨ªa Nacional. Unas pocas s¨ª sab¨ªan a lo que ven¨ªan; pero eran enga?adas en cuanto a las condiciones. Una vez en Espa?a perd¨ªan todos sus derechos, incluida la libertad de movimiento.
Este caso de esclavitud en pleno siglo XXI ha salido a la luz tras 20 meses de trabajo de la UCRIF en colaboraci¨®n con la Unidad de Delitos Monetarios de la Polic¨ªa Judicial y diferentes polic¨ªas locales. La colaboraci¨®n de las autoridades rusas ha sido, asimismo, vital para el ¨¦xito de la operaci¨®n.
A finales de 2006, la UCRIF y el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 5 de El Ejido comenzaron a sospechar de las actividades de algunos de los muchos burdeles que rodean la ciudad. Las primeras pesquisas condujeron, cuatro meses despu¨¦s, a la detenci¨®n de 17 personas y al cierre de tres locales. Se intervino, adem¨¢s, abundante documentaci¨®n -agendas, contabilidad, grabaciones telef¨®nicas- que evidenciaba un tr¨¢fico ilegal de personas para su explotaci¨®n sexual a una escala nunca vista. Tirando de este hilo, la Polic¨ªa ha llegado a desmadejar una enmara?ada red mafiosa hispano-rusa. La llamada Operaci¨®n Zarpa es el mayor golpe a las mafias de explotaci¨®n sexual de la historia en Espa?a. Hay 99 detenidos, 30 en prisi¨®n preventiva, y 599 mujeres rusas han sido identificadas en los 26 clubes clausurados; aunque la polic¨ªa cree que son s¨®lo una peque?a parte de las que eran controladas por la mafia.
La red llevaba trabajando al menos cuatro a?os y, dado el dinero enviado a Rusia -unos 2,5 millones de euros con los que se pagaba a los agentes que colaboraban con las madames rusas en la captaci¨®n de futuras esclavas sexuales- y la documentaci¨®n incautada, la cifra de 10.000 v¨ªctimas podr¨ªa no ser exagerada, en opini¨®n de la polic¨ªa.
Cada uno de los clubes estaba regentado por un matrimonio hispano-ruso. El marido, espa?ol, era el encargado de la gesti¨®n empresarial del local. Su mujer, rusa, se ocupaba de captar a j¨®venes en su pa¨ªs natal, traerlas enga?adas y obligarlas a prostituirse una vez estaban aqu¨ª. El control que la red impon¨ªa a las chicas era tan f¨¦rreo que resid¨ªan en los propios clubes cuando ¨¦stos ten¨ªan licencia de hostales. Y si no, lo hac¨ªan en pisos cercanos donde conviv¨ªan con topos, antiguas v¨ªctimas que hab¨ªan ascendido en la red criminal y se dedicaban a delatar a sus compa?eras cuando ¨¦stas intentaban rebelarse.
Para impedir que las chicas denunciasen su situaci¨®n, la red recurr¨ªa a la violencia f¨ªsica, pero tambi¨¦n a la psicol¨®gica. "Amenazaban a las chicas con ir a por sus familiares en Rusia y, desde el principio les met¨ªan en la cabeza la falsa idea de que la polic¨ªa estaba comprada y que si denunciaban se reir¨ªan de ellas", asegura Nieto. Hab¨ªa amenazas y agresiones para las que se portaban mal y premios y "regalitos" para las que se plegaban a las demandas de la red. De las 599 que la polic¨ªa ha liberado, s¨®lo 20 se han acogido a la posibilidad de denunciar su situaci¨®n de v¨ªctimas y regularizar su situaci¨®n en Espa?a. La mayor¨ªa no quieren testificar, bien sea por miedo, bien por s¨ªndrome de Estocolmo.
Las pruebas documentales reunidas contra la red son, a juicio del mando policial, suficientes para que el juez los halle culpables de distintos delitos relacionados con la prostituci¨®n, la explotaci¨®n laboral y el blanqueo de dinero. "Pero el testimonio de las propias v¨ªctimas tendr¨ªa un valor mucho mayor", asegura.
