Misterio aclarado
Pascal Henry, el gastr¨®nomo que tras cenar en el restaurante de Ferran Adri¨¤ desapareci¨® misteriosamente el 12 de junio pasado, se llama Pascal Henry.
Es una diferencia con otros adictos a la farsanter¨ªa: no falsific¨® su nombre como Radovan Karadzic, que adopt¨® el de Dragan Dabic por juzgarlo m¨¢s apropiado a su nueva personalidad de experto en medicina alternativa, o como Alicia Esteve, la catalana que adopt¨® el de Tania Head cuando se hizo pasar por superviviente del atentado contra las Torres Gemelas con tan veros¨ªmil dolor que fue elegida presidenta de la red de supervivientes del World Trade Center.
Pascal Henry no se ha hecho pasar por quien no es, sino por lo que no es. Mejor dicho, por lo que han dicho que es, sin que ¨¦l pudiera desmentirlo, dado que estaba desaparecido. En esto recuerda m¨¢s bien al piano-man, aquel joven mudo y con aire desvalido que apareci¨® hace dos a?os en una playa del sur del Reino Unido. Desde que The Guardian se hizo eco de la noticia, los detalles a?adidos que los tabloides inventaban y la prensa seria reproduc¨ªa fueron construyendo un personaje cada vez m¨¢s misterioso. Se dijo que era un n¨¢ufrago sueco, que padec¨ªa amnesia y que era un virtuoso con el piano, especialista en Chaikovski.
S¨®lo cuando se decidi¨® a hablar, cuatro meses despu¨¦s, confesando que se llamaba Andreas Grassi y que era hijo de un granjero de Baviera, sus cuidadores precisaron que ¨²nicamente tocaba una tecla del piano. Nadie pudo acusarle de mentir porque no hab¨ªa dicho ni palabra; s¨®lo hab¨ªa dejado que dijeran.
La desaparici¨®n de Pascal Henry tambi¨¦n hab¨ªa intrigado al p¨²blico, ansioso de detalles. Se le dio lo que se pudo: que era un millonario aficionado a la buena comida, amigo de los grandes chefs o, alternativamente, un mensajero que trabajaba con su moto por Ginebra; la editorial Glenat tuvo que desmentir que pensara publicar un libro sobre su periplo por los 68 mejores restaurantes.
Estos d¨ªas, Interpol ha confirmado que ha sido visto en Ginebra y descartado que su desaparici¨®n fuera forzada. Pero hab¨ªa dudas sobre el m¨®vil de su extra?o comportamiento. Hasta que se ha desvelado un dato que fray Guillermo de Baskerville habr¨ªa considerado decisivo: la cuenta que no pag¨® el 12 de junio se elevaba a 240 euros.
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