En la ¨²ltima fase de la operaci¨®n, desarrollada entre esta primavera y la pasada semana, la polic¨ªa ha detenido a nueve personas acusadas de pertenecer a la red mafiosa y ha solicitado al juez el cierre cautelar de los locales Manhattan, H2 y Carambola, en El Ejido y Canela, en Roquetas de Mar. Los tres primeros se encuentran en la misma calle ejidense que otros dos clubes clausurados en la primera fase de la actuaci¨®n policial. Tan cerca unos de otros que pod¨ªan intercambiarse a las chicas para mantener satisfecha a una clientela que valoraba tanto la belleza escultural de las eslavas como las novedades.
El n¨²cleo de la red mafiosa se asentaba entre Roquetas y El Ejido, donde controlaba 14 clubes. Pero sus tent¨¢culos llegaban a Girona, Granada, Lleida, C¨¢ceres y Ja¨¦n. El gran volumen de ingresos que generaban sus locales deriv¨® en entramados societarios que permit¨ªan blanquear las ganancias obtenidas. El dinero era muchas veces reinvertido en negocios legales como la compraventa de inmuebles. Otras veces se utilizaban las ganancias para comprar chicas a otros clubes. La propiedad real de los establecimientos quedaba oculta mediante hombres de paja, j¨®venes, normalmente rusos, a qui¨¦nes pagaban por registrar a su nombre los burdeles.
La autoridad judicial ha detectado que una decena de los 26 locales, los primeros que se clausuraron, ya han vuelto a funcionar al vencer el cierre cautelar. Los nuevos propietarios, seg¨²n explican fuentes policiales, "est¨¢n tratando de camuflar su actividad" y han obtenido licencia como pubs. Antes del cierre funcionaban como moteles, unos moteles muy rentables que ten¨ªan siempre todas sus habitaciones completas y contaban con unos beneficios netos anuales de medio mill¨®n de euros cada uno, de acuerdo con la documentaci¨®n incautada.
"Pedir que denuncien es demasiado"
La Ley de Extranjer¨ªa y la consiguiente orden de expulsi¨®n es lo ¨²nico que el Estado ha ofrecido a la mayor parte de las 599 mujeres liberadas en la Operaci¨®n Zarpa. Excepto para las 20 que denunciaron su situaci¨®n en el momento de ser identificadas por la polic¨ªa y que ahora son testigos protegidos. Las ONG de ayuda a v¨ªctimas de la prostituci¨®n urgen al Gobierno a que apruebe el Plan Nacional de Acci¨®n contra la Trata (PNAT) para mejorar la ayuda a estas mujeres y, al mismo tiempo, facilitar su colaboraci¨®n con la justicia.
"Hemos contactado con varias chicas que fueron sacadas de los clubes en la ¨²ltima fase de la Operaci¨®n Zarpa. Est¨¢n en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Almer¨ªa, a la espera de ser devueltas a Rusia", explica Roc¨ªo Nieto, de la Asociaci¨®n para la Reinserci¨®n de Mujeres Prostituidas (Apramp). Esta ONG espera sacarlas de all¨ª y ofrecerles atenci¨®n espec¨ªfica; pero para ello, lo primero es denunciar.
"Pedir que estas mujeres denuncien a una organizaci¨®n criminal de una forma inmediata es demasiado", considera Marta Gonz¨¢lez, de Proyecto Esperanza. Esta ¨²ltima asociaci¨®n, al igual que Apramp, colabora con el Cuerpo Nacional de Polic¨ªa para ofrecer ayuda a las v¨ªctimas de las mafias del sexo. Ambas insisten en que es necesario un tiempo de reflexi¨®n de un mes antes de denunciar, tal y como prescribe el Convenio Europeo contra la Trata de Seres Humanos. Durante este tiempo, las v¨ªctimas estar¨ªan protegidas y no ser¨ªan tratadas como inmigrantes irregulares. Esta medida est¨¢ incluida en el PNAT, que se anunci¨® la pasada legislatura y entrar¨¢ en vigor el 10 de diciembre, coincidiendo con el d¨ªa mundial de los Derechos Humanos.
Este plan tambi¨¦n formalizar¨¢ los protocolos de colaboraci¨®n que existen entre la Polic¨ªa y las ONG de ayuda a las v¨ªctimas de la trata. Cada a?o, m¨¢s de un centenar de mujeres pasa por los pisos de acogida de Apramp y Proyecto Esperanza; muchas de ellas llegan tras las operaciones policiales contra las redes mafiosas.
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